Cortinas de humo
CIUDAD DE MÉXICO, 27 de diciembre de 2020.- Veamos algunos aspectos negativos y positivos que distinguieron el año que termina.
Los negativos:
Por una parte, la pandemia significa, a la vez, el gozne que termina de abrir la puerta al siglo 21, luego de que la caída del Muro de Berlín en 1989 y de la Unión Soviética en 1991 cerrarán la del siglo 20 y el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York en 2001 y la Gran Recesión de 2008 hicieran la transición entre las dos centurias. Sus efectos son todavía imprevisibles.
El alcance global del Covid-19 es de 80 millones de personas contagiadas y poco menos de 2 millones de muertos. México es uno de los países con más contagios y decesos.
La dinámica de la economía global y los sistemas nacionales se redujo de manera importante. No hay ganadores y perdedores sino más o menos perdedores que van de las grandes potencias en competencia a los países menos avanzados en las periferias y semiperiferias –como México– en el contexto de la Cuarta Revolución Industrial (digital, biotecnología, inteligencia artificial) que recolocará en el tablero político internacional a unos y otros.
El efecto sobre los factores sociales de la producción, tanto empresas y organizaciones diversas como sindicatos, trabajadores y operarios ha sido brutal. El tejido social se ha deteriorado. La violencia y el crimen lastiman momento a momento. Todos hemos perdido capacidad de ejercicio de derechos: a emprender, al trabajo, la seguridad social y los mínimos vitales (ingresos, alimento, agua, empleo, vivienda o servicios públicos). Han perdido más, millones de personas en el planeta y México quienes menos tienen y pueden.
De todos los derechos afectados, los derechos culturales a la libertad de expresión, creación, goce y disfrute de obras, bienes y servicios para el solaz y la elevación del espíritu y la mente han pagado una elevada factura. En México el débito con la cultura incluye intereses moratorios.
El cierre de espacios y el deterioro de la infraestructura cultural se suma al freno a la dinámica de la innovación y el intercambio de ideas y experiencia intelectual y artística, lo que es dañino para la vida pública.
Esta forma de Estado, que ha avanzado como escudo pro-derechos a los abusos del poder y se expandió en los últimos 70 años a partir del fin de la Segunda Guerra Mundial, ha enfrentado nuevos desafíos que se creían superados. Según mediciones globales, en 80 países se registraron agresiones a las libertades fundamentales.
Ya sea en Europa y Asia (la Rusia de Putin o la Hungría de Urban), Medio Oriente (el Israel de Netanyahu), o las Américas (el Estados Unidos de Trump, Colombia de Duque, Brasil de Bolsonaro, o bien en algunos aspectos la Argentina de Fernandez o el México de Lopez Obrador) unos más y otros menos han experimentado impactos en derechos y principios fundamentales varios: por ejemplo la división de poderes, el federalismo o la independencia del juez.
Los positivos:
Entre los positivos hay que apuntar la resiliencia de la sufrida Agenda 2030 de la ONU; las encíclicas del Papa Francisco y sus llamados a la educación, ecología y fraternidad, así como la propuesta de Constitución global de Luigi Ferrajoli o el movimiento pro ecologista de Greta Thurnberg.
Se aprecia una nueva preocupación por equilibrar el indisponible derecho a la libertad con el indispensable valor de la igualdad y la práctica de la fraternidad, la cooperación y la compensación en favor de la mayoría vulnerada y los olvidados de siempre.
México tiene mucho que compartir en este tema dadas sus fuertes tradiciones comunitarias y colaborativas que la lucha contra la Covid 19 ha reactivado.
Destacó la continuidad no solo del reconocimiento de los derechos de las mujeres y su expansión global sino su traducción en hechos cotidianos y logros concretos sobre una amplia agenda llena de pendientes históricos intolerables.
La revolución de las mujeres es uno de los principales motivos de esperanza en un mejor futuro que ya no nos alcance sin la preparación y la civilidad debidas. En México la paridad e igualdad efectiva es un principio constitucional.
La ciencia ha vigorizado su prestigio. En breve: ¿Que podría sustituir la vacuna contra el VIH-Sida o contra la Covid 19, vista la necedad de los seres humanos?
A la vez, ha sido muy positiva la revaloración y uso de la tecnología digital que nos ha acercado en el confinamiento y la distancia y nos invita a mejorar y balancear la pedagogía de la vida tecnificada y la virtualidad con la necesaria dimensión presencial y experiencial de nuestra naturaleza gregaria.
Con todas sus fortalezas y debilidades, las instituciones heredadas, como lo son los poderes públicos, han funcionado y mantenido sus funciones esenciales de legislar, gobernar y resolver los conflictos de sociedades saturadas y complejas.
En particular, la democracia electoral se ha mantenido, así sea en el filo de la navaja sanitaria, y ha podido seguir garantizando la participación política ciudadana y popular en la toma de decisiones colectivas. En Estados Unidos, la democracia se resistió al sacrificio populista conservador y ha puesto el ejemplo.
En resumen, las tendencias previas a la pandemia se han agudizado, otras se han diluido, pero los homo sapiens seguimos adelante en busca de encontrar la salida al laberinto de la civilización que nosotros mismos hemos diseñado.
Estamos condenados a vivir juntos y cooperar si no queremos extinguirnos.
¡En medio del contexto adverso, buen fin de año 2020!