El último aliento
● La Jefa de Gobierno exoneró a priori a Omar García por acusaciones de soborno del narco. También investigó a Jesús Orta y salió bien pero ahora está prófugo.
CIUDAD DE MÉXICO, 21 de enero de 2021.- Vaya síndrome de los funcionarios de la Cuarta Transformación. Claudia Sheinbaum Pardo se dejó llevar por el compañerismo, y de plano exoneró a su secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, señalado por un testigo de Guerrero de aceptar sobornos del narco.
Y aun cuando la presunción de inocencia es uno de los grandes logros de la civilización en materia de justicia, Andrés Manuel López Obrador no dudó en pedir esta mañana que se investigue al presunto implicado, simplemente porque las revelaciones del testigo “Juan” llevaron al hallazgo de restos de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos.
También porque datos certeros del testigo aportaron suficiente evidencia para girar órdenes de aprehensión contra 18 militares, entre ellos un capitán del Ejército, acusado de estar involucrados en los hechos de Iguala el 26 de septiembre del 2014.
De hecho antes de la conferencia mañanera de este jueves, a las 6:59 horas, García Harfuch ya había publicado el twitter: “Niego categóricamente las declaraciones dolosas hechas contra mi persona por un delincuente, hoy “testigo protegido”, publicadas por @reforma. Mi trayectoria en el combate a la delincuencia organizada en distintos frentes habla por sí misma. No tengo nada que ocultar” (https://twitter.com/OHarfuch/status/1352239484373524481?s=20).
Esto es, seguramente el presidente fue informado antes de iniciar la mañanera del texto del titular de la SSC de Sheinbaum, y aún así no citó la declaración del funcionario, pero sí dijo que la información del periódico Reforma era auténtica, “real”, y que les habían filtrado el expediente.
Al final del tema, López Obrador sentenció: «Nosotros no establecemos relaciones de complicidad con nadie» (video https://youtu.be/R9uDnVUo4Ug).
Todos hemos visto que el Presidente NO es un adalid defensor de la presunción de inocencia, ya que cuando quiere proteger a alguien, a pesar de la evidencia, lo hace sin ningún pudor y sólo le basta su certeza moral. Pero no fue el caso de Omar García, entonces ¿qué sabe el Presidente..?
Las filtraciones de expedientes normalmente se hacen en una parte del proceso donde ya pasó por varias manos. Digamos que salió de la Fiscalía General de Alejandro Gertz Manero por requerimiento de la defensa, o se presentó en algún juzgado, o pasó por otras manos, de tal forma que el investigador no sea el único sospechoso.
Entiendo la indignación de la Jefa de Gobierno, su primer Secretario de Seguridad sigue prófugo desde agosto, y como dice en defensa de García Harfuch, también pasó los exámenes de control de confianza, consultó a las autoridades y a ONGs sobre su historial y solvencia moral y no le encontró nada.
El hecho es que Jesús Orta Martínez anda a salto de mata evadiendo la justicia como parte de las 19 órdenes de aprehensión concedidas por un juez a la FGR, por el caso del desvío de más de dos mil 500 millones de pesos en tiempos en que era funcionario de la Policía Federal.
En el caso de García Harfuch, el testigo “Juan” dice que cuando fungía como Coordinador Regional de la Policía Federal en Guerrero en el 2014, recibía 200 mil dólares mensuales por permitir el trasiego de droga del cártel Guerreros Unidos, quienes también le daban 50 mil dólares mensuales al entonces Procurador del Estado, Iñaqui Blanco.
En la conferencia de este jueves, Sheinbaum comentó que cuando el Fiscal Gertz Manero le informó que Orta Martínez estaba siendo investigado de inmediato le pidió su separación del cargo.
Lo que viene ahora puede resultar en un tremendo lío para Claudia, por la exigencia del Ejecutivo a cumplir el compromiso del gobierno con los deudos de los normalistas de Ayotzinapa, y a la autenticidad del expediente publicado por Reforma.
Veremos el proceder del Fiscal General, urgido de reivindicación porque el carpetazo al caso del General Salvador Cienfuegos Zepeda le ha valido la crítica frontal del Departamento de Justicia de Estados Unidos y de un sinnúmero de sectores y de la opinión pública, e inclusive de la izquierda más contestataria de Morena.
La palabra la tiene Alejandro Gertz Manero.