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La X en la frente
Recién terminé “Por una Constitución de la Tierra, La humanidad en la encrucijada” de Luigi Ferrajoli.
Ferrajoli es para muchos el jurista vivo más importante del mundo. A él le debemos múltiples desarrollos dentro de la ciencia y la práctica del Derecho, y del estudio de la Democracia.
Particularmente es considerado padre de la doctrina del garantismo penal que inunda los sistemas jurídicos del mundo occidental y que gravitan en torno a los derechos fundamentales y sus garantías como límites y contenciones al poder punitivo de los Estados.
Próximo a cumplir 85 años, hoy Ferrajoli tiene sus preocupaciones en otros horizontes y ahora escribe para la supervivencia le la especie humana y del planeta Tierra.
Y lo hace desde la ciencia del derecho y la teoría constitucional.
El calentamiento global, la hambruna, las crisis de migración, la carrera armamentista nuclear, las pandemias como la del Covid 19 y la proliferación de las armas convencionales en las sociedades son para él, consecuencia del agotamiento del paradigma Estatal y su alma gemela , la soberanía.
Las grandes potencias y los “poderes salvajes” de las grandes compañías transnacionales y los magnates más ricos del mundo siguen prosperando y enriqueciéndose a costa de los países más pobres, arrebatándoles, con sus recursos naturales, parte de su futuro poniendo ya en riesgo la supervivencia global.
Incapaces de auto contención, las potencias políticas y económicas necesitan ser lamadas al orden y al respeto por la supervivencia con una federación de pueblos de la Tierra, como alternativa al actual modelo de organización estadual y soberanista.
Y para ponerla lejos de los confines de la utopía, propone justamente un constitucionalismo global y una Constitución para la Tierra, como norma jurídica suprema y rígida que subordine a todos los sistemas jurídicos existentes en el planeta.
El proyecto de Constitución propone la desaparición de los ejércitos nacionales, la prohibición de las armas (tanto nucleares como convencionales), la imposición de gravámenes progresivos a las grandes fortunas, condonaciones de deuda externa de países pobres expoliados por los países ricos, la creación de instituciones globales que garanticen los derechos sociales a la educación, la salud y la alimentación para todos, y al trabajo y la vivienda digna.
El proyecto también propone abolir la prohibición de la migración para que todos comencemos a ser ciudadanos del mundo.
Así como se los ciento, todo esto podría parecer irrealizable, pero si leen el libro y el proyecto de Constitución se darán cuenta que lo que hoy podría considerarse una propuesta idealista, en realidad es una hija de ruta para cuando llegue el momento (que llegará)de poner manos a la obra para salvarnos todos de lo que hoy todavía son peligros y amenazas.
La Constitución para la Tierra no es solo posible, sino necesaria en un mundo que camina vertiginosamente al suicidio. Al menos hay que saber que existe un proyecto que puede perfeccionarse.
*Magistrado Presidente de la Sala Constitucional y Cuarta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca.
*La difusión de la columna es ajena e independiente del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca