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Educación con Jornada Ampliada y Alimentación: soluciones desde Michoacán
Horacio Erik Avilés Martínez
Ha transcurrido una semana más sin que se haya modificado las reglas de operación del programa La Escuela Es Nuestra (LEEN) para el ejercicio 2022, lo cual mantiene aún sumidos en el desasosiego y la precariedad a los estudiantes y sus maestros, quienes solían ser beneficiarios de la jornada escolar ampliada y de la alimentación, recibidas en sus respectivos planteles escolares.
Como pocas causas en los últimos años, haber borrado ambos componentes de LEEN para este año ha generado indignación generalizada, el tema ha estado en agenda pública y ha hecho pronunciarse al presidente de México, a sus colaboradores más cercanos, a organismos de la sociedad civil nacionales e internacionales, a la oposición política, así como a maestros, estudiantes, madres y padres de familia por igual. Más allá de que la situación sea empleada para refrendar enconos y exacerbar polarizaciones de antaño, bien vale la pena identificar que la diferencia entre esta y muchas otras causas reside en que son 3.6 millones de estudiantes directamente afectados, que existe evidencia científica demostrada respecto a los beneficios en el aprendizaje y en el combate a la pobreza que brindan la jornada escolar ampliada y la alimentación a los estudiantes. Ante hechos tan objetivos, la atención nacional ha logrado sostenerse y la voz popular pide una solución a un error de gabinete, adultocéntrico y que, al final, tiene solución en sentido inverso: poniendo el interés superior de niñas, niños y jóvenes al centro y realizando la labor burocrática respectiva para contar con reglas de operación garantistas.
A pesar de la obviedad de los pasos a seguir para resolver la situación, se ha quedado en el vacío del espacio común y muy poco han avanzado quienes se equivocaron en enmendar su error. Ya se cuenta con el compromiso firme de al menos 14 gobernadores respecto a solucionar la situación desde lo local, pero la SEP no ha hecho mayor cosa. Ya es tiempo de que se resuelva la situación.
En contraste con la pasividad de la SEP, desde la sociedad civil se han dado pasos importantes. Mexicanos Primero durante esta semana realizó un space en Twitter donde decenas de participantes dialogaron respecto a las posibilidades de solución para tales efectos, explorándose bajo un enfoque jurídico inicialmente, pero incorporándose elementos operativos por parte de quienes tomaron la palabra. Paralelamente, el área de investigación de la organización presentó una propuesta de acuerdo modificatorio ante la Secretaría de Educación Pública, con la finalidad de que las autoridades competentes tengan la oportunidad de rectificar los pasos ya dados, los cuales lamentablemente apuntaron en sentido inverso al de la progresividad de los derechos humanos de las comunidades de aprendizaje respectivas, lo cual impacta a una gran mayoría de niñas, niños y jóvenes en situación de pobreza y marginación.
Michoacán no ha sido la excepción al respecto: ha habido declaraciones, protestas, movilizaciones, inquietud y mal sabor de boca. Lo que es cierto es que hay muy buenas condiciones respecto a otras entidades federativas en cuanto a poder sostener los componentes de alimentación y de jornada ampliada para más de 74 mil estudiantes, quienes asisten a 884 planteles de tiempo completo. Por ejemplo, contamos con al menos diez razones para considerar que podemos lograrlo:
Considerando las circunstancias anteriormente descritas, nuestra entidad puede ser pionera en la nación al no solamente dejar en el terreno de lo discursivo la situación, sino realmente garantizar los derechos de niñas, niños y jóvenes, así como cubrir las áreas de oportunidad que, en lo laboral pudieran generar vacíos para los trabajadores de la educación.
Con todas esas condiciones imperantes está dado el escenario para que se formalice, a manera de decreto, acuerdo o ley, desde el Periódico Oficial del Estado de Michoacán de Ocampo, tanto la alimentación, como la jornada ampliada en las escuelas que ya tenían los citados servicios.
Más aún, puede darse bajo el principio de progresividad la extensión de estos beneficios para todas las escuelas de Michoacán, atendiendo especialmente las regiones más marginadas y a la población más desfavorecida socioeconómicamente, así como a comunidades afectadas por la delincuencia, la violencia en general, la pobreza y la migración.
Incluso, por qué no pensar en que sea el ejecutivo estatal nuestro principal gestor para que la federación rectifique y proteja los derechos humanos de los millones de estudiantes quienes por ahora están siendo privados de alimentación y de una escuela con jornada completa.
Demostremos que somos mucho más que el “jardín económico de EE. UU.” o el primer lugar nacional en delitos de alto impacto: es tiempo de mostrar que desde nuestra entidad federativa sabemos proponer, que podemos encabezar medidas de política educativa garantistas, con centralidad en los derechos de las niñas, niños y jóvenes. Merecemos ser un Michoacán educador.
Sus comentarios son bienvenidos en [email protected] y en Twitter en @Erik_Aviles