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CIUDAD DE MÉXICO, 16 de abril de 2021.- La salud mental de las personas es la base del bienestar y funcionamiento efectivo dentro de una comunidad y más ahora, cuando tenemos cerca de 14 meses de vivir en confinamiento por la pandemia de salud.
Se necesitan implementar estrategias para que la salud mental de las personas se convierta en una arista de la salud integral y que las personas que requieran de este tipo de atención, puedan hacer frente a todos los retos que se avecinan con el retorno a las actividades, según lo permita la pandemia sanitaria, manifestó Dulce María Pérez Torres, catedrática investigadora de la Facultad de la Psicología de la UPAEP.
Al agregar que “la persona puede estar sana, pero si no tiene un lugar para ejercer su trabajo, para emplearse, seguramente se va a sentir enfermo y por consecuencia requiera de los servicios de atención mental. Además de que experimentará otros temores ante los escenarios que se vayan presentando en los diferentes entornos sociales y pueda irse conectando con el tejido social con sus nuevas experiencias, con sus nuevos hábitos y desde sus nuevas trincheras”.
Advirtió que en esta nueva convivencia social que se dará en breve, la gente tiene que llegar con nuevos hábitos y re-educada desde casa, porque sólo así se podrá mejorar el tejido social que se tiene actualmente, en donde se registran altos índices de violencia no sólo en México, sino en todo el mundo.
A nivel de personas, a nivel de comunidad y de grupos, se ha registrado un alza en la demanda de asistencia psicológica, de orientación y al mismo tiempo de acompañamiento psicológico, tanto a niños como familias y personas adultas, así como a nivel de comunidad, a causa de la pandemia y de los problemas sociales que se han presentado.
Enfatizó que el cuidar y atender la salud de las personas significa un ahorro financiero, porque las personas que saben que la salud mental es fundamental para funcionar adecuadamente en el sistema social, abonan para su trabajo en cuanto a su persona, su autoestima, su educación socioemocional y también ante las situaciones de frustración que se le van presentando día con día durante todo este tiempo de pandemia y a todo esto se le llama salud pública y sobre todo porque está ligada al bienestar corporal y posteriormente al funcionamiento de la salud social, laboral, de pareja y de familia.
Indicó que la Organización Mundial de la Salud, define el concepto de salud como el estado óptimo de una persona en lo físico, social y mental, en donde se unen estas tres aristas y una más que en lo personal agregó la Dra. Dulce María Pérez, que es el aspecto espiritual, que ha recobrado una notoriedad recientemente, porque tiene que ver con la capacidad que tienen los seres humanos para el estado de la contemplación, de la introspección de la misma persona y poder entender qué está pasando en el mundo y poder afrontar los retos que se están presentando junto con las personas que están a su alrededor.
De igual forma, Pérez Torres, indicó que la OMS está invitando a los países a construir un mundo más justo, en donde las personas se deben de ocupar de sus seres queridos, de uno mismo, al igual que en la medida de las posibilidades, ayudar a los vecinos y al desarrollo de la comunidad a la que pertenecen.
Exhortó a las personas a tener una actitud positiva frente a la realidad que se está viviendo con relación al Covid-19, al señalar que si la gente ya aguanto cerca de 400 días en confinamiento, esperando una vacuna, debe seguir esperando a que esta llegue en el momento que le toque y por consecuencia, seguir con los cuidados de higiene personal.
Pérez Torres señaló que México se encuentra ubicado entre uno de los países con más índices de mortalidad en cuanto a diabetes e hipertensión, “y ha provocado que gente muera sin asistencia médica de ninguna índole, lo que también afecta no solo a la persona que está viviendo esta situación, sino también a la infraestructura de las familias que a final de cuentas como núcleo de la sociedad afecta al tejido social y esto repercute de manera directa porque las personas al no tener una solvencia económica fuerte, corren el riesgo de convertirse en delincuentes y van a delinquir para poder salvaguardar su propia integridad y se justifican diciendo que no tienen trabajo, no tienen salud y dinero y por ello, actúan de esa forma”.
Por lo tanto, dijo que toda la sociedad tiene que trabajar de manera coordinada para que desde sus diferentes aristas se pueda regenerar el tejido social, de buscar un equilibro respecto a la salud mental de las personas y poder afrontar de una manera más fortalecida el mundo que se está presentando. Que los medios de comunicación, instituciones públicas y privadas manejen mensajes positivos que ayuden y orienten a las personas en su estado de ánimo y convivencia social.
Subrayó que sólo de esta manera, cuando la gente tenga que salir a la calle, y pueda regresar a sus actividades según lo permita la pandemia de salud, lo haga de la mejor manera, “contar con las mejores condiciones para hacer frente a la tolerancia, resistencia a la frustración, fomentar el trabajo en equipo, realizar trabajo colaborativo, porque sólo así se podrá vivir de manera mejor, dentro de un mundo más digno”.
Agregó que los especialistas de la salud en los próximos días tendrán que ofrecer una atención integral, desde los médicos, psicólogos, trabajadores sociales, enfermeras y demás especialistas porque muchas personas presentarán algunos malestares provocados por la pandemia y por el largo tiempo que estuvieron guardados en casa, al grado de llegar a experimentar el “síndrome de la cabaña”, al presentar varios problemas de salud físicos y mentales, al grado de tener la sensación de sentirse enfermas.
Por último, dijo que hay niños que durante la pandemia desarrollaron ciertas enfermedades de salud y son niños vulnerables, por lo que las instituciones de salud pública y educativas, tendrán que implementar estrategias para poderlos atender; hay niños que están deprimidos, desesperanzados porque se siente solos, sin el acompañamiento de sus padres; hay otros grupos de niños que tienen algún tipo de problema educativo especial, niños rebeldes y que de nueva cuenta estarán de regreso a la escuela y requerirán de algún tipo de atención para volver armonizar con sus demás compañeros.
Por último, dijo que los padres de familia deben estar conscientes de que la escuela “no es una guardería gigante”, porque ya se dieron cuenta que la escuela es un espacio de aprendizaje y recreo para los niños, de ahí que es importante que la gente esté preparada para trabajar de manera colaborativa, padres de familia y maestros en este regreso a clases según lo permita la pandemia de salud.