Día 18. Genaro, víctima de la seguridad nacional de EU
☀️✍🏻✍🏻 Apunte Diario sobre Letras Hipnóticas✍🏻✍🏻
“Scottsboro Boys” Sentencia a muerte por cuestión del color de la piel.
Negro=delito racial
Dentro de nuestras Letras Hipnóticas, debemos ver en repaso algunos casos emblemáticos de la justicia, ahora analizaremos uno relevante para la justicia estadounidense, el que causó un gran escándalo en el año 1930.
Se trata de los «Chicos de Scottsboro», nueve adolescentes afroamericanos acusados injustamente de violar a dos mujeres blancas en el estado de Alabama.
Este caso, marcado por el racismo y los prejuicios, fue defendido por el destacado abogado penalista Samuel S. Leibowitz, quien brilló en aquel momento.
El 25 de marzo de 1931, nueve jóvenes, Olen Montgomery, Clarence Norris, Haywood Patterson, Ozie Powell, Willie Roberson, Charlie Weems, Eugene Williams, Andy Wright y Roy Wright, fueron detenidos mientras viajaban en un tren de mercancías en busca de trabajo durante la Gran Depresión.
Señalados por un grupo de adolescentes blancos que viajaban en el mismo tren, los chicos fueron detenidos y acusados de violación, a pesar de ser menores de edad.
El proceso judicial estuvo marcado por la falta de garantías legales, la ausencia de asistencia legal efectiva y un tenso ambiente de opinión pública local, que clamaba por la pena de muerte como única solución.
El jurado, compuesto exclusivamente por blancos, y el juez apresuraron los juicios sin dar tiempo a los abogados defensores, uno de ellos especializado en pleitos inmobiliarios y el otro sin experiencia en décadas, a revisar las pruebas o preparar una adecuada defensa.
Tiempo después…
La defensa liderada por Samuel Leibowitz luchó incansablemente por la inocencia de los jóvenes.
Sin embargo, el fiscal y el acoso de la opinión pública dificultaron su trabajo. Durante el proceso, se revelaron circunstancias éticas y morales que arrojaron dudas sobre la veracidad de las acusaciones.
El abogado George W. Chamlee descubrió que las presuntas víctimas, Ruby Bates y Victoria Price, se dedicaban a la prostitución en Tennessee, atendiendo tanto a clientes blancos como negros.
Esta información no se tuvo en cuenta en el primer juicio y fue utilizada para cuestionar la credibilidad de las acusaciones.
A pesar de los esfuerzos de la defensa, siete de los chicos fueron condenados a penas que oscilaron entre los 75 años de prisión y la pena de muerte en la silla eléctrica.
Sin embargo, ninguno de ellos fue ejecutado, lo cual fue una sorprendente conclusión para un caso que parecía destinado a un trágico desenlace.
Ozie Powell, uno de los chicos, sufrió daño cerebral permanente debido a un disparo de un guardia, pero fue liberado en 1936.
Haywood Patterson logró fugarse de prisión en 1948 pero falleció de cáncer dos años después. Clarence Norris, el último superviviente de los Chicos de Scottsboro, fue indultado en 1976, cuarenta y cinco años después de su detención.
Este caso, que sentó jurisprudencia en los Estados Unidos, puso de manifiesto las injusticias y prejuicios raciales presentes en la sociedad de aquel tiempo. El acoso del fiscal y la falta de imparcialidad del jurado llevaron a una sentencia injusta que condenó a jóvenes inocentes. La defensa de Samuel Leibowitz, a pesar de las dificultades, reveló las irregularidades del proceso y desacreditó las acusaciones de violación.
El testimonio de Ruby Bates durante el nuevo juicio fue crucial. Bajo el interrogatorio de Leibowitz, confesó que ninguno de los jóvenes negros las había violado y que había mentido por temor a ser acusada y encarcelada por prostitución. A pesar de esta revelación, el jurado popular, influenciado por las circunstancias y sin considerar las dudas razonables, declaró a Haywood Patterson culpable nuevamente.
