Exhiben multipremiada cinta La Soledad de María Conchita Díaz en FIC
Xóchitl Enríquez Mendoza, originaria de Oaxaca, fue presentada como la ganadora de la Beca Jenkins-Del Toro 2024, en el marco de la edición 39 del Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG).
La Beca Jenkins-Del Toro es una iniciativa que nació de la colaboración entre la Fundación Mary Street Jenkins, el Patronato del FICG, la Universidad de Guadalajara (UdeG), la Fundación Universidad de Guadalajara y el apoyo del aclamado director de cine Guillermo del Toro, se informó en un comunicado.
La Beca Jenkins-Del Toro, que se entrega desde 2019, otorga un apoyo de 60 mil dólares estadounidenses anuales para la realización de estudios de cinematografía en nivel licenciatura o maestría.
Los recursos son aportados en su totalidad por la Fundación Jenkins y cubren gastos de colegiatura, estancia (costo de la vivienda en renta durante el tiempo que duren los estudios), manutención (alimentos), contratación de un seguro de gastos médicos y de vida, así como una cantidad fija para solventar gastos de libros y materiales de estudio.
En conferencia de prensa, Guillermo Gómez Mata, presidente del Patronato del FICG, brindó contexto sobre este apoyo que ya se ha entrega en cuatro ocasiones anteriores y mencionó a los ganadores: María Candelaria Palma, que se encuentra en la Escuela Internacional de Cine y Televisión en San Antonio de los Baños, en Cuba; Alejandro Ríos Rodríguez, que estudia en la Film and TV School of Academy of Performing Arts, en República Checa; Ernesto Regalado, que sigue su educación en la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid, en España; y Pablo Díaz, inscrito en la Escuela de Artes Cinematográficas de la Universidad del Sur de California, en Estados Unidos.
Por su parte, Alejandra Lerdo de Tejada, directora de Comunicación de la Fundación Jenkins, que este año cumple 70 años, señaló que el trabajo seleccionado como ganador es “realmente sorprendente”.
“Es una muestra conmovedora que pone la piel chinita. No fue fácil elegir a pesar de que la decisión final fue unánime, ya que los trabajos presentados muestran año con año un creciente profesionalismo, originalidad y capacidad cinematográfica en todos sentidos.
Nuestro deseo es que año con año haya más participantes, más jóvenes entusiastas que representen a México ante el mundo entero como ya lo han hecho muchos mexicanos de quienes nos sentimos inmensamente orgullosos”, expresó la directiva.
Xóchitl Enríquez Mendoza, originaria de Oaxaca, agradeció a la Fundación Mary Street Jenkins, al Patronato del Festival Internacional de Cine en Guadalajara, a la Fundación de la Universidad, la Universidad de Guadalajara y a Guillermo del Toro “por hacer posible los sueños de muchas personas que quieren hacer cine”, dijo antes de soltar algunas lágrimas por la emoción.
“Muchos cineastas, de alguna manera, tenemos la espinita de querer contar historias y hubo un punto en nuestra vida que marcó y nos hizo tomar la decisión de hacer cine. Yo tomé esa decisión en una sala de cine, a los años”, compartió Xóchitl, quinta persona en recibir este apoyo.
“Me ha costado mucho entrar en el medio. Y creo que estas becas que existen nos dan la oportunidad de seguir formándonos y seguir contando nuestras historias. Definitivamente es una beca única que si de verdad se ponen a buscar si existe en otras partes del mundo, la verdad es que no. Es una beca que tenemos en México para mexicanos que nos abren muchas oportunidades de estar en otros países, conocer a otros cineastas que como nosotros también vienen formando su camino”, agregó para finalizar.
“El cine lo hacen las personas”
Originaria del Istmo de Tehuantepec, de El Barrio de la Soledad, Xóchitl Enriquez Mendoza, de 33 años, cuenta que lo que la motivó a seguir su camino profesional en el cine fue su experiencia de vida. “Tal cual la magia del cine, más allá de ver una película que me marcó la vida”.
“Fue la sensación de estar en un lugar rodeada, como un momento feliz en mi familia. Fue el contexto en el que crecí, el hecho de ir a ver una película; éramos felices como familia, porque hubo violencia, golpes, maltratos físicos. Pero cuando veíamos una película, era como si nada de eso pasara. Eso fue lo que a mí me marcó y ese momento de decir ‘estamos en paz, estamos tranquilos’”, comparte.
A los 18 años, Xóchitl se mudó a Puebla para estudiar cine. Quería irse a Ciudad de México para lograrlo, pero no pudo. Sin embargo, al terminar la licenciatura llegó a la capital del país, donde trabajó en una productora y estudió en el CCC.
Permaneció 5 años antes de regresar a su pueblo natal. Fue en Oaxaca donde, considera, por fin pudo cosechar lo que ya venía sembrando. Así nació La Baláhna (que significa “virginidad” en zapoteco), cortometraje que realizó en colaboración con compañeros que, al igual que ella, habían emigrado de la misma región en busca de cumplir sus sueños y ahora regresaban por causa de la pandemia. La unión de sus experiencias les permitió crear un proyecto que incluso llegó a presentarse en el Festival de Cine de Sundance y recorrió otros encuentros de cine.
Xóchitl estudiará en Australia la maestría que financiará la Beca Jenkins-Del Toro; no obstante, aún no decide si quedarse en Adelaide (donde reside por ahora) o mudarse a Sídney. Si bien su enfoque está en la dirección, también le gustaría aprender distribución para ayudar a más producciones con orígenes indígenas.