Que los libros regresen para que sean leídos por otros ojos: Rivera Garza
El Elefante, enorme y maravilloso animal que habita entre nosotros sobre la faz de la tierra. Siendo el, el animal más grande sobre el planeta que siendo mamífero puede existir, ya que se han hecho estudios, y en ellos se sabe que, por el volumen del animal, el elefante se sofocaría de calor. ¿Pero qué es lo que les permite sobrevivir? Otro mamífero que es de mayor tamaño, es la Ballena, la cual, por estar dentro de las aguas oceánicas, puede mantener una temperatura que le permite vivir, ya que su volumen no se lo permitiría sobre la tierra. Así entendemos los viajes de estos maravillosos mamíferos en aguas gélidas por las cuales transitan sobre las corrientes de sus aguas, manteniendo su estable temperatura y con ello la posibilidad de sobrevivir.
Retornando al Elefante, vemos que hay una diversidad enorme de esta especia. En el África del Siglo XV, cuando lo primeros navegantes portugueses cursaban estas costas, se sabe de animales longevos y de enorme tamaño, los cuales podemos llegar a conocer por la pervivencia de enormes colmillos de marfil que a nuestros tiempos han llegado.
Así vemos que los Elefantes de África tienen un determinado tamaño y diversa densidad a los del Sureste de Asia mismos que son de menor tamaño. Y con gran curiosidad de mi parte, se me ha explicado en varias ocasiones tanto en el Museo de Historia Natural de Nueva York, como en el de Londres, que de acuerdo al tamaño del paquidermo son también el tamaño de sus orejas, las cuales al estarse abanicando se convierten en un radiador que enfría la sangre que por ellos circula, permitiéndoles mantener una temperatura, evitando así se abochorne al grado de morir.
Ganesha India S. XIX Bronce a la cera perdida Coll. Rodrigo Rivero Lake |
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Históricamente los elefantes han formado parte de nuestras vidas, Quien no recuerda sus piruetas y monerías en los grandes circos tradicionalmente mexicanos de Atayde, animales cuyos amaestradores los querían enormemente y de corazón, como ustedes a sus perritos o a cualquier mascota que son tu alma y compañía de tu ser. Por desgracia y publicidad mal enfocada, en nuestro querido país se promulgo una mala ley, como muchas que ha habido y seguirán promulgándose, de retirarlos por fuerza del estado de sus dueños, y fueron llevados a un exilio donde más de 900 animales, queridos y cuidados por sus dueños murieron de inanición, caso extremadamente doloroso, que se ha guardado en el olvido, pero cuyo genocidio así es inaceptable y eso nunca debe de olvidarse
Pues históricamente el elefante también este arraigado a nuestra historia de este nuestro gran país Virreinal. Hay dos historias que por desgracia no conservo datos detallados de ambos casos ya que se dice que, en el año de 1778, el secretario asistente del Secretaría de Indias, donde nuestro estudiado José de Gálvez uno de los personajes que deambulan por nuestro reciente libro Los Gálvez y su Tiempo. Turner España, Rodrigo Rivero Lake, quiso regalarle al rey de España don Carlos III un elefante. Se contrario de la compra en las Filipinas con un costo de 20,000 escudos y se pretendía mandar de Manila a Acapulco, de allí atravesar a Veracruz, de donde seria nuevamente embarcado a Cádiz y de allí a Madrid, Será este caso por celos de que al rey de Portugal ya había recibido regalo similar (leer a Saramago al respecto), Se sabe que quedó esta elefanta llamada Al nabab en Acapulco donde murió.
Hay otra historia de un regalo del rey de Siam, hoy Tailandia que envió al rey de España, tiempos de grandes relaciones con Siam y Cambodia a finales del silo XVII y principios del XVIII cuando inclusive tuvimos una batalla en Cambodia contra el rey de Siam donde las primeras tropas mexicanas novohispanas de ultramar, tuvimos feroz y épica batalla. Esta elefanta en cuestión, de acuerdo a mi memoria y estoy hablando sobre la rodilla, llego a Acapulco, ¡quedo perdida! siempre me he preguntado si estaba mal estacionada y se la llevaron al corralón o si fue como los gastos públicos que se siembra un ahuehuete muy costoso y, ¡se olvidan de regar!