Las penas impuestas a los chicos de Scottsboro, desde largas condenas de prisión hasta la pena de muerte, reflejaban el ambiente de discriminación racial y la falta de justicia en el sistema legal de ese momento.
Afortunadamente, ninguno de ellos fue ejecutado, lo cual resultó sorprendente dadas las expectativas iniciales.
El caso de los Chicos de Scottsboro ha sido ampliamente estudiado y ha dejado un legado importante en la jurisprudencia de los Estados Unidos.
Ha sido llevado al cine, al teatro, a la literatura, a la música y a la televisión, destacando la lucha por la igualdad y la lucha contra el racismo en el sistema judicial.
Este caso nos recuerda la importancia de la justicia, la imparcialidad y la defensa de los derechos humanos en todos los ámbitos de la sociedad. A través de la valiente labor de defensores como Samuel Leibowitz, se logró destapar la verdad y obtener un mínimo de justicia para los Chicos de Scottsboro. *Sin embargo, también nos hace reflexionar sobre los desafíos continuos que enfrentamos en la lucha por la igualdad y el respeto a la dignidad de todas las personas, sin importar su raza o procedencia.
Espero que esta colaboración haya captado la esencia de este caso histórico y su relevancia en la lucha por la justicia y los derechos humanos.
Sigamos trabajando juntos para construir un mundo más justo e igualitario para todos. #JusticiaParaTodos #ChicosDeScottsboro
Acordeón:
Para leerlo textualmente:
(Para saber más)
Hechos El 25 de marzo de 1931, un grupo de emigrantes blancos y negros viajaban clandestinamente en busca de trabajo durante la Gran Depresión en un tren de mercancías entre Chattanooga y Memphis (Tennessee), siendo estos viajes clandestinos (o hoboing) tácitamente permitidos por las autoridades locales.
Varios jóvenes de raza blanca saltaron del tren en medio del campo y comunicaron a las autoridades que habían sido atacados por un grupo de jóvenes negros dentro de un vagón.
Los agentes del comisario local detuvieron el tren en la localidad de Paint Rock (Alabama) y hallaron a dos muchachas de raza blanca, Ruby Bates y Victoria Price, que acusaron a los nueve adolescentes negros de haberlas violado colectivamente en uno de los vagones.
Los nueve jóvenes detenidos y acusados de violación fueron: Olen Montgomery (17 años) Clarence Norris (19 años) Haywood Patterson (18 años) Ozie Powell (16 años) Willie Roberson (16 años) Charlie Weems (16 años) Eugene Williams (12 años) Andy Wright (19 años) Roy Wright (13 años), hermano del anterior.
Nada más produjo el arresto, una masa de vecinos blancos se presentó en las puertas de la cárcel local para linchar a los jóvenes, pero el sheriff lo impidió y modificó llevó a los muchachos ante el tribunal cercano de Scottsboro, donde tuvo lugar el primer juicio .
Las prisas del juez y del jurado impidieron que sus abogados defensores, uno especializado en pleitos inmobiliarios y otro que no había tomado parte en un caso desde hacía décadas, tuvieran tiempo de revisar las pruebas o preparar la defensa.
Sin apenas garantías y sin asistencia legal efectiva, los nueve acusados se enfrentaron a los juicios en medio de un tenso ambiente de la opinión pública local, que reclamaba la pena de muerte como «única solución» para un delito cuya única «prueba» era el testimonio de las supuestas afectadas.
Procesos judiciales Los dos primeros juzgados fueron Clarence Norris y Charlie Weems. El juez no analizó la existencia de pruebas de la violación y decidió que la presunta víctima Victoria Price bromeara en medio de la sesión.
De inmediato se celebró el juicio de Haywood Patterson, durante el cual la acusación cambió su versión de los hechos al no poder probar que las supuestas víctimas presentaran lesiones genitales.
Nada más emitirse las sentencias condenatorias de Norris y Weems, una banda de música empezó a tocar en el exterior del edificio de los juzgados, siendo aclamada por la multitud allí congregada. El resto de los juicios siguió el mismo esquema de una acusación sustentada exclusivamente en el testimonio de las supuestas víctimas.
