Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
Libros de ayer y hoy
Con el permiso de personalizar de entrada, pero una de mis luchas permanentes en cerca de 50 años, es la organización de los periodistas. En todas partes, si se trata el tema de los medios lo señalo y lo escribo. De mis diez libros, tres son de periodismo y el último se llama Cuando el periodista es noticia. Todo esto para mencionar el Segundo Encuentro Nacional de Periodistas que se realizó en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM los días 1 Y 2 de diciembre al cual no fui invitada, cosa que era innecesaria porque había una convocatoria. No dudo de la buena intención de algunos que quieren crear una organización que funcione con ciertos parámetros de la Unión de Periodistas (UPD) y más adelante de la Fraternidad de reporteros. En una participé hasta su extinción a principios de los noventa del siglo pasado, en varias carteras, incluso una internacional. En la segunda apoyé a Miguel Badillo su dirigenten convertido en este momento en uno de los mejores periodistas e investigadores del medio. Y di una charla sobre el secreto de los periodistas en esa Fraternidad, junto con Miguel Ángel Granados Chapa. Estuve pendiente de muchas reuniones temporales de periodistas, para denunciar una muerte o agresiones de periodistas, pero no creaban verano. Veía a los periodistas enardecidos, concurriendo al lugar menos adecuado a quejarse, paro luego la tranquilidad total. Hasta este momento no he visto una propuesta concreta. De ahí que me interese ésta cuyas primeras, al menos algunas, me parecen interesantes, pero por cierta razón, siento que la intención para este organismo lleva la sospecha del momento político y por las derivaciones que se captan en algunos de los que participan que me someten a dudas. Eso de que alguien sea hijo desprendido de Pedro Ferriz de Con y esté en la autoavanzada y el que Santiago Creel muy solidario, les envíe su apoyo, por ejemplo.
QUIEREN LLEGAR A SER UNA ESPECIE DE INE PERIODÍSTICO, CON AUTONOMÍA
Solo tocaré unos temas. A muchos de los que aparecen en las mesas de la Facultad mencionada no los conozco no porque sean de otra generación porque como periodistas todos tenemos la misma definición, pero algunos tenemos tribunas permanentes como lo hemos hecho desde muchas décadas. A otros de los mencionados que si conozco y cuyo periodismo me causa dudas, no los veo por ningún lado en medios como no sea en programas youtuberos para lanzarse contra este gobierno. Ahí está clara la posición política de algunos de los que se autonombraron al final. Un periodista debe serlo de tiempo completo como tal, cuando va a defender los derechos de periodistas. Me llama la atención también que haya descaro en esa definición política al señalar a dos precandidatos actuales del gobierno, con fines de control, sin que esa crítica se extienda a la generalidad de las llamadas precandidaturas, lo que desde el punto de vista de la intención de parte de este grupo, sea limitar la pluralidad. Lo más sorprendente es que se plantee ya como esfera de poder, la creación de un organismo autónomo que por cierto precisaría reforma constitucional y la abierta invitación para que medio mundo quiera estar en la misma situación. Sería como una especie de INE, para definir el mando y desde luego el uso en solitario e indiscriminado de los recursos. Que suave. Para eso se menciona me imagino esa necesaria discusión sobre “un nuevo modelo de ayuda y atención” que lógicamente va a parar a lo económico, canonjías aparte. Una especie de chayote oficializado.
CUANDO EL PERIODISTA ES NOTICIA, ES COMÚN EN ESTOS MOMENTOS
El viejo axioma de que el periodista no es noticia, cae en el vacío cuando un periodista es asesinado, agredido o despedido. Pero la falacia de la frase se inserta mejor cuando destruye toda participación del periodista en el enfoque de la noticia aunque no cambie los datos fundamentales. Indudablemente que hay una intervención directa del periodista en la formulación de la noticia aunque él no la haya, lógicamente, producido. No hay sino ver los encabezados de los periodistas de Estados Unidos y los de Rusia o China para captar la diferencia. Eso es elemental. El libro Cuando el periodista es noticia (Imprenta Groppe diciembre 2022) fue escrito a lo largo de décadas y publicado su contenido en medios como Galera, de la UPD, revistas y semanarios como Personas, Mañana y Despegue entre otros medios. Y recopilados de conferencias dictadas por la autora en Cuba, Nicaragua y un ensayo publicado por la Organización Internacional de Periodistas en Checoslovakia. Otros son exposiciones dictadas en universidades como la Obrera, la Autónoma de Puebla y la de Montemorelos. Son trabajos, de los muchos sobre el tema, que fueron seleccionados aunque con fechas alternas. Abordan el trabajo periodístico desde muchas perspectivas, pero sobre todo los problemas de los periodistas, desde su entrono organizativo, salarial, profesional ante la cláusula de conciencia y los códigos de ética, la seguridad, la censura y la autocensura, la búsqueda de un estado de excepción y el secreto profesional, entre otros. Son 17 trabajos que reflejan problemas que se repiten y que pese a intentos de organización no se abordan plenamente y mucho menos se resuelven. El reto de las soluciones está abierto.