Sorteo especial de Lotería Nacional con billete conmemorativo de la UAM
Por la MNC. Delia Guadalupe Estrada Palafox, MNH. Silvia Monserrat Rodríguez León, MED. Paulina Elizabeth Ochoa Moreno, MNH. Jorge Abraham García Íñiguez, Académicos de la Escuela de Nutrición y Ciencias de la Salud de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).
En México, cada año se registran cerca de 20 mil casos de anorexia y bulimia, siendo la población de entre 15 y 19 años la más afectada. Durante el año 2020 aumentaron de manera importante las conductas de riesgo para presentar un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), debido a que el estrés impactó en la modificación de hábitos alimenticios en las personas.
Cada 30 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la lucha contra los Trastornos de la Conducta Alimentaria con el objetivo de hacer conciencia de la prevención y detección precoz de un trastorno mental que se puede presentar en cualquier edad o condición social.
Los trastornos de la conducta alimentaria se caracterizan por una alteración persistente de la conducta relacionada con el proceso de alimentación que impacta negativamente sobre la salud y las capacidades psicosociales de aquellos que los padecen. Los más conocidos son: anorexia, bulimia y trastorno por atracón.
Los datos epidemiológicos muestran una mayor vulnerabilidad de las mujeres jóvenes a padecerlos, particularmente en la adolescencia o la adultez temprana; sin embargo, cada vez se presentan más casos en preadolescentes.
Los trastornos de la conducta alimentaria tienen un impacto en la salud pública debido a los altos costos del tratamiento médico. Aunque el mecanismo de la etiología aún no está claramente definido, existen factores de riesgo que nos pueden ayudar a prevenir el desarrollo de un TCA o a hacer una detección oportuna, entre esos factores de riesgo se mencionan los siguientes:
Los TCA no solo generan consecuencias en quienes los presentan, también impactan en la vida de los familiares y cuidadores, la recuperación de un TCA es posible y su temprana detección y tratamiento son fundamentales para lograrlo.