El 9 de abril de 1931, el juez leyó las nueve sentencias y todos los acusados, excepto el más joven, fueron declarados culpables de violación y condenados a muerte, la sentencia habitual que podía esperar un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca en los estados del Sur Tradicional de EU.
Sin embargo, ante la sospecha de falta de garantías legales en el proceso, y con la ayuda del Partido Comunista de los Estados Unidos (CPUSA), las sentencias fueron recurridas ante la Corte Suprema de Alabama. En paralelo, el abogado George W. Chamlee informó, tras investigaciones privadas, que Ruby Bates y Victoria Price se prostituían en Tennessee, atendiendo tanto a la clientela blanca como negra, hecho no considerado en el primer juicio.
El abogado Chamlee y el resto de la defensa hicieron constar que ejercer la prostitución en un tren era delito en Tennessee y Alabama, lo cual hacía muy dudoso el testimonio de las dos «víctimas», pues podría acusar de violación a los nueve detenidos para salvarse de una condena segura por prostitución pública. Apelaciones La Corte Suprema del estado ratificó siete de las ocho condenas, obligando solamente a repetir el juicio de Roy Wright, que sólo tenía 13 años.
Además, el presidente de la Corte Suprema, John C. Anderson, dictó que el jurado no había sido imparcial, y que ni el juicio ni la sentencia habían sido justos, por lo que el caso fue devuelto al tribunal de 1ª Instancia. Pero los acusados lograron lograron ante la Corte Suprema de Estados Unidos el 10 de octubre de 1932. Pese a los esfuerzos de la defensa, la Corte Suprema solamente contrarrestó la repetición del juicio, no la absolución de los acusados, por lo cual el caso volvió a los tribunales de Alabama. Los nuevos juicios se celebraron en Decatur. El juez fue James E. Horton y el fiscal, Thomas E. Knight, Jr. (futuro gobernador de Alabama entre 1935 y 1937).
El abogado defensor fue el reconocido abogado neoyorquino Samuel Leibowitz, miembro del Partido Demócrata, quien no cobró honorarios y que intentó, sin éxito, que algunos miembros del jurado fueron de raza negra.
Durante el nuevo juicio contra Haywood Patterson, una de las presuntas víctimas, Ruby Bates, fue duramente interrogada por Leibowitz y terminó por confesar que ninguno de los jóvenes negros las había violado y que había mentido por miedo a ser acusada y encarcelada por prostitución.
Pese a este testimonio, el jurado popular, creyendo que la defensa del joven había comprado a Ruby Bates, declaró culpable a Patterson. El juez Horton anuló la sentencia y dictó un nuevo juicio, en el que Haywood Patterson fue condenado nuevamente a cadena perpetua por un jurado compuesto exclusivamente por blancos, al subsistir dudas sobre el motivo real de las presuntas víctimas para denunciar.
Las penas para el resto de los jóvenes fueron desde los 75 años de prisión hasta la pena de muerte en la silla eléctrica, aunque ninguno de ellos fue ejecutado, lo cual representó una sorprendente conclusión para el caso, habida cuenta de que el pronóstico inicial era que los nueve acusados perecieran «en la silla eléctrica por orden de un juez o linchados por orden de la población». Ozie Powell, víctima de un disparo de un guardia en la cara, que le provocó un daño cerebral permanente, fue liberado en 1936. Patterson consiguió fugarse de prisión en 1948, aunque murió de cáncer dos años después. Roy Wright fue liberado en 1943; se suicidó en 1959 tras asesinar a su esposa. Clarence Norris, el último superviviente de los «chicos de Scottsboro», fue indultado por el gobernador de Alabama en 1976, cuarenta y cinco años después de ser detenido. El caso, muy estudiado y que sentó jurisprudencia en los Estados Unidos, ha sido llevado al cine, el teatro, la literatura, la música y la televisión.
Pero quien fue Samuel Leibowitz, y que es el libro “Sala de Jurados”
Los espero en otra entrega de “Apunte diario sobre letras hipnóticas”
Con Atención
Arturo