Llora, el país amado…
*Modelo de Gestión de Conagua, Obsoleto
CIUDAD DE MÉXICO, 23 de junio de 2021.- El que quiera agua celeste, que le cueste… La crisis del agua en México provoca que 12 millones de personas no tengan agua potable. Nuestro país enfrenta una situación crítica en cuanto al uso de sus recursos hídricos a causa de la sobreexplotación, contaminación y mal uso de las fuentes del vital líquido; aprovechado de más por la industria.
De acuerdo con el Observatorio de Conflictos Socioambientales de México, en el territorio nacional hay 333 conflictos por tensiones y disputas generadas por el uso, acceso, control y apropiación de los bienes comunes naturales y territoriales.
En esas confrontaciones convergen múltiples actores: empresas trasnacionales, organismos multinacionales o estatales, grupos, pueblos y comunidades afectadas; al igual que organizaciones que coadyuvan en la defensa del territorio; cada uno, con diferentes concepciones sobre el espacio y la naturaleza.
Una nota publicada el 17 de abril pasado en la página web de tal organismo, anota que los conflictos por el agua pueden adoptar diferentes connotaciones: de tipo ambiental, identitario-cultural, territorial, político, de distribución de riquezas, geopolítico o de desarrollo local-regional. Pero los conflictos por el agua en México tienen diversas causas. Se identifican tres que las generan:
– Trasvases-transferencia de agua de una cuenca a otra. Los proyectos de trasvase de agua en México han sido impulsados como solución para abastecimiento del líquido a las grandes ciudades y complejos industriales y turísticos.
Sobre todo, porque han visto rebasada su capacidad para abastecerse por cuenta propia, y requieren importar agua de cuencas vecinas o lejanas, desencadenando grandes afectaciones a las zonas rurales y regiones indígenas; así como a los sistemas hidrológicos que dan soporte a los ecosistemas.
– Sobreexplotación.- Utilización de un volumen de agua mayor al que se recarga de manera natural. La falta de rigor técnico en el cálculo de los balances hídricos y la poca vigilancia de las extracciones fomentan un uso no sostenible y poco transparente del agua, generando conflictos. Se estima que 102 de los 653 acuíferos en el país se encuentran sobreexplotados.
– Degradación.- Disminución en la calidad de agua y salud de los ecosistemas por contaminación, canalización, represamiento y otras alteraciones. Según datos actuales, gran parte del territorio muestra una degradación de las cuencas hidrológicas, y 45 por ciento de los cuerpos de agua carecen de calidad, lo que constituye gran riesgo para la salud de la población.
Los conflictos por el agua provocan movimientos socio-ambientales, que constituyen iniciativas particulares de acción colectiva para incidir en problemas de interés común, proponiendo alternativas societales. Asumen la denuncia y la crítica al modelo de gestión de los recursos naturales; y reclaman nuevos espacios de participación en la atención de los grandes problemas de deterioro ambiental.
Con todo, urge se reconozcan y aborden los problemas socio-ambientales que desencadenan conflictos por el agua, y los movimientos sociales que se desarrollan a lo largo del territorio, teniendo como base la protección, respeto y garantía de los derechos humanos y ambientales. El diablo fue al mar, pero Dios (empresas) se lo habían bebido…
Hay veces que el pato nada… Mientras mineras, refresqueras, cerveceras y armadoras de autos captan al año volúmenes mayores al almacenamiento del Sistema Cutzamala, ríos y acuíferos están secos. La gente carece de agua o la recibe unas horas al día; cuando autoridades piden eficientar su uso, pero industrias mantienen concesiones sin límites, en acuíferos sobrexplotados.
Y es que en México plantas industriales concentran al año un volumen de líquido superior a la capacidad de almacenamiento del Sistema Cutzamala (que tiene tres presas y abastece el 33 por ciento del agua del valle de México), al sumar en conjunto 837 millones 245 mil metros cúbicos al año para sus actividades.
Expertos –según publicó el diario La Jornada–, alertan que frente a la sequía que sufre el país por el bajo nivel de las presas, a los ciudadanos se les responsabiliza de cuidar el agua, hay que evitar el desperdicio y cambiar la forma de consumo. “Pero el desabasto no es su responsabilidad”, alerta Nathalie Seguin, de la organización Red Mexicana de Acción por el Agua.
El desabasto tiene que ver con el modelo de gestión obsoleto de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), solapado por la Ley de Aguas Nacionales (LAN), que no contempla el líquido en forma transversal ni que se necesitan los ecosistemas para cumplir su ciclo, pero permite su concentración y acaparamiento hasta por 60 años; cuando 2.1 por ciento de usuarios detentan 61.4% del agua.
El reporte Captura política, grandes concentraciones y control de agua en México, realizado por la UNAM y Oxfam; y el director del Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México, Víctor Bourguett, avalan establecer programas de eficiencia en el uso del agua en la industria, a la cual se le exige el costo de la tarifa y, “mientras más consuman, más pagan”.
En México hay sectores industriales como plantas de minería, de cerveza, refrescos y armadoras de autos ligeros. El Sistema Cutzamala, en las presas Valle de Bravo, Villa Victoria y el Bosque, tiene una capacidad de almacenamiento de 782 millones de metros cúbicos.
Precisa que la industria cervecera cuenta con 18 plantas embotelladoras, sobre todo en el norte y centro del país, la mitad en zonas con déficit de agua. Las refresqueras en su mayoría están en acuíferos sobrexplotados, sobre todo en el centro. Las armadoras de autos están en el centro, Bajío y norte, en corredores industriales, también con acuíferos sobrexplotados.
En 2014, la minería extrajo 437 millones de metros cúbicos, suficiente para abastecer a la población entera de Baja California Sur, Colima, Campeche y Nayarit; y se ubica entre las actividades industriales que causan mayor impacto sobre el medio natural, acusa Manuel Llano, de CartoCritica, en un análisis de las concesiones de agua a este sector.
La LAN permite este tipo de acaparamiento y la Ley General de Derechos favorece que los usuarios de agua con fines de lucro paguen centavos por cada metro cúbico, acota Nathalie Seguin. Y falta actualizar la información sobre el uso del agua, porque acusan al sector agrícola de ser el gran consumidor.
Pero cuando se investigan y revisan sus pozos, se observa que son utilizados por mineras, inmobiliarias y refresqueras. Se desconoce si se mantienen en el límite de extracción de agua autorizado, ya que los usuarios deben contar con medidor y muchos no lo tienen. Y aunque no sea el bautisterio: El que entra a la iglesia, aguanta la misa…