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OAXACA, Oax. 29 de junio de 2024.- Este viernes 28 de junio tuvo lugar el segundo conversatorio Tequio y Salud: Construyendo redes para una propuesta de medicina comunitaria en Oaxaca, convocado por la Clínica Hospital del Pueblo Anna Seethaler, A. C., ubicada en San Martín Mexicapam, con la participación aproximada de 50 personas integrantes de 17 organizaciones, colectivos de la sociedad civil oaxaqueña, invitados particulares y personal de la Clínica del Pueblo.
La introducción estuvo a cargo de la doctora Marissabel Casas Marroquín, Directora General de la Clínica del Pueblo, quien compartió que la Clínica nace hace 24 años para ofrecer un servicio de salud diferente, con un reto muy grande, ya que cuando se piensa en servicios de salud, generalmente se busca homologar la atención a pacientes, dando como resultado que los programas estén distanciados de la población, ya que las personas son atendidas con base en unos lineamientos prestablecidos, que sin embargo operan en realidades diversas, informaron los organizadores en un comunicado.
Resaltó la necesidad de que hay que ver el contexto de vida de la persona, sin reducirla exclusivamente a su dimensión individual, colocándola en el entramado de sus relaciones sociales, y viendo cómo procesos más amplios de corte social, económico y político, hacen registrar sus efectos en la carne de los individuos, manifestándose como enfermedades.
Daniel Conde, Director de Planeación y Programas, y Fabio Pettirino, colaborador de la Clínica, ambos antropólogos sociales, compartieron que en la institución se ha llevado a cabo una actividad guiada por la antropología médica critica, para ver más allá de la enfermedad y del individuo que la padece, y fortalecer la creación de vínculos entre distintos actores que den respuesta, integral y conjunta, en beneficio del paciente y respetando su máximo interés. En la óptica ideal de una comunidad que cura es importante instrumentar vínculos de reciprocidad en los servicios como una forma de Tequio, es decir un trabajo colectivo para un bien común. De esta forma se entiende que tanto el concepto de comunidad, como el de salud, no están previamente dados, sino que hay que construirlos de forma comunitaria.
Una vez que terminaron la introducción, se abrió un espacio para dialogar en mesas de trabajo, que permitió que cada organización compartiera su quehacer social, y como se relaciona con el ámbito de la salud integral; algunas de las ideas compartidas fueron:
La trascendencia de tener una formación en el personal de salud, no solo desde las universidades, sino también desde el fortalecimiento durante el desarrollo profesional, en el que una formación antropológica crítica, pueda proveer de elementos de comprensión social, y con ello, complementar la praxis de médicos, enfermeros, odontólogos, nutriólogos, psicólogos y demás profesionales de la salud, cuya vocación ya es un primer paso para intervenir en la vida de las personas.