El episcopado ante el segundo piso de la 4T
En días anteriores nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador propuso, considero con la mejor voluntad, que se constituyera de forma inmediata, en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), un comité para promover “el diálogo y la paz” en Ucrania.
Lo que busca es una tregua de al menos cinco años en esa región, y que sea avalada por un acuerdo multinacional y aprobada en el Consejo de Seguridad de la ONU. Mencionó varios nombres para conducir esta tregua, entre ellos, del primer ministro de la India, Narendra Modi, el papa Francisco y el secretario general de este organismo internacional, António Guterres.
Hoy por la mañana aseguró que “de manera vulgar” se distorsionó su propuesta para buscar la paz en el conflicto armado entre Rusia y Ucrania, y lo pusieron del lado de Rusia. Pero se victimizó diciendo que eso ya le había ocurrido antes. Esta vez fue el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, quien cuestionó el plan, pues señaló que beneficia al gobierno ruso.
En este punto quiero reconocer que es noble y tiene altura de miras su propuesta, pero hay un detalle que no está contemplando y que veo muy grave, y no es la intervención en la soberanía de otros pueblos, de la que tanto habla y dice respetar, pero considero que, en esta ocasión, carece de argumentos para hablar de paz.
Estamos en un país con los mayores números de violencia en la historia. Tenemos un Terrorismo crónico que no reconoce el gobierno, pero muestra su más feroz rostro todos los días; en vastas partes del territorio nacional todos los días encontramos comunidades sitiadas por la violencia y el poderío de grupos armados.
Hace algunas semanas junto con un grupo de activistas, presentamos a la ONU con sede en México, un escrito para que se reconozca a México como un país con conflicto armado, mismo documento lo presentamos a la Secretaría de Relaciones Exteriores, en el momento en que escribo esta columna aún no hemos recibido respuesta.
Lo que pretendemos con esto es que se pueda colaborar con gobiernos extranjeros, decirle al mundo que necesitamos ayuda; tal y como el presidente quiere ofrecer sus esfuerzos para el conflicto de Ucrania, pues nosotros también necesitamos de la colaboración internacional, esto por la sencilla razón de que compartimos problemas con los países de nuestra región.
Somos un país que está padeciendo los estragos de una estrategia de seguridad que no ha funcionado, y que vulnera todos los aspectos. Son muchas las familias que deben desplazarse para ponerse a salvo, es mucho el capital humano y de recursos que se extravía por el miedo, las empresas ya no abren, las extorsiones no permiten que prosperen las comunidades, y tenemos un cuerpo de seguridad que no puede actuar por entender mal el concepto de derechos humanos; esto suma muchos muertos.
Así que reitero que es loable la iniciativa del presidente, pero pedimos encarecidamente que primero resuelva la guerra interna. Que exhorte la ONU para calmar el clima de violencia en casa, porque con el ejemplo, sí tendría la autoridad moral para pedir la paz en cualquier lugar del mundo.