Tu decides qué tan feliz quieres ser

Charlas con mi hija

—Mami, ¿cómo está eso de que yo decido qué tan feliz quiero ser?

—Escucha, Alan. Tu labor en la vida, entre otras, es escoger qué clase de día quieres tener.

Hoy puedes quejarte porque el día está lluvioso,
o… puedes estar agradecido porque el pasto está siendo regado gratis.

Hoy puedes sentirte triste de no tener más dinero,
o… puedes estar contento porque tus finanzas te alientan a planear tus compras de forma inteligente y te guían para que no desperdicies nada.

Hoy puedes quejarte por tu salud,
o… puedes regocijarte de que estás vivo.

Hoy te puedes lamentar por todo lo que no te dimos nosotros, tus padres, cuando estabas creciendo,
o… puedes estar agradecido porque te dimos el nacer.

Hoy puedes llorar porque las rosas tienen espinas,
o… puedes celebrar porque las espinas tienen rosas.

Hoy puedes lamentarte porque tienes pocos amigos,
o… puedes embarcarte con emoción en la búsqueda de nuevas relaciones.

Hoy puedes quejarte de tener que ir a trabajar,
o… puedes gritar de gozo porque tienes un trabajo para realizar.

Hoy te puedes quejar porque tienes que ir a la escuela,
o… animosamente abrir tu mente para llenarla con nuevas y ricas pepitas de oro de conocimiento.

Hoy puedes murmurar con molestia: “tengo mucho trabajo que hacer en la casa”,
o… puedes sentirte honrado porque Dios te ha dado cobijo para tu mente, tu cuerpo y tu alma.

El hoy se extiende frente a ti, esperando a que le des forma.
Y aquí estás, como escultor, para darle la forma que tú quieras.
La forma que tome el día de hoy depende de ti.
¡A ti te corresponde escoger qué clase de día quieres tener el día de hoy!

Deseo que hoy tengas un gran día,
a menos que… tengas planeado otra cosa.

—Gracias, mami. Lo recordaré siempre.

Psicóloga Laura García Rosas

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