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MÉXICO, DF, 24 de diciembre de 2014.- ‘Iguanas ranas’, dicho que se usa para desear a los otros lo mejor, fue la inspiración de Mauricio Mercado Garcés, Eduardo Ang Uribe y Benito Fu Chang, para crear una colorida y divertida quimera: dos ranas con colas de iguana, desorbitados ojos rojos y desafiantes colmillos, que se disputan una apetecible abeja.
Una obra maestra de la cartonería, que contó con la colaboración del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), ganadora del primer lugar del Concurso de Alebrijes Monumentales.
Este equipo de cartoneristas logró imponer su creación —que implicó tres meses de trabajo y unos cuantos desvelos—, entre 234 piezas, muestrario de la zoología fantástica que habita en la mente de los artesanos mexicanos, que participaron en la octava edición del certamen organizado por el Museo de Arte Popular (MAP).
Luego de desfilar por Paseo de la Reforma e instalarse temporalmente en la Avenida Álvaro Obregón, el alebrije ‘Iguanas ranas’, papel hecho fantasía que representó al INAH en el Concurso de Alebrijes Monumentales, podrá apreciarse a partir de enero próximo en el Centro Comunitario Culhuacán, ubicado entre las avenidas Taxqueña y Tláhuac, en Iztapalapa.
Mauricio Mercado comenta que la amistad es el motor que los impulsa como equipo, así lograron concebir un alebrije de más de tres metros y medio de altura que tiene un dinamismo singular, como si los personajes formaran parte de un juego de espejos.
El movimiento que imprimieron en su obra —consideran—, fue uno de los factores decisivos para ganar por segunda ocasión esta exhibición, pues ya lo habían logrado en 2009.
Mientras Benito Fu lleva a cabo el diseño del alebrije, Eduardo Ang asesora en todo lo relacionado con la estructura, después viene la plástica y la decoración, que son las fases finales de esta actividad creativa. Consideran que lo más tedioso del proceso es el secado de las capas de papel que se pegan con engrudo y dan forma al animal imaginario.
Al respecto, Mauricio Mercado señala que pese a su creación relativamente reciente, el alebrije es ya un emblema de la nación fuera de sus fronteras. Incluso de acuerdo con una encuesta realizada a nivel mundial por la revista México Desconocido sobre las 10 artesanías más representativas de nuestro país, los alebrijes se apoderaron del primer sitio, por encima del barro negro y la talavera poblana.
Destaca que a mediados de los años 30, el guanajuatense Pedro Linares López fue quien “le quitó lo efímero al trabajo de la cartonería y lo trasladó a la cuestión del arte popular”, asimismo, el MAP impulsó este interés con la realización de “La Noche de los Alebrijes”.
“La convocatoria que ahora se tiene con el desfile de estas obras es también una manera de hacer partícipes a las personas y una invitación para que aprendan la técnica, un oficio que se adelantó con mucho a las campañas de reciclaje porque su materia prima es papel periódico y engrudo.
“Los apasionados de la cartonería nos sentimos comprometidos a trabajar con mayor calidad en los diseños y presentar una obra que llene de orgullo a todos, no sólo hablo por los artesanos sino por los mexicanos. Es una artesanía que nos da identidad como pueblo”, expresa Mauricio Mercado.
La Escuela Nacional de Antropología e Historia, del INAH, también participó en el 8° Concurso de Alebrijes Monumentales. El alebrije ‘Tlacuasierpe’, un híbrido de tlacuache y serpiente, dos animales comunes de Cuicuilco (donde tiene sus instalaciones del plantel educativo), fue creado por el Taller Arte Ecológico, encabezado por Mario Alva Maldonado.