Brilla legado musical de Álvaro Carrillo en el Cervantino
Afortunadamente la poesía escrita por mujeres tiene en este momento una revitalización única en nuestro estado. Están en construcción algunas antologías especializadas y textos críticos que son necesarios para más producción y difusión de la creación de la literatura femenina enfocada en el género. Hay un largo camino por andar pues aún la literatura está dominada por los escritores masculinos. Las escritoras nos enfrentamos al imaginario colectivo de lo que “tiene” que ser y hacer la mujer en el terreno social, es decir, la maternidad y el matrimonio, y eso, claro que lo podemos hacer a la par de nuestro quehacer literario pues no se trata de ir en contra de la visión de lo femenino, no se relaciona con el gen que nos define biológicamente el sexo, sino se trata de la construcción cultural de lo femenino y la mujer.
En la creación de la literatura escrita por mujeres por supuesto que utilizamos lo que se cree que son códigos usados por los escritores masculinos, sin embargo, tenemos voces propias con una identidad singular que se deben interpretar desde nuestros propios ambientes culturales o con una visión clara hacia ellos.
Las mujeres nos reapropiamos de lo que se pensaba eran las “temáticas masculinas”, hablamos con una libertad de decir cosas distintas, con tonos distintos; por supuesto, las temáticas son universales, sin embargo, utilizamos nuestros propios recursos poéticos anclados a estados, atmósferas, diálogo. Esa es nuestra aportación, una poesía plural, con temáticas propias, de nuestra lengua y desde nuestras propias historias.
Circunstancialmente, la construcción de la identidad de la poesía oaxaqueña escrita por mujeres es un poco tardía con respecto a los demás estados de la república. La mayor parte de las inversiones del dinero del Estado históricamente han estado dedicadas hacia las artes visuales; las publicaciones también están dedicadas en su mayoría a los escritores masculinos. Lo que nos queda, es fortalecer la poesía escrita desde Oaxaca entre nosotras mismas, manteniendo una estética y un lenguaje singulares y propios.
En Saharasia, la reciente publicación de poesía de Nallely Tello, tocar el azul profundo del Mar Rojo es respirar frío con aire caliente que cuece los pulmones y seca la boca. El viento trae olores que se mezclan justo a la mitad roja. Arenas del Sahara y de Arabia se mezclan con perfumes, el viento que empuja al ferry nos lanza hacia El Cairo. Ahí nos espera con los hombres azules del desierto, Saharasia.
Nallely Tello voltea y mira la historia familiar; aunque ninguna familia es perfecta, la de cada uno de nosotros tiene las “perfecciones” que nos atan a ella y sus imperfecciones que nos alejan para no regresar, por lo menos, emocionalmente. De manera inevitable, los temas discurren desde el yo, pero ese yo que lucha entre el yo construido familiar, el yo inconsciente. Ahí está, entre líneas Nallely asomándose entre las letras de su libro. Madre aparece con poca constancia en la obra, pero importante en su presencia. Padre aparece una vez y una vez desapareció yéndose como lo menciona la autora en una entrevista para Oaxaca Media.
Ya Lacán nos menciona que el otro en el otro es el nombre del padre, la existencia del ser como significante, la constitución de la subjetividad humana, lo que constituye el ser que se encuentra entre el mundo real, el mundo simbólico y el mundo imaginario. En estos tres mundos está el deseo impregnado de la carencia de ese vacío que no puede ser colmado y que pone a girar el engranaje del deseo y la demanda, que resulta siempre inagotable pues viene de la carencia generada por la falta. La herida que nos atraviesa, la diagonal que cruza al sujeto.
La sanación de la herida de la ausencia es un proceso que requiere tiempo y paciencia. Aquí entra la poesía que siempre salva, evitado el lugar común, sabemos que los versos llegan a nosotras en los momentos precisos y por lo menos, con ellos intentamos curarnos, como los animales, lamiendo nuestra herida y poniéndole palabras.
*Texto leído en la presentación de Saharasia*