Una manera de autocuidado es nombrar lo que sentimos: Iveth Luna Flores
Se plantea entonces
el problema de identificar
la característica principal
del acto de relatar.
Paul Ricoeur, Del texto as la acción
Ensayos de hermenéutica II
I
La maestra Cristina Rivera Garza dijo un día, allá, en San Juan Luvina: “Todo lo importante del sector cultural que ocurre en México pasa por Oaxaca”.
II
Arturo es hijo de Gómez Carro, y fue amigo de Eusebio Ruvalcaba. Hace unos días el poeta y periodista Juan Carlos Zavala (San Pedro, Coahuila) me comentó que el tal Ruvalcaba (El arte de mentir, Almadía, 2014) en el taller de cuento que impartió hace algunos años en la Biblioteca Pública Central, le había aprobado el cuento que trabajó para ese taller literario; “pero lo perdí”. La mañana del domingo vuelvo a sentir que el tiempo de las letras corre en dirección Oaxaca.
Ahora recuerdo que Eusebio pidió, una tarde de mezcales en San Martín, mucho tiempo antes de entrar a la clínica del Seguro: “cuando muera quiero que me entierren en Oaxaca”.
III
Regreso a la frase de la maestra Cristina Rivera Garza; sí, confirmo, pero. ¿cómo convencernos de nuestro destino? Intento que abarque toda nuestra sociedad: ¿Cómo levantar un futuro mejor para las cientos y cientos de adolescentes que cada noche salen de Miahuatlán hacia la CdMx? A qué hora podremos hacerlo, estamos tan ocupados.
Oaxaca se le conoce más por sus trabajadoras domésticas que por su pintura, música, las letras; en las ciudades saben más de sus tamales oaxaqueños. Un amigo mío, bartender en Nueva York, me dijo: para una gran mayoría de los norteamericanos el mezcal es un tequila ahumado.
Aceptamos ser copia de otras tradiciones. ¿Cómo cambiar el signo de la oración que nos agobia?
Estructuro enunciados, me ubico en el orden de la narración: Saquemos a Oaxaca de la nota roja; pongámosla en la sección Cultural, pasaron ya cinco meses de la toma de posesión del nuevo gobierno, la sociedad palpita de decepción tras decepción -podemos ver sus rostros en las audiencias públicas, pero ¿de qué sirve?
IV
Vuelvo a San Martín por la secundaria; mis amigos me contaron que en las calles de la ciudad sufrieron un cristalazo cuando fueron a comer tlayudas.