¿A quién corresponde defender?
Relacionadas Especial Candidaturas disputadas/Federico Berrueto Inicio/ Opinión 8:10 07 de enero de 2022 Federico Berrueto/Quadratín La disputa por las candidaturas es propia de la política. Los partidos con mayor fortaleza padecen más intensamente las diferencias porque la candidatura es percibida simple aduana para lograr el cargo. Las divisiones por el proceso de selección en el Regeneración Nacional muestran que la encuesta no es el mecanismo idóneo para resolver la competencia entre aspirantes. Las fracturas pueden comprometer el triunfo por las deserciones, además porque cuestionan a la candidata o candidato y por debilitar al partido o coalición que la o lo sustente.
La democracia partidaria es la tarea pendiente, aunque ya se dan al INE facultades para participar en los procesos internos. Emplear encuestas es coartada para no democratizar, y su implementación obliga a reglas que den certeza a los contendientes sobre su buen empleo. Sin transparencia, sin consensuar método y técnica de levantamiento, y sin involucrar previamente a los contendientes comprometiéndoles a respetar el resultado, es inevitable la inconformidad, más cuando casi todo aspirante lleva bajo el brazo un estudio de opinión favorable. En el mismo sentido, el tema de paridad de género puede excluir a quien mejor se ubique, como sucedió con Morena en Oaxaca y Durango.