Exhiben multipremiada cinta La Soledad de María Conchita Díaz en FIC
Aquello que llamamos gusto está en el corazón de la gente sencilla. Si de casualidad alguien se atreviera a poner con los mezcales la clasificación que hiciera Julio Cortázar para el cuento moderno y la novela -el cuento vence por nocaut, la novela por puntos- el espadín sería el cuento; los otros que forman la amplia variedad de agaves, la novela.
León llegó con seis mezcales, los puso en la barra. En la cocina había algo de ponche: borracho que come dulce tiene remedio, recordé. La fiesta venía buena, estaban las máscaras, las piñatas colgaban de la trabe que cruza la terraza; en una esquina, bajo la barra, guardo mi anforita con mi mezcal, acostumbro estar prevenido, nunca se sabe.
Cuando suena la cumbia siento morir, la extraño. Me acerco al ramito de menta fresca, el que se amarra en la mesa con el romero. ¡Qué será de la fiesta si cargo esta tristeza en el pecho? Hablé con León, sabe de mis males. Se puso serio, sabía mi remedio.
Una noche me acerqué a la fiesta, el que camina termina por encontrar su rumbo. Sonaba la
cumbia, Carlos Vives. En ese baile me encontró la música, la mujer y los chingadazos. Lo
recuerdo clarito, cuando comenzó en la bronca estaba El mochuelo, del tal Rafael Ricardo.
A mí me parece que la clasificación de los mezcales recorre las distancias del cuento, el
bebedor de mezcal requiere brevedad, contundencia; las mismas condiciones que Julio
Cortázar pedía para el evasivo cuento moderno. Aquella noche me conocí con León, y
encontré a ella; así lo registra mi cabeza. Aquella noche no me fue mal, del pleito saqué
este trabajito; no le falta empleo a quien puede meter las manos. me lo dijo ella: lo perro sin
casa lo traigo desde niño, lo del mezcal es aparte; a veces escucho a León, la narración
rescatar al necesitado. Hay pueblos que cuidan sus tierras, laderas y precipicios, sus Montes
más que su propia vida. El espadín gobierna entre los mezcales como el destilado de la
planta reina de los agaves; por su abundancia, por su continente efecto en quien lo bebe, su
mezcal que pega en corto, sin misterios.