Economía en sentido contrario: Banamex
PASANDO LISTA DE PRESENTE en el aula de la vida para exclamar sí amigas y amigos lectores ¡VIVA NUESTRA REVOLUCIÓN! Una revolución a favor de los que hoy en día sufren el desempleo, la injusticia y todos los males de una sociedad totalmente inequitativa.
Honrar la memoria de nuestros héroes nacionales, que con su talento, su sacrificio, y con su propia vida forjaron la recia historia de nuestro México. Recordamos las palabras del periodista oaxaqueño, fundador del periódico de combate “Regeneración”: “la revolución es el medio del que se sirve el hombre para acabar con el dolor social que lo agobia”.
Firme convicción alentó a los comandantes revolucionarios, de tal suerte que cuando al general Obregón se le amputa un brazo después de la histórica contienda de Santa Anita, Celaya solo exclama: “¡Que se mutilen los hombres, mas no sus principios!”
Hazañas increíbles pusieron de manifiesto el valor indomable y espíritu incontenible de aquellos hombres. En Rio Blanco cuando una familia obrera azotaba por el hambre pedía a gritos los víveres, como respuesta oye la voz del amo: “A estos perros no les doy ni un gramo de frijol”, entonces Lucrecia Toriz con voz de fuego ordena a los obreros quemar los almacenes y sacar los víveres, y tras de esta acción heroica, aquella mujer es inmolada por las balas asesinas.
La más terrorífica hazaña se escribe en la casa número 4 de la calle de Santa Clara en Puebla. Por indiscreción de Mucio P. Martínez, el dictador se entera del copioso arsenal de armas ultramodernas que se encuentran en la habitación de los Serdán, prestas a la lucha; el disparo a quemarropa hecho por Carmen Serdán es la chispa incendia la hoguera de la rebelión. Así surge la heroína en la evolución progresista y sorprendente de la humanidad, de improviso, como impulsada por una extraña inspiración y grabada en el corazón de sus contemporáneos su doctrina universal, su prístino mensaje, su sello inconfundible, con la misma fuerza que da el coraje; así surge Judith, quien para liberar a su patria tiene que matar a lanzazos a Holofermes; así surge Juana de Arco, para despedazar a los ingleses en la guerra de los cien años; así surge Lucrecia Toriz para incendiar con su voz candente el ardor patrio en el corazón de aquellos obreros, cuando un día arden las goteras del histórico Río Blanco.
PASA LISTA DE PRESENTE Aquiles Serdán que nació y murió en Puebla. Carmen, Natalia, Máximo y Aquiles son los cuatro hermanos Serdán, y es en su casa donde cae asesinado Aquiles, casa que hoy es el MUSEO DE LA REVOLUCIÓN y se localiza en la ciudad de Puebla.
Esta es la casa de la familia Serdán donde se gestó el grito de libertad. En la madrugada del día 19 de noviembre de 1910, Aquiles Serdán, al pretender salir de su escondite, según parece, tosió, acto que lo delató y fue descubierto, siendo asesinado por el soldado que hacía la guardia, el cual hizo dos disparos: uno en el cráneo y otro en la sien. La Revolución Mexicana dio inicio en Puebla, con la represión sufrida por los hermanos Serdán. El cuerpo inerte de Aquiles fue exhibido por órdenes del general Mucio P. Martínez, gobernador de Puebla, como una muestra de escarnio y escarmiento. Los corridos nos narran con canto libertario esta hazaña del jefe antireelecionista en Puebla.
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