Abelardo Martín / DINTEL / La tersura de la transición confunde a muchos

México, DF. 13 de noviembre de 2012 (Quadratín).-Es sorprendente el número de equipos y funcionarios del gobierno panista que están convencidos de que el presidente electo, Enrique Peña Nieto, los ratificará en sus cargos.
Desde la Secretaría de Hacienda y Crédito Público hasta la de la Reforma Agraria, cuyo titular logró el anhelo salinista de ”ni los veo no los oigo”, pasando por Salud, Sagarpa, Economía y hasta en Semarnat , por citar unas cuantas, sus equipos panistas creen que han hecho un buen trabajo, aunque nadie hasta hoy se haya enterado.
En restaurantes, bares y hoteles concurridos por la llamada clase política, corren los rumores de que varios de los equipos calderonistas ya pasaron ”lista” de presente ante los principales colaboradores del presidente electo.
Peña Nieto y Calderón se han reunido ya en 7 ocasiones, lo que ha dado el pretexto para especular acerca de imposibles compromisos de ”protección y cuidado” al mandatario saliente. Peña Nieto ha visitado múltiples ocasiones la residencia oficial de Los Pinos para reunirse con el presidente Felipe Calderón, en lo que es el séptimo encuentro entre ambos.
Calderón y Peña Nieto se reunieron, por primera vez, de manera “informal”, el pasado 17 de julio y acordaron que iniciarían un proceso “ordenado” de transición, una vez que la Sala Superior del TEPJF otorgara al priista la declaratoria de presidente electo.
El pasado 5 de septiembre en su primera reunión formal, el jefe del Ejecutivo y el presidente electo conversaron sobre el desempeño de la economía y seguridad. En la tercera de sus reuniones, el 13 de septiembre, Calderón mostró a Peña Nieto un diagnóstico de seguridad pública en el país, tema del que siguieron dialogando el 3 de octubre. Cinco días después, se reunieron por quinta ocasión para abordar temas económicos que requieren seguimiento por parte del próximo gobierno. El pasado 23 de octubre trataron política exterior.
Rasgo sobresaliente de la alternancia es la tersura y el presidente saliente ha puesto todo su empeño para evitar problemas, malentendidos y obstáculos, instrucción que ha sido adoptada por todos los equipos calderonistas en el gobierno. Sin embargo, algunos lo han visto como la gran oportunidad de dar el salto y, como trapecistas, mantenerse en los cargos.
No se condena o critica la ilusión, lo último que se pierde, pero sorprende la autocrítica, la nula valoración objetiva del mal trabajo hecho o, en el peor de los casos, realizado y no difundido, porque equivale a no haber cumplido la tarea, la responsabilidad, el mandato.
Muchos se sentirán engañados y hasta defraudados en las primeras semanas de diciembre cuando sean sustituidos irremediablemente porque no supieron, no pudieron o no quisieron aprovechar la oportunidad que tuvieron enfrente y que desperdiciaron. !Mejor suerte para la próxima y gracias por participar!
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