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Oaxaca, Oax. 12 de julio de 2013 (Quadratín).- Al conmemorarse este 12 de julio el Día del Abogado, especialista de la URSE habla sobre los retos que enfrenta la profesión, entre ellos, la evolución práctica, la creciente demanda laboral y la restauración de la imagen del abogado ante la sociedad.
Al celebrarse este viernes el Día del Abogado en México, Rubén Hernández Martínez, coordinador académico de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la URSE, explicó algunos de los retos que enfrenta la profesión en la actualidad, así como los desafíos para los estudiantes y egresados del área.
El especialista expuso que, en la búsqueda de la justicia mexicana por agilizar y economizar los litigios se ha generado un impulso en la práctica del proceso acusatorio adversarial (juicios orales), como una medida viable y novedosa en nuestro país. Oaxaca es una de las entidades pioneras en este sentido y, el auge de este modelo obliga a las nuevas generaciones a capacitarse en la materia y a las instituciones de educación superior a actualizar sus planes de estudios, dijo.
Este esquema de actualización, contempla además una cultura ecológica, enfocado a al estudio, creación y aplicación de normas que preserven el medio ambiente y limiten el uso desmedido de los recursos naturales.
Al referirse al campo laboral, Hernández Martínez explicó que si bien, las condiciones económicas y sociales del país son complicadas, en gran medida depende de la formación y el aprovechamiento académico el poder insertarse con éxito en el campo laboral. Mientras exista la necesidad de regular la conducta del hombre en sociedad, el abogado estará presente, por lo que existe un panorama siempre latente, donde la preparación y actualización constantes son pilares del éxito.
La abogacía es una carrera genérica. En Oaxaca las principales universidades la contemplan dentro de su oferta académica, sabedoras de las oportunidades laborales a que sus egresados pueden acceder, explicó el directivo.
Otro de los retos que enfrentan los profesionales de la materia es, devolverle al abogado la figura de credibilidad que ha perdido, al suscitarse casos donde éste parece a actuar en beneficio propio y no a favor de la sociedad. Por tal motivo, las instituciones jurisdiccionales estatales y federales, e instituciones académicas, realizan e incluyen cursos de formación ética profesional, que permitan hacer conciencia en los litigantes sobre la importancia del enfoque humanista que contempla la licenciatura en Derecho, concluyó.