El episcopado ante el segundo piso de la 4T
Hace una semana nos enteramos a través de los medios de comunicación, que el Presidente López Obrador inauguraría una carretera para “comunicar a ejidos, comunidades marginadas. Y es una obra que también se hace como homenaje a las mujeres y a los niños que perdieron la vida cuando se dio ese atentado, el asesinato de la familia Miller, Langford y LeBarón”, dijo en su habitual conferencia de prensa mañanera del miércoles pasado.
Pero a pesar de mencionar que el camino, era en parte en homenaje, nadie de la comunidad LeBarón, había sido invitado; aún así decidimos asistir y confirmamos muchas cosas que teníamos en mente, entre ellas, los verdaderos motivos para realizar aquella carretera.
Queremos aclarar que por supuesto es una obra que tiene grandes beneficios a la región, une una zona que tenía tramos de terracería peligrosos, así que era un camino de difícil manejo, estaba aislada de cierta manera, y bien aprovechada, puede tener grandes beneficios a la región; así que la construcción de esta carretera sin duda, fue una buena elección.
Salvo que la decisión para construirla lleva tomada 90 años. No es un proyecto nuevo, es un camino que se había solicitado desde hace bastante tiempo, y que tuvieron que pasar muchas situaciones para que se destrabara, una por cierto, y la que consideramos más importante, es que cerca se encuentra la mina de Bacadéhuachi, enclavada en la Alta Sierra de Sonora.
Esta mina es el yacimiento de litio más importante del mundo, lo que ha llamado la atención de empresas de todo el orbe. Así que el nuevo camino, tiene un importante objetivo, crear las condiciones para una explotación de este recurso.
De ninguna manera vemos mal que exista una explotación responsable, esperamos que el decreto que se firmó para que el litio se patrimonio nacional, responda a las expectativas económicas y detone un desarrollo en beneficio del país; lo que criticamos fuertemente y por lo que alzamos la voz, es que se pretenda hacer ver que el camino fue para las víctimas, es una falacia, porque tiene un razonamiento económico más que de justicia.
De igual forma nos habían dicho que el cuartel de Guardia Nacional, que se construyó hace algún tiempo, sería respondiendo a la demanda de seguridad, pero igual tiene su origen en desplegar un entorno seguro para que la mina esté resguardada, lo cual vemos hoy poco probable, ya que hasta los muros de este cuartel se están cayendo, están ladeados, igual que la falsa idea de que responde a evitar otras masacres.
Estando en esta región, me platicaron un asunto que se me hace muy preocupante, pero que refleja lo que realmente sucede. Un vecino de la región, iba en su auto por el nuevo camino y vio unas camionetas con hombres fuertemente armados, a todas luces se trataban de miembros del crimen organizado, de frente venía un convoy de la Guardia Nacional.
En su momento, él creyó que quedaría en medio de un inminente fuego cruzado, sin embargo, alcanzó a ser testigo de como intercambiaban saludos, en un ambiente de camarería. Esta cercanía sólo puede evidenciar que existen complicidades que resultan en episodios de violencia, donde los afectados son los pobladores.
Así que como lo mencionamos el término del evento y lo refrendamos en una oración. Sin una estrategia de seguridad, estos caminos sólo servirán para la operación del crimen organizado, o facilitarán el desplazamiento de familia que son acosadas por el crimen. Así que el camino a la justicia sigue siendo de terracería, de difícil acceso, y sin duda, con todas las condiciones para que se dé otra masacre.