Construyamos un México nuevo
Libros de ayer y hoy
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Lo más granado de los mapaches electorales, salen a marchar para defender al Instituto Nacional Electoral (INE). Los que plantearon un órgano autónomo, presuntamente ciudadano, nunca se imaginaron el monstruo que estaban creando. Un Instituto Federal Electoral (IFE) primero oficial desde 1990 y después segregado en 1996 para más tarde en 2014, convertirlo vía reforma constitucional en un organismo ya con las características nacionales del INE, cuya mentida pulcrituid ahora se defiende. Había ya en el país una oposición contestataria al sistema con cierta fuerza, cuando se planteó la separación de los órganos electorales del gobierno y convertirlos presuntamente en órganos autónomos. Atrás había quedado la historia de la Loppe que pretendió eliminar el absurdo de la discriminación política, integrando con reservas poquiteras a partidos opositores como el PCM, por ejemplo. Ante la reacción a lo ocurrido en 1988 con el descarado fraude de Carlos Salinas de Gortati, se creó el IFE. La intención cuadró a una ciudadanía que habló de órgano ciudadano que en realidad nunca estuvo despegado de los gobiernos y el control partidario.
Y es en realidad un entorno burocrático que terminó quedando en manos del consejero presidente y sus consejeros mas allegados. El imperio de Lorenzo Cordova se iniciaba, lo mismo que sus desplantes viscerales de virrey independiente. Es únicamente un grupo especializado de burócratas que tiene como mérito estudios digitales sobre como armar una elección y desde luego como alterarla. Con excepciones porque hay que cuidar la fuente de trabajo, pero la maquinación electoral siempre ha existido y se vio en la presunta vigilancia de ese órgano nacional, de las elecciones del Estado de México en 2017 y otras similares y en la imposición en este momento de la presidenta del colegio electoral del estado mencionado.
DEL BRAZO Y POR LA CALLE, DEFRAUDADORES APOYADOS POR WOLDENBERG
Medios lo han recalcado. Los que defraudaron marchan para defender al INE. Y José Woldenberg ex presidente del IFE, se erige como gurú para hacer la defensa exhaustiva y de paso, como algunos mencionan, dar un saltito a la precandidatura.Y a ello se suma una situación igual de grave, las presiones de que ha sido objeto la ciudadanía para sumarse a las protestas y en esa acción metidos y utilizados los recursos públicos. En la misma capital del país se denuncia ese uso abierto de recursos en varias alcaldías panistas, para obligar a la gente a apoyar a los que han cometido fraudes electorales. Es como en aquel mundo bizarro en el que todo es al revés. Del brazo y por la calle dos representaciones tajantes de robos a la presidencia de la República: Felipe Calderón en 2006 y parientes de Carlos Salinas de Gortari, en recuerdo de aquel fraude contra Cuauhtémoc Cárdenas en 1988. Otro que se suma es Roberto Madrazo, autor de evidente fraude en su estado, avalado más tarde por el presidente de entonces Ernesto Zedillo. Y desde luego Luis Carlos Ugalde el que organizó el fraude contra AMLO en 2006, empujado por Vicente Fox. Este ha confesado públicamente que hizo hasta lo imposible para que AMLO no ganara. Y lo más evidente, planear y empujar el fraude. Esos son los que ahora exigen el respeto al estado de derecho.
Otros fraudes de los muchos que la ciudadanía conoce se están exhibiendo, algunos cometidos en la vigencia del (IFE) y el ahora defendido INE.
LOS FRAUDES ELECTORALES, MATERIAL AMPLIO PARA LIBROS
Fraudes siempre hubo con otros nombres y es desde la llamada revolución institucionalizada que los fraudes se insertaron, dentro del propio sistema. La existencia de un partido casi único, cuyos opositores era débiles, no afectaba al sistema y fue mucho más tarde cuando se llegó a las concertacesiones con el PAN. Pero antes se daba una especie de fraude en el interior del sistema, con candidaturas cantadas que después eran cambiadas con el auténtico designado, por el dueño del dedazo. Sucedió con Mario Moya Palencia, cambiado por José López Portillo, que a lo mejor ya estaba designado de antemano, pero se ocultó.
Otros casos similares se dieron. En Sonora Diaz Ordaz envió a su procurador como candidato a gobernador, pero ante una movilización empresarial, lo cambió por un agricultor del sur del estado. Y ardió Troya. El fraude ha sido analizado en México desde muchas perspectivas, sobre todo desde los huecos que presenta un sistema que se asume democrático. Otros lo analizan científicamente, desde la perspectiva filosófica o sociológica. Francisco Garduño Yáñez es optometrista y funcionario de aduanas en este sexenio, doctor en derecho y maestro, pero le gusta escribir y este año publicó junto con su hijo Francisco Garduño Martínez, Los fraudes electorales en México (Editorial Garduño Yáñez de la familia, 2022) en el que hace un recorrido del fraude en el país y desde luego de cada caso más acentuado de los que todos conocemos. Vale la pena buscarlo en librerías.