Los fantasmas de Toño Malpica llegan a la FILO
En 1878 existió en la ciudad de Oaxaca una agrupación denominada “Sociedad Anónima La Oaxaqueña”, la cual, a través de su junta directiva, se reunía con los gobernantes de la época para generar convenios y contratos para la construcción de nuevos medios y vías de transporte en el estado. Destacan las operaciones en torno al desarrollo y ampliación de nuevas rutas, así como la adquisición de acciones, dentro de la industria ferroviaria. Lo anterior, impulsado en gran medida, por el negocio del traslado y distribución de mercancías en todo el país. De ese modo, las autoridades tenían previstos los permisos que debían regirse según el sistema de circuitos del ferrocarril, esto para que las rutas recorrieran o atravesaran la ciudad de Oaxaca de Juárez, en diversas direcciones. Este se volvió un tema prioritario para el gobierno federal y estatal de esos años.Como muestra de las actividades realizadas por la Sociedad Anónima, podemos encontrar el contrato de la ruta Tehuacán-Oaxaca celebrado entre el C. General Carlos Pacheco, Secretario de Estado y del Despacho de Fomento y el General Luis Mier y Terán, Gobernador Constitucional del Estado de Oaxaca, el cual se celebró en 1881, después de haber sido postergado algunos años. Posteriormente, en 1889 se continuó con los trabajos de la ampliación de rutas ya que el Diputado Arnulfo Ortiz gestionó la vía de Juchitán a “San Gerónimo”, Ixtepec. Un año más tarde, en 1890 se publicó la autorización del contrato para el establecimiento de la ruta del Ferrocarril Nacional de Tehuantepec, hasta un punto conveniente en la frontera con Guatemala y el muelle en el Puerto de San Blas, Nayarit.La Sociedad tenía prevista la construcción de nuevas líneas férreas que cumplieran con los requisitos para los ferrocarriles con cierta fuerza de arrastre, llamada tracción animal, en referencia a los caballos de fuerza o bien que tuvieran máquina de vapor. Aquel avance estaba previsto con una distancia de doscientos kilómetros desde la capital del estado. Para ello, el gobierno solicitó que las constructoras fueran de origen oaxaqueño.Las normas para las construcciones de vías férreas eran estrictas, se imponía a las constructoras cumplir con requisitos específicos en relación a los contratos firmados por tramos asignados a cada constructora. En caso de incumplir, las empresas perderían permisos y concesiones otorgadas, incluidas propiedades y el telégrafo, sin contemplar la posibilidad de hipotecar alguno de estos rubros. La cancelación de la construcción de las vías afectaba de manera negativa a las comunidades, quienes perdían la posibilidad de contar con los nuevos servicios ofrecidos por la ampliación del sistema ferroviario.
La llegada de nuevos medios de transporte generaba la algarabía en la sociedad oaxaqueña, derivada de las inauguraciones de los diferentes tramos y estaciones, por lo que siempre estuvieron presentes las fiestas por los nuevos caminos. Dentro de los expedientes del AGEO se conservan decretos emitidos por el gobierno, en los cuales se solicitaba a las personas que tenían casas de comercio que cerraran, para que luciera más el espectáculo y conviviera la ciudadanía en favor de los eventos inaugurales de los tramos ferroviarios. Así como había alegría por las fiestas de las nuevas rutas, también crecían los conflictos debido a los ladrones de vías. Era el secretario General de Gobierno del Estado, Don Manuel Martínez Gracida.Dentro de la gran diversidad de documentación que alberga el AGEO, encontramos un cartel con las tarifas, las cuales se dividían proporcionalmente según las clases y destinos, el precio de los fletes era cobrado según la distancia y fraccionada de diez en diez kilogramos si excedía los 25 kg. de equipaje libre.Sin duda, el desarrollo de Oaxaca a través de sus vías de transporte es un tema interesante por su influencia en la manera en que se ha conformado el estado a lo largo de los años. Si es de tu interés, te esperamos en el AGEO para conocer los expedientes, fotos y planos sobre el crecimiento de la industria ferroviaria en Oaxaca.
Testimonio documental del AGEO