Abelardo Martín Miranda / Del olvido a la indignación

Oaxaca, Oax., 26 de diciembre de 2011 (Quadratín).- A las expresiones de enojo y de violencia social en los últimos tiempos, se les ha clasificado como el movimiento de los indignados. Hoy es hasta glamoroso ubicarse políticamente en esta denominación. Quedó atrás ser de derecha o izquierda, revolucionario o anarquista, la moda de hoy es ser indignado.
México es hoy un campo seco en el que hay demasiadas chispas y gasolina alrededor.
La definición de indignación dice que es un sentimiento grande de enojo que genera un acto ofensivo o injusto, por ejemplo “la corrupción me causa indignación”, dijo Tesauro. Es un sustantivo femenino que muestra ira, cólera, irritación, enojo, enfado, provocado por una situación injusta generalmente acompañada por la pérdida de dominio de uno mismo.
En el mundo, 2011 ha sido el año de la “indignación” con sus distintas expresiones de descontento, efervescencia social, violencia, caída de gobiernos, otros que se tambalean en el oriente medio, Grecia, hasta las caricaturas (con todo respeto para sus motivaciones) en el corazón de esta ciudad, con el movimiento en el Paseo de la Reforma, frente a la Bolsa Mexicana de Valores.
La llamada ”Primavera Árabe” hizo tambalear los regímenes del Medio Oriente y del Norte de África y ha derribado a cuatro dictaduras. Por otro lado, los grupos ”indignados” en España y Estados Unidos principalmente, que han protagonizado una protesta para exigir representatividad política y de paso manifiestan su oposición a la desigualdad social.
La indignación ciudadana descubrió la importancia de las redes sociales, como instrumentos de comunicación para extender el movimiento a otras ciudades.
En México el Movimiento por la Paz, encabezado por el poeta Javier Sicilia, detonó el fenómeno de la indignación y desencadenó una serie de protestas ciudadanas, especialmente en contra de la violencia.
Otro más, #ReformaPoliticaYa, es un grupo de activistas que en 2009 se movilizaron para promover el voto nulo, principalmente a través de Internet.
Activistas de diversas organizaciones crearon el colectivo #ReformaPoliticaYa y lograron converger con el movimiento de Javier Sicilia, quien incorporó a sus demandas la reforma política que abriera cauces de participación ciudadana.
También, la resonancia que tuvieron las protestas madrileñas en la Puerta del Sol encendió la mecha del plantón de ”indignados” en México y nació la organización civil “México Toma La Calle Democracia Real YA!”.
Así fue como en el Monumento a la Revolución, un grupo de 50 jóvenes decidió plantarse frente a la Bolsa Mexicana de Valores para manifestar su indignación contra la estructura económica y política en el país.
Los ”indignados” mexicanos aún permanecen sobre la acera de Paseo de la Reforma; cuentan con una biblioteca pública e imparten talleres de encuadernación, locución, murales, manualidades, regularización a estudiantes, hidroponía, entre otros.
Estos son ejemplos del descontento y la efervescencia social que caracterizó al año que esta por terminar, en el que el número de muertos por la guerra contra el narcotráfico y el crimen organizado llegó a por lo menos 65 mil en los últimos 5 años, en el que la injusticia social y económica creció, en donde la gran mayoría de la población sobrevive y en donde estamos ante un proceso electoral que, sin duda, será complicado, competido y muy difícil porque el país ha pasado en los últimos meses por una sequía que amenaza con producir carestía, incremento en los precios de muchos productos agrícolas y que los comerciantes aprovecharán para elevar, otra vez, los precios.
Es decir, el mejor caldo de cultivo para la indignación.
Foto:Archivo