Padre Marcelo Pérez: sacerdote indígena, luchador y defensor del pueblo
Libros de ayer y hoy
Islas Marías y la prisión del mar
Teresa Gil
Las Islas Marías serán un refugio de cultura para visitantes, en aquellos sitios una vez sombríos y ahora abiertos a un mar de promesas. Y el personaje central que recibirá a los viajantes será un ser en el que la prisión delineó novelas e hizo clásica la lucha por la libertad: José Revueltas. Las prisiones lejanas que permitían a los gobiernos y a los pueblos librarse de peligrosos delincuentes o de indeseables políticos, en realidad eran una violación flagrante al derecho. Eran instrumentos de destierro que se parapetaban en el crimen o el deseo de expulsar. Está el famoso caso del castillo de If que estaba en Marsella. Y que es base de una de las historias más fabulosas de la literatura, la de El conde de Montecristo, pero a esta se pueden añadir muchas prisiones a las que además, abusivamente, los países expulsores enviaban a sus reos. A países colonizados o dependientes que tenían entornos o islas donde instalar a los expulsados. Las Islas Marías son propiedad de México desde siempre, legalizadas desde 1905 pero de alguna manera cumplían el simbolismo del destierro porque muchos prisioneros de hecho estaban condenados de por vida y eran enviados a vivir y a morir a tierras extrañas a las del infractor. De 1905 a 2019, estuvieron en esas tres Marías con nombre muy religioso y su islote, más de 45 mil presos; uno de ellos está escrito en nuestra memoria literaria, fue preso en dos ocasiones por cuestiones políticas, el ya mencionado José Revueltas. De ahí salio su famoso libro, Los muros de agua ( Ediciones Era 1941).
EL TERROR CUNDÍA CUANDO SE ANUNCIABAN LAS FAMOSAS CUERDAS
Cuantas veces vimos en imágenes o en películas los encordados, las filas que por sus respectivos crímenes y condenas, eran llevadas a las Islas Marías. Estas, resguardo tenebroso aparecía en la memoria de los pueblos, como aquellos lejanos sitios donde los sueños tenían el tope en la orilla de una playa. De ahí no se podía pasar. Nos recuerda lo que hizo Henri Charriere, Papillón, en sus muchos intentos por huir de todas las prisiones enmarcadas en el mar, algunas fueron reales, otros vividas por personas diferentes, y algunas son parte de la ficción que él creó en su famoso libro Papillón y continuado en otro llamado Banco. De las Marías se cuentan muchas cosas, historias de presos, de violencia de sus diez compartimientos distribuidos en alrededor de 300 kilómetros, donde se vivía la pobreza, la disputa, la violencia y terminaban en muchos casos los sueños. Charriere pudo haber huido de ese lugar tal como lo hizo en la película Papillón en 1973, un Steve MacQueen que lo representó , al huir de la Isla del diablo. Antes Charriere había estado en la Isla de la Salvación, casi siempre desterrado como bazofia por un crimen que al parecer no cometió La inefable Francia que asi se libró de Edmundo Dantés, lo hacía con miles de condenados como el escritor, Evadido a Venezuela en donde se alojó, asumió la nacionalidad y el propio presidente de Francia le dio la absolución, se convirtió en uno de los grandes personajes de los años setenta. Murió en 1973 a los 66 años.
LOS MUROS DE AGUA DETALLA LA VIDA, CUANDO LOS LÍMITES SON EL MAR
Reconocer la obra de un antiguo preso que estuvo en 1932 y en 1934 en la colonia penal Islas Marías es incidir en una obra que muestra lo que han sido para las sociedades capitalistas, los sombríos lugares a donde van sus desechos. Y aunque en el caso de Los muros de agua, la obra de José Revueltas se trata de sanciones políticas a cinco jóvenes comunistas, también se expresa como lo estamos viendo ahora en la guerra Rusia- Ucrania, la separación ideológica de los que subsisten en una sociedad o en el mundo. En esa obra una de las primeras del autor duranguense, se expone la crueldad y la violencia de las cárceles capitalistas, de la forma como la propia sociedad crea a esos seres y ella misma los desecha. La obra manifiesta la violencia, los castigos, la explotación de los seres y la deshumanización en el que caían los sistemas penales. Revueltas que era un conocedor al respecto, lo vivió en Lecumberri en donde también estuvo preso por motivos políticos. El Centro Cultural de Capacitación Ambiental y Educación de Niños y Jóvenes, Muros de agua José Revueltas, reivindica los cambios que se tratan de dar al sistema penitenciario mexicano trasformando cárceles sombrías y violentas en cuerpos culturales. Y en si mismos, de dar un mensaje a los demás centros penitenciarios que no entran todavía en este nivel en donde se producen muy seguido enfrentamientos y muertes de esos desafortunados que signó la propia sociedad. Revueltas murió a los 62 años en 1976. Escribió siete novelas, entre las que destaca El Apando.