Economía en sentido contrario: Banamex
CIUDAD DE MÉXICO, 8 de noviembre de 2020.- Como comento la joven periodista Karla Daniela García de ADN 40: «La noticia que salvó el 2020» es sin duda el resultado electoral en la Unión Americana.
Con escaso margen, pero la ciudadanía estadounidense despide a un personaje que pasará a la historia de su país como uno de los mandatarios menos indicado para ocupar la responsabilidad encomendada por la ciudadanía; un patán que demostró su falta de respeto a la mujer, que disfrutó dividiendo familias y separando a hijos pequeños de sus madres, que no tuvo empacho en demostrar su falta de tacto diplomático, que hizo gala de su ignorancia, al restar importancia al sobrecalentamiento de la Tierra y que impulsó sus caprichos por sobre compromisos internacionales que demandaban el concurso de la economía de Estados Unidos con el mundo.
Por si fuera poco Trump denostó a personajes de la historia de su país y de otras naciones, fue un político que dejó en evidencia su falta de educación y cultura y que minimizó la emergencia sanitaria provocada por el Covid 19 ocasionando cientos de miles de muertes innecesarias entre sus compatriotas.
Dice AMLO que Trump fue respetuoso con México. No lo fue, rompió la tradición de respeto aparente, acusó a migrantes de ser criminales, drogadictos y malas personas a pesar del relevante apoyo que conceden a la economía de su país a cambio de poco.
No fue Trump buen amigo de México y ni siquiera buen vecino.
No fue respetuoso aunque en los últimos meses haya sido menos beligerante con nosotros.
Hace mal el Presidente de México al no reconocer la victoria de Joe Biden que no demuestra otra cosa más que la voluntad del electorado de la Unión Americana que justificadamente despide al patán de una función que no merecía su desequilibrado comportamiento mental.
Más problemas tendrá el Presidente de México con la llegada de Biden a la Presidencia de Estados Unidos.
Es un político, Biden, con una muy clara agenda ecológica, que ha comprometido billones de dólares norteamericanos en favor de una agresiva reconversión hacia las energías limpias para ofrecer resultados notorios en 2035.
Reinstalará a su país en los circuitos internacionales de la OMS y sumará nuevamente las voluntades de su nación en favor del medio ambiente y el combate a las prácticas que lesionan el equilibrio ecológico mundial.
No simpatizará Biden con un presidente vecino que insiste en privilegiar a la CFE y a PEMEX con prácticas que cierran la puerta no solo a la competencia empresarial sino a la aplicación de tecnologías limpias y amigables con el medio ambiente.
La CFE no puede seguir usando combustóleo caro y muy contaminante para la generación de energía eléctrica e impidiendo que otras empresas y sus capitales nacionales y extranjeros contribuyan con la generación de energía limpia y barata.
No puede desconocer nuestro Presidente la necesidad de revalorar su decisión de impulsar una contra reforma eléctrica en contrasentido a la lógica tecnológica y el compromiso de México con el mundo en la contribución de revertir los daños que hemos hecho a la Tierra.
Estados Unidos es responsable del 15% de las emisiones que ocasionan el efecto invernadero, pero para 2035 establecerá el siguiente gobierno de Biden reducir sus emisiones de esos gases en 50 por ciento, impulsar una justicia ambiental, crear 10 millones de trabajos en el arraigo de tecnologías limpias, liderar al mundo en ese compromiso convocando a una cumbre mundial que atienda y revise el tema y tomar el liderazgo en la implementación de nuevas tecnologías limpias a las que en México se les cierra la puerta.
El combustóleo que usamos en México para producir electricidad no solo condena a nuestros hogares a pagar más cara la luz sino a respirar en el ambiente el residuo de un combustible que tiene más de cuatro por ciento de azufre.
Pemex pierde dinero con cada barril de petróleo que refina para obtener un producto malo que en el mundo ha dejado de ser aceptado y apreciado
Pero olvídese de ello; el Presidente de México tendrá que replantear seriamente su relación con el siguiente mandatario estadounidense a quien tendrá que reconocer, no por su equivocada creencia de que al hacerlo le falta el respeto a Trump, sino por que Biden representa la voluntad de los electores vecinos en las urnas.
Para no hablar de la lección que nos dan los estadounidenses.
Momento de recordar ese dicho que reza: «cuando veas las barbas de tu vecino cortar, habrás de poner las tuyas a remojar».
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