Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
CIUDAD DE MÉXICO, 23 de septiembre de 2020.- Cuando el Presidente toma protesta de su encargo ante el Congreso de la Unión, tiene que cumplir con el protocolo que establece el Artículo 87 de la Constitución Política, es decir, protestar guardar y hacer guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo que el pueblo le confirió, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión.
Con eso se sobre entiende que será el Presidente de todos los Mexicanos y que hará todo lo que está en sus manos, por el bien y la prosperidad, por la unión, y por supuesto, el bienestar.
Pues bien, eso estamos esperando muchos mexicanos desde el 1 de diciembre del 2018, porque parece que López Obrador protestó cumplir y hacer cumplir otra cosa.
Por eso vemos que no parece ser el presidente de los niños con cáncer a los cuales privó de las medicinas necesarias al recortar el presupuesto para la compra de estas.
Vemos que no parece ser el Presidente de todas aquellas madres que recurrían a las estancias infantiles para el cuidado de sus hijos mientras ellas se dedicaban a buscar el sustento familiar, porque simplemente las canceló.
Vemos que no parece ser el Presidente de todos aquellos médicos y enfermeras que han trabajado incansablemente, algunos incluso perdieron la vida, para enfrentar, sin los medicamentos, materiales e insumos necesarios la pandemia que nos ha azotado ya por más de seis meses y que no parece tener un final feliz.
Vemos que no parece ser el Presidente de todos aquellos micro y pequeños empresarios que ante los estragos de la crisis, le pidieron al gobierno federal los apoyos extraordinarios necesarios para sortear la crisis y mantener sus negocios, apoyos que por cierto, si otorgaron los Presidentes de otros países que saben que reactivar la economía es uno de los primeros pasos que un gobierno debe dar para enfrentar la crisis.
Vemos que no parece ser el Presidente de todos aquellos que producto de esa falta de apoyos, no pudieron conservar sus empleos, y ahora están sufriendo porque muchos negocios comerciales y fabricas, han cerrado al no poder mantener su operación.
Vemos que no parece ser el Presidente de todos aquellos que han sido victimas de la delincuencia y que no encuentran respuesta en las autoridades encargadas de investigar y castigar los porque desafortunadamente los índices delictivos crecen día con día.
Vemos que no parece ser el Presidente de “los abajo firmantes”, ni de todos aquellos que se manifiestan cuestionando la implementación de sus políticas públicas o informando sobre su actuación, porque se burla de unos y descalifica a los otros.
Vemos que no parece ser el Presidente ni de los que piensan que agrupándose en FRENA, ni de los que creen en Calderón, ni de los que creen que el PAN es la alternativa democrática de México, porque a todos los descalifica ubicándolos en el ala de los conservadores, cuando todas sus acciones demuestran que es el más conservador, desconociendo por cierto, el alcance histórico del término.
En fin, vemos que no parece ser el Presidente de todos aquellos familiares que han perdido a un ser querido, producto de la pandemia sí, pero también producto de las malas decisiones que tomó el gobierno al no haber previsto los alcances en el número de contagios y de muertes, y que no se conforman con un minuto de silencio en el día más patrio.
Los mexicanos queremos un Presidente que nos represente y gobierne para todos los mexicanos, sean liberales o conservadores; azules, verdes, morados, amarillos o naranjas en su filiación partidista; intelectuales o informadores; empleados o desempleados; empresarios o trabajadores; pobres o de clase media; jóvenes y adultos; mujeres y hombres, aunque todos pensemos de manera diferente.