Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
● Confío más en el valor y la templanza del General Sandoval y el Almirante Ojeda Durán para imponer el Estado de Derecho que en “los de más arriba”, mandos sexenales pasajeros que no dudan en trastocar la estructura para lograr el control total.
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de agosto de 2020.- El general Luis Crescencio Sandoval debe estar presente este martes en la conferencia de Palacio Nacional para explicar cuál es la diferencia de las ejecuciones extrajudiciales del Ejército que se hacían antes, y las de hoy, con la brutal realidad de lo ocurrido el 3 de julio en Nuevo Laredo Tamaulipas.
Esta brutalidad es un secreto a voces en Guerrero, Michoacán, Tamaulipas, y este lunes Andrés Manuel López Obrador de nuevo aventó la frase que cada vez suena más hueca: “No somos iguales, ya no es como antes que decían: mátalos en caliente”.
El enredo presidencial llegó hasta el punto de calificar que en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa había más muertos que heridos y detenidos. Con esa dialéctica destemplada por los odios el presidente está metiendo en tremendos líos a las Fuerzas Armadas que cada vez ganan más territorio civil en su administración, simplemente porque su gabinete es la imagen de la ineptocracia, tolerada desde arriba, ejemplo Jorge Alcocer, Hugo López-Gatell, Zoé Robledo, Irma Sandoval, David León, Luisa María Alcalde, Esteban Moctezuma, Olga Sánchez Cordero, Graciela Márquez, el corrido Javier Jiménez Espriú y muchos más.
El Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas se atrevió a decir que ahora es diferente porque no están los generales y comandantes de antes en los puestos claves, como si el Ejército y la Marina actuales fuesen otros.
Al decir esto me imagino que tendrá información delicada de los generales Guillermo Galván Galván y Salvador Cienfuegos Cepeda, y de los almirantes Francisco Saynez Mendoza y Francisco Soberón Sanz.
Y no es por comparar autocracias, pero eliminar el contrapeso de la Comisión Nacional de Derechos Humanos al nombrar a una pelele que ni siquiera se ha pronunciado en Twitter por la ejecución de Nuevo Laredo, es un síntoma i-ne-qui-vo-co.
La ombudsperson Rosario Piedra Ibarra pasará a la historia de la infamia como un bufón más de la Cuarta Transformación. Surgió de una familia que vivió el horror de la violencia castrense contra civiles, y ahora es una alcahueta de Cuarta, “calla como momia”, diría su jefe en otros tiempos.
De profunda tristeza lo que estamos viendo en México. Confío más en el valor y la templanza del General Secretario Sandoval y en el Almirante Secretario Raúl Ojeda Durán para imponer el Estado de Derecho y castigar las violaciones flagrantes de militares, que en “los de más arriba”, mandos sexenales pasajeros que no dudan en trastocar la estructura para lograr el control total.
Ahora más que nunca es necesario fortalecer la conciencia de que las Fuerzas Armadas se deben a la patria y el compromiso de honrar la confianza de los ciudadanos que los tienen en los primeros lugares de confianza, según las encuestas de aceptación de instituciones.
Lo que se ve en la información gráfica y el video publicado por el periódico El Universal es un flagrante delito con toda alevosía, y no hay decreto o reformas que justifique este tipo de asesinatos.