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Downton Abbey, una de las series históricas británicas más populares de la televisión, ha sido aclamada por su representación de la vida aristocrática en la Inglaterra eduardiana.
Creada por Julian Fellowes, ha recibido múltiples premios desde su estreno en 2010. Sin embargo, a pesar de sus merecidas alabanzas, la serie no es perfecta: a lo largo de sus seis temporadas y 52 episodios, hemos podido apreciar numerosos fallos de guion y ambientación.
En este artículo te presentamos los seis errores más interesantes de Downton Abbey.
Actualmente, existen muchos motivos por los que una persona puede desaparecer como si nada. Quizá tiene el móvil apagado, ha decidido eliminar todo contacto con la humanidad o ha ganado la lotería y ha decidido invertir las ganancias en viajar por el mundo.
En 1918, sin teléfonos, desaparecer era todavía más fácil. Sin embargo, nada explica por qué Michael Gregson desapareció sin más en la cuarta temporada. Primero algún personaje menciona que se ha ido a Alemania, y posteriormente se dice que muere allí y nunca más se supo.
Y todo ello se debe a que el actor que lo interpreta, Charles Edwards, se vio obligado a dejar la serie porque no la podía compatibilizar con sus otros proyectos.
En una serie con tanto diálogo, no es de extrañar que a los guionistas se les haya escapado algún que otro error.
Si has visto la serie en versión original, habrás escuchado a Sybil decir que no le importa tanto el dinero como el amor. Sin embargo, la expresión inglesa «couldn’t care less» no empezó a usarse en la lengua de Shakespeare hasta bien entrado el siglo XX.
En la serie también se usan términos fuera de lugar, como es el caso de «embarazada», muy habitual actualmente para referirse a las mujeres encintas. En aquella época, sin embargo, era una palabra totalmente inapropiada, y lo más normal era escuchar que una mujer estaba «en estado de buena esperanza». De este modo, cuando Anna Bates emplea el término «embarazada» tan a la ligera, o está siendo muy grosera o se ha adelantado a su tiempo.
La serie también está cargada de anacronismos. Por ejemplo, el «Qué será, será» puede que ya se usara en castellano desde hacía tiempo, pero en el mundo anglosajón no se popularizó hasta que Doris Day lo cantó en El hombre que sabía demasiado, película que Hitchcock dirigió en 1956. Por lo tanto, es muy poco probable que la condesa de Dowager hubiera usado tal expresión medio siglo antes.
La Gran Guerra, posteriormente conocida como Primera Guerra Mundial, desempeña un papel crucial en la segunda temporada y tiene un efecto importante en algunos personajes destacados.
Sin embargo, la duración de la guerra hace que asistamos a grandes saltos temporales, ¡en ocasiones de hasta varios meses! Ello no supondría ningún problema si no fuera por el hecho de que algunos personajes no parecen ser conscientes de ello.
De este modo, nos encontramos escenas separadas en el tiempo en las que se habla del mismo tema sin tener en cuenta que han pasado meses entre una y otra.
Aunque estos fallos suelen pasar desapercibidos para el gran público, provocan ampollas entre los espectadores más exigentes.
La extremada mala suerte de John
La siguiente es una lista con las desgracias que le ocurren al pobre John Bates, el ayudante de cámara de Robert Crawley:
Ya sabemos que se trata de una serie dramática, pero, incluso así, nos parece desmesurado que una persona tenga que experimentar tantas desgracias en tan poco tiempo.
Lo mejor de todo es que Bates tiene un final feliz, ya que su otrora enemiga Anna Smith se convierte en el amor de su vida y se casan al final de la serie.
La serie brilla por su ambientación, sobre todo con la decoración y las antigüedades de la famosa casa de campo de Downton Abbey. Sin embargo, también presenta algún que otro error en este sentido, como habrán podido comprobar los espectadores más atentos.
Quizá el fallo más evidente fue cuando se pudo ver una antena de televisión en uno de los tejados del pueblo vecino. La televisión no se inventó hasta 1927, y no estuvo a disposición del gran público hasta una década más tarde, por lo que, a menos que en la serie haya un viajero en el tiempo, es imposible que en aquella época hubiera antenas de televisión.
Es normal que hasta las series más exitosas tengan algún que otro error. De hecho, muchos espectadores disfrutan intentando encontrarlos. Así pues, abre bien los ojos la próxima vez que te sientes a ver Downton Abbey y mira a ver si encuentras alguno más.