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OAXACA, Oax. 5 de junio de 2025.- Actualmente existe una carencia significativa en la enseñanza de la Lengua de Señas Mexicana (LSM) para las infancias sordas, al menos el 40 por ciento con discapacidad auditiva no tiene acceso a la educación inclusiva en esta lengua, dijo la doctora Miroslava Cruz Aldrete, investigadora del Centro Interdisciplinario de Investigación en Humanidades, de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM).
Durante la charla La privación lingüística de las infancias sordas, ¿por qué solo escuchamos el silencio? organizado por el Departamento de Filosofía, la Línea de Lingüística del Posgrado en Humanidades, la Coordinación de la Licenciatura en Lingüística y el Seminario sobre Desarrollo y Adquisición del Lenguaje de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), explicó que la privación lingüística en la niñez es la falta de acceso a una lengua natural durante los períodos críticos de aprendizaje, lo que genera consecuencias cognitivas, socioemocionales y académicas.
El especialista resaltó la importancia del aprendizaje temprano de la LSM, ya que permite que las infancias se comuniquen con sus padres y cuidadores, ya su vez facilitan su integración social y escolar. Este aprendizaje es como cualquier lenguaje natural, tiene su propia gramática, sintaxis y léxico.
El 90 por ciento de los pequeños con problemas auditivos proviene de una familia oyente, lo que implica desafíos comunicativos, dificultades para participar en conversaciones y posibles sentimientos de aislamiento o desconexión.
Es imprescindible que el núcleo doméstico se integre a la mejora del aprendizaje, ya que una familia involucrada y comprensiva puede proporcionar un entorno seguro y estimulante para que los menores desarrollen su identidad y su sentido de pertenencia a la comunidad sorda, subrayó.
Dijo que la socialización de estas infancias es un proceso continuo que involucra la adaptación a normas y valores sociales, así como la construcción de relaciones interpersonales, complicada en una sociedad que es poco empática con personas de diferentes capacidades.
Abundó que la LSM debe ser reconocida como primera lengua (L1), fundamental para que las niñeces puedan acceder a la educación y obtener las herramientas necesarias para su desarrollo, ésta empodera y brinda la confianza para comunicarse y participar activamente en la sociedad.
A su vez, el doctor Edgar Sanabria Ramos, de la Dirección de Educación Especial del Centro de Atención Múltiple (CAM), expresó la importancia de considerar la estimulación temprana del lenguaje en infancias sordas en menores de cuatro años, junto con la asistencia de los padres, crucial para la mejora del lenguaje en general.
Actualmente se ha adoptado una dirección bilingüe que utiliza la LSM y el español como lenguas de instrucción, se manejan recursos digitales, como materiales de enseñanza en formato de video con subtítulos y programas de computación, para facilitar el aprendizaje de estudiantes sordos, mencionaron.
La capacitación de los maestros es un elemento esencial para la creación de una formación inclusiva y de calidad para los estudiantes, ayuda a romper las barreras de comunicación y aprendizaje que enfrentan. Esto impulsa el “ input lingüístico” (datos lingüísticos primarios que sirven como principal fuente de información), crucial para su desarrollo cognitivo, especialmente en la adquisición de la lengua escrita.
Puntualizó que, la educación para los alumnos sordos debe brindarles oportunidades de acceso, permanencia, aprendizaje y participación dentro de las escuelas, además de favorecer condiciones para la convivencia entre los alumnos; para lograrlo, es necesario buscar la participación de docentes, intérpretes y adultos sordos que empleen la LMS para lograr una enseñanza adecuada del español escrito y la lengua oral.
Es indispensable reconocer y valorar la identidad sorda, ya que permite a los menores ejercer sus derechos, participar activamente en la sociedad y contribuir a la construcción de una sociedad más comprensiva. La educación bilingüe (lengua de señas y lengua oral), la formación profesional y la participación en programas de capacitación contribuyen a un mayor sentido de pertenencia, adicionó.
Por lo anterior, argumentó que la LSM no es solo un lenguaje, sino una herramienta para el desarrollo, la inclusión y la participación social de las infancias sordas, es un derecho lingüístico y cultural que contribuye a la plena realización de sus derechos como ciudadanos.
Al finalizar la charla llevada a cabo de forma virtual, con la ronda de preguntas que plantearon los asistentes en la transmisión, se resumió que el futuro de la LSM para las infancias sordas debe estar orientado a la promoción de la cultura sorda y el desarrollo de la competencia comunicativa, a través de una formación docente especializada, materiales educativos accesibles y una participación de la comunidad de personas con discapacidad auditiva y las familias.