Diferencias entre un estúpido y un idiota
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de octubre de 2020.- San Lázaro ojalá los austriacos entreguen el penacho de Moctezuma II, lo va a necesitar el presidente ahora que se mude del Palacio Nacional al Templo Mayor. Es cuanto.
En todos los frentes públicos, y en no pocos privados, el encono y la propagación del odio son las banderas del Jefe del Ejecutivo Federal, dentro y fuera del país.
Y ahora tiene hasta una embajadora plenipotenciaria extraoficial, con cargo honorario, que lleva ese odio a Europa.
Desde marzo de 2019 el presidente y su esposa pregonan las grandes festividades para el 2021 por los 200 años de independencia, 500 años de la conquista y 700 de la fundación de Tenochtitlán.
Video que habla de cartas para que España y el Vaticano pidan perdón, gracias a la sensatez de la Corona y gobierno españoles, y de la bondad del Papa, no se han considerado declaraciones de agresión. Aunque ahora se entregaron en mano.
La sonrisa socarrona del presidente que esconde un rencor acumulado, no puede tapar el gusto de ver a los mexicanos enfrentados, lo que incluye a sus compañeros de partido.
No quiso darle gusto a sus adversarios y hablar en la mañanera de Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado, además “…una cosa es Morena y otra cosa es el gobierno. Partido, como su nombre lo indica, es una parte, partido; gobierno es todo, tenemos que representar a todo el pueblo”, a todo el pueblo, eso dijo Andrés Manuel López Obrador.
Afuera, en el México de la esperanza, donde todo el pueblo es solo el bueno y sabio, un grupo de feministas tomó las instalaciones de Morena en la colonia Roma de la Ciudad de México e impidieron la protesta del “presidente legítimo” de ese partido.
Al mismo tiempo, Hugo López Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud y titular de otras 13 instituciones del sector salud, compareció para la Glosa del segundo Informe del presidente.
Ahí, en el Senado, se dijo sociólogo, politólogo, sicólogo y hasta matemático, ante los senadores en una comparecencia que no terminó bien, por las descalificaciones y ataques de funcionarios federales y la bancada de Morena por un lado, y legisladores de oposición por el otro.
Y en las calles de la ciudad de México ataques a los monumentos conmemorativos al descubrimiento y conquista de América.
El 12 de octubre era una fecha para conmemorar la hispanidad y la libertad de los pueblos indios, ahora es “una fecha muy polémica de confrontación de ideas”, porque así lo dijo López Obrador, mientras su esposa pide prestadas piezas de la historia precolombina en Europa.
Y puso en duda la importancia de Cristóbal Colón en la historia del mundo, “ya otros habían llegado antes”.
Ni tardos, ni perezosos los amlovers trataron de vandalizar el pedestal de la estatua del genovés en Paseo de la Reforma, porque la efigie fue retirada un día antes ante las amenazas de ser destruida.
Es un patrimonio y testimonio de la historia de los mexicanos, no símbolo de odio y discordia, como lo ven ahora, no es como era antes.
Por qué ignorar que después de la Guerra de Independencia, que concluyó en 1821, y el reconocimiento de esta soberanía por España en 1836, ambos países han sido aliados, excepto en el régimen franquista.
Para reafirmar su rencor, como buen populista, el presidente se asume como voz de los pueblos indios de México para pedir que la Corona y gobierno español, y el Papa Francisco, ofrezcan una disculpa a esos indígenas por la violación de sus derechos humanos ¡hace 500 años!
El mandatario desecha por ignorancia o interés un tratado vigente, el Tratado Definitivo de Paz y Amistad entre la República Mexicana y Su Majestad Católica la Reina Gobernadora de España, de diciembre de 1836, donde se convino, como dice el Artículo II: “Habrá total olvido de lo pasado, y una amnistía general y completa para todos los mexicanos y españoles, sin excepción alguna…»
Como las leyes, los fragmentos y documentos de la historia de nuestro país que estorban a López Obrador y la 4T son ignorados. Hasta ese tratado que es en realidad un acta de Independencia.
Y la coautora del año de festejos, es ahora una embajadora para llevar ese odio al otro lado del Atlántico.
La no primera dama Beatriz Gutiérrez Müller, con un cargo honorario, que significa sin autoridad oficial, firma convenios, entrega cartas, encabeza ceremonias, solicita apoyos y entrega de joyas históricas, lo que firma como Beatriz Gutiérrez de López Obrador.
Pero sobre todo lleva el mensaje de su esposo “discúlpense por las humillaciones y abusos” contra los pueblos de México durante la conquista de 1521 y los posteriores 300 años de colonia.
Y además pide López Obrador que retiren al excomunión de los sacerdotes Miguel Hidalgo y Costilla, y José María Morelos y Pavón.
Vaya que el presidente mexicano conoce de Derecho Canónico, que comulguen otra vez y ya.
¿Y si no qué?
Tendrá una respuesta diplomática la presidenta del Consejo Asesor Honorario de la Coordinación Nacional de Memoria Histórica y Cultural de México, dependiente de la Oficina de la Presidencia.
O van a acusar al Papa Francisco y al Rey de España Felipe VI de acoso sexual como a Porfirio Muñoz Ledo, para, como es costumbre, descalificar a los que desairan las fiestas y objetivos de la 4T.
España, su gobierno y su Corona ya dijeron que NO.
Lleva dos años insistiendo:
“Envié ya una carta al Rey de España y otra carta al Papa para que se haga un relato de agravios y se pida perdón a los pueblos originarios por las violaciones a lo que ahora se conoce como Derechos Humanos”, dijo el primer mandatario del país en un video difundido el 25 de marzo de 2019 a través de su cuenta de Twitter.
Al ver el video grabado en la zona arqueológica de Comalcalco, en Tabasco, no se puede distinguir claramente de quien es la idea de calificar al 2021 el Año dela reconciliación, de la escritora e historiadora Beatriz Gutiérrez Müller, o de su esposo.
San Lázaro esperamos que lleguen el penacho de Moctezuma II, el Codex Fiorentino, el Codex Cospi o Bologna, y otras maravillas de la época precolombina, y sobre todo, las disculpas, no quisiera ver enojada a doña Beatriz.