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Oaxaca, invitado de honor en la FIL de Palacio de Minería
Oaxaca, Oax. 20 de julio de 2013 (Quadratín).- Ojo, advierte Rafael Pérez y Pérez desde atrás de esos lentes con micas color sephia, este trabajo no pretendía ser artístico, si lo es no me corresponde a mí decirlo, yo hice estos barquitos como parte de una terapia casi ocupacional; son juguetes que empecé a adornar en noches de insomnio mientras cuidaba a una amistad enferma de cáncer. Y después de todo me embarqué en estas naves en un tránsito por la vida para ser feliz.
Chinchorros y piraguas es una muestra de 22 barquitos de cerámica decorados con los más diversos objetos encontrados en tiendas de antigüedades del Distrito Federal, mercados y puestos de Colombia, Guatemala o Canadá: abanicos, palillos chinos, telas antiguas, botones, cuentas de piedras de colores, en fin.
La muestra de Rafael Pérez y Pérez, artista plástico y curador, es pues, a decir de él mismo, un conjunto de juguetes que realizó a manera de divertimento: Uno nunca deja de jugar, aunque a veces deja de hacerlo cuando crece por la vergüenza de que otros te vean como un niño. La mayoría de los objetos que decoran los barcos tienen muchos años conmigo: un abanico de marfil del siglo XIX o los niños dioses que traía de Guatemala, El Salvador. Colecciono desde canicas, botones, arte colonial, arte contemporáneo, platos antiguos, junto muchas cosas que me gustan, no me importa si son valiosos o estéticos, comenta previo a la inauguración de la muestra.
Es más, dice, los barquitos los viene adornando desde hace algunos años en sus horas de desvelo mientras cuidaba a un amigo enfermo de cáncer. Eran noches de insomnio y empecé a hacer los barquitos como una descarga emotiva. Para mí son juguetes y creo que su origen tiene que ver con los carros de carnaval que veía cuando era niño en Mérida.
Egresado de la carrera de Bellas Artes en Mérida, después estudió Derecho y Sociología, pero se ha dedicado más a la academia y a la curaduría. Actualmente de curador y director del Museo de la Secretaría de Hacienda.
Comenta que a la fecha lleva diseñados más de 150 barcos, y cada uno de ellos está dedicado a un amigo en específico. De los 150, trasladó 22 para la exposición Chinchorros y piraguas abierta al público en la Galería Central Universitaria, en la Facultad de Derecho de la UABJO.
-¿Cómo se siente en Oaxaca, tierra de tantos artistas?
-Oaxaca sería el segundo lugar donde viviría, después del Distrito Federal. Es el hogar idóneo, tiene un aspecto cultural, una gran calidad humana, tiene lo popular que uno muchas veces busca.
Chinchorros y piraguas, de Rafael Pérez y Pérez, estará abierta al público hasta mediados de agosto en la planta alta del Edificio Central de la UABJO, Independencia esquina Alcalá, centro histórico.
Foto: Elisa Ruiz