
Si volviera a nacier, elegiría ser la madre de mi madre
Oaxaca, Oax., 27 de diciembre de 2011 (Quadratín).-Construir instituciones es uno de los resultados o anhelos más difíciles y valorados de toda sociedad. Las instituciones son el instrumento o la herramienta mediante las que se logra más armonía, crecimiento, civilidad, madurez. El estado mexicano cuenta con tres organismos autónomos: El Banco de México, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y el Instituto Federal Electoral (IFE).
En la jornada electoral del 2006 el IFE jugó un papel fundamental para el mantenimiento y la preservación de la certeza, de unidad y la transparencia, en condiciones absolutamente adversas. Sin embargo las reformas al Código Federal de Procedimientos Electorales condenaron al IFE precipitarse en picada hacia el desgaste y el desprestigio. Desde su promulgación en el 2007, se le sentenció a la incapacidad.
Primero se le asignó la imposible tarea de obligar a los medios a seguir sus indicaciones, mediante la expedición de pautas de propaganda de los partidos políticos, tarea para la cual el IFE no tiene dientes. Esto lo colocó en la picota de la crítica permanente y el litigio frente a los poderosos medios electrónicos, especialmente con quienes mantiene una ruptura no formalizada pero real.
Desde el 2005 Andrés Manuel López Obrador amenazó con mandar al diablo a las instituciones, lo que le costó la crítica y los votos que le faltaron para ganar la elección presidencial. El IFE es una de esas instituciones a las que se refería.
Hoy, en su condición de candidato (hijo) prodigo, el tabasqueño se apunta una victoria frente al IFE, organismo que, en el primer escarceo de resolución, admitió no tener elementos jurídicos para limitar las actividades proselitistas del candidato único del PRD, Andrés Manuel López Obrador, durante la precampaña.
El Consejo General de la institución, ya con todos sus consejeros en activo, analizó este lunes la limitación de actividades de proselitismo cuando se trata de candidatos únicos, como es el caso del PRD y del PRI, que han definido ya a sus aspirantes a la Presidencia de la República.
Sería imposible e inviable para la autoridad electoral administrativa agregar una distinción cuando la ley no distingue entre precampañas de varios precandidatos y precampañas de un pre candidato único y donde la ley no distingue, no hay lugar para distinciones artificiales, sostuvo el proyecto.
El proyecto reconoce que el marco jurídico regulador de esta etapa del proceso establece que la calidad de los sujetos es igual para todos, sin importar si uno o varios, son los ciudadanos registrados a participar en las contiendas de los partidos.
Así estaba el punto al interior de la reunión extraordinaria del Consejo General que el consejero presidente Leonardo Valdés, decidió llamar a un receso para definir mejor la resolución.
Esta interpretación de la precampaña y de lo que legítimamente se puede hacer en ellas no sólo es consistente con la legislación electoral, sino también con la Constitución y el conjunto de normas que regulan el derecho electoral y el régimen de garantías individuales y de libertades democráticas que se ha dado nuestro País, se expone en el documento que estuvo sujeto a análisis.
El proyecto aclara que en esta etapa del proceso electoral la calidad de los precandidatos es igual para todos, sin importar si uno o varios se registraron en la contienda interna de los partidos, por lo que la asistencia a eventos públicos de electorado en general no está prohibida.
Sin embargo, recuerda que los precandidatos deberían abstenerse de hacer cualquier llamado al voto a favor de sí mismos, o en contra de otros, porque esto constituye una atribución de la etapa de campañas y no de precampañas.
La ley electoral no establece una limitante respecto del tipo de actos que pueden realizar estos sujetos ni a quién pueden ser dirigidos: son reuniones públicas, asambleas, marchas y en general aquellos (actos) en que los precandidatos a una candidatura se dirigen a los afiliados, simpatizantes o al electorado en general.
El proyecto de acuerdo el resolutivo lo único que sí prohíbe es hacer llamado al voto, porque ello forma parte de la campaña electoral.
La discusión se pospuso para la noche de este lunes dada la complejidad o animosidad del tema, pero lo que es un hecho es que AMLO o su equipo de abogados electorales no están dispuestos a dejar pasar ni un solo litigio.
También, lo que quedará muy claro es que cuando el IFE va, los partidos, los ciudadanos y el país, vienen. O sea es imposible contener el desgaste y el desprestigio de esa institución que costó tanto en tiempo y en dinero.