Hieren a individuo en un intento de asalto en el Istmo
OAXACA, Oax. 30 de marzo de 2022.- Los seis menores que murieron calcinados al arder su choza en Coicoyán de las Flores fueron sepultados la tarde de este martes.
Entre llantos y flores, depositaron los cuerpos de Rosalba, de 11; César, de 8, Irma, de 6; Víctor, de 4; Gabriel, de 1 año seis meses y una bebé mujer que aún no tenía nombre, de seis meses, fueron enterrados en una fosa común, en un cerro de Santiago Tilapa, agencia de Coicoyán de las Flores.
Los sepultaron en un lote baldío, no en el panteón municipal. Martha, la madre, se quedó sin nada y solo ha recibido aguas y refrescos.
No tiene casa, sus familiares están en los Estados Unidos y uno de sus hijos no puede cruzar la frontera por su situación migratoria.
De los políticos, solo recibieron condolencias virtuales. La realidad en Tilapa es distinta.
La madre de los seis niños lo perdió todo, sus hijos, su casa, su ropa y es una tragedia que enfrenta sola.
Esta mujer que aún no llega a los 30 años, tendrá que soportar este funesto episodio por los tres hijos más que le sobreviven.
Consterna la muerte, pero en Coicoyán conviven con ella, los menores mueren por desnutrición. La estadística señala que el 99.3% de su población vive en la pobreza.
Comparten un patrón: los hombres emigran a los Estados Unidos, las mujeres se hacen cargo de la casa, de los hijos y del sustento.
Otros factores sitúan a este municipio como de alto riesgo. Santiago Tilapa es la penúltima localidad de los límites con Guerrero, antes de Rancho Pastor.
Muchos gobiernos han hecho de Coicoyán un compromiso para la disminución de la pobreza.
La realidad choca con el discurso. En esta localidad, que celebra a su santo patrón cada 25 de julio, la pobreza persiste y engulle a sus habitantes.
La familia Martínez tenía apenas una choza construida de cartón y madera, sin piso de tierra, donde vivían hacinados y con una jefa de familia. La dispersión de las viviendas impidió que el auxilio fuera inmediato.
Para el sepelio hubo flores, en este municipio es algo que distingue, igual que sus huipiles que son tradicionales, pero complejo para que la gente salga a venderlos.
Los seis menores quedaron sepultados bajo esta tierra pobre que recibirá a otros niños y niñas que tampoco tienen futuro, en una montaña que muchos conocen solo por el mapa.
Más allá de una investigación, que debe realizarse, lo que requieren es ayuda social, psicológica para la madre y generar las condiciones mínimas para que la familia Martínez García vuelva a comenzar.
Las autoridades de Santiago Tilapa mencionaron que están pidiéndole apoyo a los abuelos de los niños, pero tampoco pueden hacer mucho.