
Zedillo, jefe político de la intelectualidad de la derecha
México, D.F. 16 de marzo de 2013 (Quadratín).- Aunque es difícil creer que haya quien, aparentemente en sus cabales, se sienta indispensable, es muy frecuente el asalto de pensamientos acerca de que nadie, o casi nadie, podrán desempeñar el trabajo o cargo temporal, después de una gestión cargada de elogios, loas, reconocimientos y felicitaciones, la mayoría fruto del interés o la abyección. .
Solo una inteligencia y un equilibrio mental y emocional como el demostrado por el ex Sumo Pontífice, Ratzinger, que supo que su decisión de renunciar al papado desencadenaría lo mejor para la iglesia católica mundial y el rompimiento con corrupción, burocratismo, anquilosamiento y vicios añejos.
Solo personajes tan sui géneris como el ex presidente panista, Vicente Fox, fue capaz de amenazar a los mexicanos (y ofender de paso su inteligencia) con su: me van a extrañar.
El jefe de gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera celebró sus primeros cien días en los que la presencia de Marcelo Ebrard se siente por las obras inconclusas todavía, aunque inauguradas hace meses, las concesiones a particulares de malos servicios como el monopolio bicicletero de las eco-bicis, los parquímetros y la ingobernabilidad en que dejó sumida a la ciudad y en la que Mancera sería un monaguillo atento. Pero la realidad ubica hasta al más soñador.
Dejar huella en el Distrito Federal, su objetivo. Demostrar que la izquierda que representa no tiene dueños ni ataduras, su misión. estas son, las premisas de un gobierno que deja atrás los candados que pretendieron sus mentores, creyendo que el alumno seguiría, a pie juntillas, los pasos de Andrés Manuel o de Marcelo.
En sus primeros 100 días de gobierno al frente del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera advirtió: Mi responsabilidad es la de gobernar por el bien de todos, así como mantener el diálogo con todas las fuerzas políticas y autoridades de los tres niveles de gobierno. Quiere dejar la huella de una izquierda sin dueños, una fuerza política inteligente, propositiva y ordenada a favor de la ciudad. La izquierda es una forma de independencia, nunca una atadura, es símbolo de libertad; nosotros debemos gobernar con ese ideario, con esa convicción progresista, pero sin distingos.
Su discurso está o suena en el mismo espíritu o convicciones de Francisco I, el obispo de Roma y Sumo Pontífice de la iglesia católica, gobernar con la mayoría y no más para la minoría privilegiada.
Prometió que en un corto plazo la Ciudad de México se consolidará como la más segura, por ello, dijo, trabaja sin descanso en la creación de un Sistema de Seguridad Ciudadana y de Prevención del Delito.
En todas las delegaciones se han entregado parques, espacios públicos, alarmas vecinales, se han incrementado las patrullas, se ha dado mantenimiento a vialidades, se ha recuperado la iluminación y hemos dado mejoramiento a banquetas.
Uno de sus compromisos es consolidar la reforma política del Distrito Federal.
Mandatario no es el que manda, sino el que obedece el mandato de la gente, precisó
Cien días que la mercadotecnia política pretende convertir en pretexto de más exposición pública y mediática, pero que sobre todo permiten valorar la ausencia de quien o quienes se fueron. No se les extraña.
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