Los fantasmas de Toño Malpica llegan a la FILO
Crónica de una ponencia
Tengo una casa
con muchas ventanas
Víctor Fuentes, Ventanales
Santiago Matatlán. La llovizna anticipó la celebración de Santiago Apóstol, la noche del domingo el cielo se iluminó en medio del estallido de cohetes y toritos, la quema del castillo de fuegos artificiales.
En las instalaciones de La Fiesta del Mezcal -con la presencia de 50 artesanos mezcaleros-la señora Carmen Méndez Ruiz recordó a su bisabuelo, Tomás Méndez, que en el siglo XIX elaboró mezcal en ollas de barro; a su abuela, que le contó de la iglesia, su construcción: “piedra sobre piedra”.
La ciencia y la fiesta del mezcal
Había concluido la ponencia La lápida zapoteca y la zona arqueológica de Santiago Matatlán, organizada por el Comité de la Fiesta del Mezcal; afuera, insistía la llovizna en bendecir la tierra árida sembrada con agaves.
El Dr. Robert Markens, antropólogo e historiador del arte, científico de base en el Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, escuchó atento la participación de la anciana; Félix Monterroza, integrante del Comité, en la comida dijo el ánimo que lo llevó a solicitar la participación del Dr. Markens durante los festejos del mezcal: “la ciencia debe salir al encuentro con las comunidades”.
El monstruo de mil cabezas
La cita para la conferencia estaba convocada en el Museo Comunitario, pero hubo un cambio: la conferencia se realizaría en las instalaciones de la exposición.
Robert Markens llegó en compañía de su familia, esposa, hijo.Con su esposa -antropóloga originaria de la mixteca- habló de las piezas expuestas en el Museo; los dos habían trabajado en la zona de los Valles Centrales, hacía algunas décadas, tras indicios de la antigua cultura zapoteca habían recorrido lomas y cañadas. Al llegar al lugar de la conferencia, la música a todo volumen, las banderitas multicolores que pendían de la enramada anticiparon el ánimo de valor y coraje que se requería para salir a hablar sobre la lápida de Santiago Matatlán.
La piedra labrada
Los habitantes de este municipio vieron llegar a Alfonso Caso (1928), padre de la arqueología mexicana cuando llegó a investigar la lápida antes del descubrimiento de la Tumba 7, en Monte Albán (1932); presenciaron los trabajos de John Paddock (1963), el primer científico que tomó el registro fotográfico de la piedra; el pueblo también acompañó la investigación de Joyce Marcus (1992).
La lápida se encuentra empotrada en el muro de la casa de la familia Méndez, en el lado norte de la calle Independencia, entre Guerrero y Pino Suárez, un poco arriba y a la derecha del portón de la entrada; los investigadores anticipan que el origen podría estar en el sitio arqueológico de este municipio, conocido como El Palmillo.
El Dr. Markens compartió su propia lectura sobre la piedra, la escritura zapoteca: narra de una ofrenda, de una mujer que liderea a su familia, muestra la familia, el proceso dinástico; ella recibe el augurio del cielo, el acceso a los terrenos, es probable que la misma señora mandó a labrar la piedra como testimonio de poder y gobierno; los investigadores proponen el periodo del 900 hasta el 1500 después de Cristo, entre los periodos Monte Albán III y IV.
Que el INAH continúe la investigación en El Palmillo
El Dr. Markens expuso la importancia de la civilización zapoteca, “una de las más antiguas de Mesoamérica”; “elaboraron una amplia gama de productos artísticos”, con una población calculada entre los 25 mil habitantes; en tanto, para Matatlán el científico calcula en el periodo de elaboración de la lápida una población entre los 3 a los 4 mil habitantes en el área de lo que conocemos ahora como Santiago Matatlán.
En la zona arqueológica denominada El Palmillo, se encuentran los cimientos de un antiguo palacio, con su tumba junto al patio central. Los antiguos zapotecas ofrendaban diariamente a sus muertos, las tumbas eran parte de la casa que habitaban; los restos óseos eran parte de la confirmación del proceso dinástico, que avalaba el poder de reyes, príncipes y cacicas; “es probable que se sostuvieran de una economía mixta, siembra de maíz y elaboración de productos de ixtle que obtenían del agave.
Plácido Hernández, miembro del Comité Organizador de las Fiestas del Mezcal, y uno de los presentadores en la conferencia, al hablar con la comunidad que asistió a escuchar la conferencia, dijo en zapoteco que se continuaran los trabajos de investigación del INAH en El Palmillo, hoy abandonado.
La celebración a Santiago Apóstol
Intervino la señora Carmen Méndez Ruiz: El señor Santiago se apareció ante un niño que laboraba en el campo, a quien daba de comer su propio alimento; la madre del menor, preocupada porque el atado que enviaba a su hijo con el almuerzo volvía intacto; fue a contar al cura del pueblo de que tenía miedo de que su hijo enfermara por no comer.
Así se enteraron de que Santiago Apóstol había elegido al pueblo para que se construyera la iglesia; que en un principio fue pequeña, humilde -contó doña Carmen-, la rechazó una y otra vez Santiago Apóstol, volvía al monte como muestra de su disgusto”; el pueblo entregó su esfuerzo hasta que la obra quedó al gusto de nuestro santo, “piedra sobre piedra”.
El Dr. Robert Markens se mantuvo con energías más allá de la hora con 20 minutos que duró su participación; atendió preguntas, proporcionó más información sobre la piedra labrada mientras, en la calle, se escuchó la música de calenda, los cohetes que llamaban a fiesta en medio de la algarabía del pueblo, que salió un domingo de llovizna a la celebración de Santiago Apóstol.