
¿Lealtad a quién?
México, D.F. 20 de agosto 2012 (Quadratín).- No deja de sorprender la eficacia con la que los Estados Unidos convierte los pecados en virtudes. De acuerdo a las estadísticas, la sociedad estadounidense es una de las más altas consumidoras de energía y también de drogas en el mundo.
Sin embargo, no es su población o sus estructuras políticas, económicas o sociales los que deben cambiar, sino quien debe hacerlo es el resto del mundo.
El consumo energético tan elevado de los Estados Unidos lo obligó, en las últimas décadas, a una estrategia geopolítica que le garantice no solo el suministro, sino la acumulación de una de las mayores reservas de petróleo del mundo.
De un mercado de productores (que fijaban precios y topes de producción) la estrategia estadounidense logró revertir ese modelo y convertirlo en uno de consumidores.
Con el mercado de la droga, ocurre el fenómeno de que en los Estados Unidos se consume, pero son los demás países los que tienen la culpa. Para prueba baste hacer un repaso histórico. Desde los 80s, Estados Unidos instrumentó medidas, según las cuales, México debe tener conductas, comportamientos y parámetros fijados por el gobierno vecino. Primero fue la tan llevada y traída certificación que permitió la presión política, el chantaje y el sometimiento a pensamientos y acciones de los vecinos. La certificación fue como ponerle al país la bota en el cuello, de donde no ha podido librarse ni un poco.
Otro ejemplo es la forma en cómo hizo de la amenaza del terrorismo un instrumento de control. Y vigilancia del resto de los países. El miedo de ellos obliga a los gobiernos a sojuzgar a sus pueblos, porque así lo quiere el país imperialista.
Ahora, la agencia antidrogas estadounidense, mejor conocida como DEA alertó a los gobiernos de Colombia y México que las mafias colombianas del narcotráfico utilizan equipos del futbol mexicano para lavar sus activos, informaron las cadenas RCN y Mundo Fox.
De acuerdo al reporte periodístico, capos colombianos de la droga, paramilitares extraditados a Estados Unidos y hasta un jefe guerrillero hicieron inversiones en el futbol mexicano entre los años 2003 y 2006, de acuerdo con archivos incautados a un narcotraficante por la Fiscalía General de Colombia.
Según la versión, los equipos mexicanos Necaxa, Santos, Puebla y Salamanca estarían implicados en la recepción de dinero proveniente de los grupos paramilitares, que forman parte del narcotráfico en Colombia.
Los medios mencionados explicaron que la Fiscalía General de este país sudamericano realiza una investigación a partir de documentos encontrados a un narcotraficante del norte del Valle colombiano, en los que aparecen inversiones en equipos de la liga mexicana.
Las supuestas transferencias hacia el balompié mexicano se hicieron entre los años 2003 y 2006, de acuerdo con los registros en los archivos decomisados. En la lista de inversionistas figuran además reconocidos ex jefes paramilitares y de los cárteles de la droga que operan en este país sudamericano, algunos de ellos detenidos y extraditados a Estados Unidos durante el gobierno de Álvaro Uribe (2002-2010). En los archivos figuran pagos por cerca de dos millones de dólares para equipos de la liga de futbol de México, tanto de la primera como segunda división. Por ejemplo, el empresario deportivo Carlos Ahumada Kurtz, quien fuera en su momento propietario de los equipos León y Santos, aparece con un pago por 94 mil dólares, según el documento hallado por la Fiscalía colombiana, dicen los reportes periodísticos.
Como se recuerda, Ahumada se vio implicado en actos ilícitos en los que estuvieron involucrados destacados funcionarios del gobierno de origen perredista. Ya se ha hablado cada vez con mayor insistencia de la presencia de dinero del narco en múltiples y variadas actividades, amenaza que, especialmente, crece en momentos electorales.
Es impostergable la aparición de las autoridades responsables para impedir que el negocio del fraude y del engaño siga creciendo. El país y sus habitantes, no se lo merecen.