
Felicidad en el trabajo
¡De pie, pero al precipicio!
Aun es noticia la fábula que el actual grupo en el poder colocó en el imaginario popular y mediático sobre el retorno del goloso de Guelatao redimido en una persona que al inicio de saber que había sido ganador del inefable concurso por la medalla “ Celso Piña” por aquello que los que la obtuvieron son los reyes y reinas del acordeón “porque hasta los adversarios tuvieron el suyo” la mañanera dixit, ahora en senda entrevista de un diario de circulación nacional arguye que llega sin ningún compromiso dejando un poco de lado el artilugio que su postulación se debió a “que la consultó con los Pueblos y Comunidades” sin que argumente a cuáles se refiere porque como la mayoría de los beneficiados del acordeón obtuvieron sus pírricas victorias en entidades como el Estado de México en donde salvo lo que quedan de esas localidades originarias, la mayoría de los electores se concentran en municipios de migrantes como Nezahualcóyotl, Nezayork o conurbados citadinos como Ecatepec, Ecatepunk.
Aborda también la quimérica propuesta de “acercar” a la Corte al pueblo asegurando que las sesiones, explicaciones in situ, el apostar por uno de sus conceptos ideológicos favoritos de la territorialidad acabarán con el nepotismo, la corrupción y la injusticia que al menos en discurso asegura una constante presencia de los destogados por los rumbos del Ajusco en que el desalmado empresario de los más ricos de México hasta ahora ha logrado que los miles de millones que debe al fisco le hagan lo que el viento al predecesor del próximo presidente de la tremenda corte. Como lo escribí en una colaboración pasada, se omite y se deja lastimosamente de lado que una de las mayores preocupaciones sobre 7 de los 9 ministros recién electos por la “voluntad popular” de 10 millones de electores de un total de 99 millones en el registro electoral vigente, carecen de experiencia y preparación de la carrera judicial y al igual que sucede ahora mismo con los diputados y senadores federales y locales, los eligen por aclamación, acordeón, triquiñuelas y como el cantor bastante “cantarino”recién investido, por suerte sino es que tómbola de pormedio.
Argumentando dolosamente que son victimas de racismo por los señalamientos desfavorables de haber sido elegidos por acordeonistas, al menos el más mencionado hasta ahora en los medios y en las redes sociales parece que no tiene algún argumento o respuesta a hechos como las consultas a los Pueblos y Comunidades contundentemente señaladas como espurias y fuera de las normas vigentes para obras emblemáticas del gobierno pasado y su continuidad, así como el nombramiento hechizo del nombrado consejo nacional indígena que como lo fue el impuesto por el otrora partido único y antecesor del actual, coptado por su filial “campesina” la CNC, hoy reemplazada por la institución oficial del régimen en curso. Una de sus primeras avenencias de este consejo en claro y desmesurado apoyo al gobierno al que se debe, es la aclamación pública de la recién aprobada ley de telecomunicaciones que aprovechando a que alude parcialmente a las radiodifusoras comunitarias, obvian el atropello y espionaje que se oficializa porque ya se practicaba en otros gobiernos, el escuchar sin orden judicial expresa las conversaciones de aquellas personas que el régimen decida que son sus “adversarios” o pueden socavar de alguna manera su empoderamiento.
Dentro de este ominoso panorama, también nos enteramos de que lo que queda de la Corte dictaminó sobre dos asuntos que además de crear jurisprudencia futura alienta alguna suerte de esperanza y de fortalecimiento por un verdadero cambio más allá del discurso, victimización y maniqueísmo tan en boga: Una sentencia dictaminando como válida la decisión de acuerdo al sistema normativo interno de unacomunidad zapoteca de Oaxaca, de quitar una casa y el terreno adjudicado a un derechoso comunal que incumplió con sus deberes y obligaciones comunitarias como la ayuda mutua que incluso apeló a la justicia externa para evadirlas siendo la primera resolución que dicta la exigua Corte en sus años de existencia y por terminar. La otra es el dictamen de libertad a un indígena Nahua del Estado de México que fue sentenciado a una pena de cárcel de 47 años por homicidio mal calificado y que lo hizo pasar 14 añosconfinado injustamente al haber sido el hecho en defensa propia y que gracias a la intervención y perseverancia jurídica de una ONG logró que se reclasificara logrando la libertad añorada que por supuesto hasta ahora no ha obtenido ni la reparación del daño por parte de la autoridad que lo condenó ni mucho menos un resarcimiento de su comportamiento público y comunitario que ha observado a lo largo de su vida así como medidas futuras para evitar injusticias y confrontación con el resto de la sociedad.
Gerardo Garfias Ruiz [email protected]