La Diverti Ruta regresa a la calzada Porfio Díaz en la ciudad de Oaxaca
OAXACA, Oax. 2 de septiembre de 2024.- Nada ni nadie devolverá la vida a Diego, pero que en la justicia terrenal encuentren consuelo, pidieron por los padres de Diego Ignacio Paz, el joven a quien policías de Santa Lucía del Camino le quitaron la vida.
Fue una misa muy triste, jóvenes que no pudieron contener las lágrimas y madres que parecían entender el dolor de una madre.
Diego era estudiante de la carrera de comunicación en la Universidad Anáhuac, donde este lunes obtuvieron el permiso para ausentarse del colegio y acompañar la misa de cuerpo presente y el féretro a su última morada.
Yacerá en el Panteón Jardín, en Huayapan, sepultando con él las esperanzas e ilusiones de una familia de la que era el único hijo.
«Siempre serás nuestro hermano», dijeron jóvenes que lo despidieron visiblemente consternados. Y es que aseguran que Diego siempre era una mano dispuesta a ayudar. Ese sábado, 31 de agosto, se ofreció igual que muchas otras veces, a llevar a un compañero como copiloto.
En las exequias hubo globos blancos y el féretro también fue de este color, un distintivo de bondad y de pureza, pues apenas cumpliría los 22 años.
La justicia avanza lenta. Un policía está sujeto a investigación, otros más fueron cesados y el mando policial presentó su renuncia, sin responsabilidad alguna. Este mismo lunes, el gobernador Salomón Jara reconoció que Marcos Fredy Hernández «tiene mucha cola que le pisen» y ofreció que el crimen no quedará en la impunidad.
Anunció también que el gobierno de Oaxaca asumirá la tarea de los alcoholímetros que «se pervirtió y se convirtió en un centro de extorsión».
Diego Ignacio Paz viajaba en su vehículo cuando pasó por el alcoholímetro. Horas más tarde, moría en un hospital al recibir dos balazos, uno en el pulmón y otro que le causó estallamiento de vísceras.
De la investigación de los hechos se encargará la Fiscalía General de Justicia en Oaxaca.
Su compañero y amigo, Josué R. aún sigue recibiendo atención médica en un hospital.
La voz del sacerdote católico que ofició la misa dice que la fe es un consuelo, pero también en la justicia, ojalá que llegue, ojalá que en ella encuentren algo de consuelo. (Con información de Manuel Salazar)