Economía en sentido contrario: Banamex
MÉXICO, DF. 30 de julio de 2014 (Quadratín).-Hasta hace unos meses, después de asumir su cargo como jefe de Gobierno de la capital, a Miguel Mancera se le veía como un hombre carismático, con un nivel de aprobación del 53 por ciento hacia abril de 2013, que incluso se elevó a 55 en agosto siguiente, según una encuesta del diario Reforma.
Pero algo sucedió durante el más de año y medio que lleva en funciones, pues su popularidad cayó en picada, hasta un sombrío 31 por ciento, de acuerdo al último sondeo del mismo matutino. En abril del año pasado, las opiniones negativas que acumulaba sumaban un 26 por ciento, pero hoy la cifra creció hasta un insólito 60.
¿Qué ha pasado con el ex procurador de Justicia durante la gestión de Marcelo Ebrard, quien aparecía un día sí y otro también a través de las pantallas de televisión anunciando que se había resuelto éste o aquél caso relacionado con la criminalidad?
Parece ser que algo ha hecho mal un funcionario que, sin ser militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD), logró vencer las reticencias de esta formación política proclive a mantenerse siempre dividida, para conseguir la nominación a la jefatura de gobierno. Algo ha profundizado las cuarteaduras, al punto de que muchos apuestan incluso a que no concluirá su gestión.
Inclusive, algunos recuerdan que durante el período sucesorio de Ebrard Mancera fue cortejado hasta por el propio Partido Revolucionario Institucional (PRI), pues su imagen era tan buena que parecía que iba a ser tan o más popular que su predecesor.
Por diversas razones, Mancera no ha tenido la habilidad para afrontar los desafíos que su cargo impone. El más duro, sin duda, ha sido el adoptado por la Comisión Ambiental Metropolitana, donde participan seis estados que forman parte de la zona conurbada de la ciudad.
¿Quién puede responder al misterio de por qué los capitalinos identifican a Mancera como el responsable de endurecer el ya impopular programa Hoy No Circula, a pesar de que es una medida adoptada por los gobiernos de cinco estados y la ciudad y avalado por el gobierno federal?
Según la encuesta de Reforma, el 77 por ciento de los ciudadanos de la metrópoli desaprueba las nuevas medidas, que prohíben circular todos los sábados a los autos con más de 16 años de antigüedad e impiden hacerlo, un sábado sí y otro no, a los de entre nueve y 15 años, aunque para ello tienen que reemplazar su convertidor catalítico y someterse a una verificación adicional para obtener la calcomanía número uno, entre otras restricciones.
A partir del pasado 1 de julio próximo dejaron de este modo de transitar 560 mil vehículos al día, es decir, 288 mil más que antes de que entrara en vigor la impopular medida, lo que a juicio de las autoridades permitirá reducir un 11 por ciento anual la contaminación.
Al hacer el anuncio en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, Mancera Espinosa afirmó que con esta política “estamos dando un avance de 52 por ciento en la restricción a la circulación de vehículos contaminantes”, para mejorar las condiciones del aire de más de 22 millones de personas.
“Estamos hablando de cinco millones de vehículos que diariamente circulan en nuestras fronteras y vamos a estar homologados con el Hoy no circula”, precisó.
Los gobernadores de los estados de Hidalgo, Morelos, Puebla, Tlaxcala y de México, y Mancera -en coordinación con el secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan José Guerra Abud-, acordaron homologar en materia administrativa, de tecnología y de control y vigilancia sus programas de verificación vehicular, por lo que se aplicarán las mismas pruebas y sanciones en los 300 verificentros que hay en esta región.
El premio Nobel de Química Mario Molina afirmó en este acto que la homologación “es un primer paso muy importante para empezar a coordinarse” pero dijo que se deben considerar medidas complementarias, como aplicar el Hoy no circula en la megalópolis.
Ahora resulta que habrá hologramas exentos para vehículos híbridos o eléctricos, sólo que resultan demasiado costosos y además no se producen las unidades suficientes para satisfacer la demanda, ni existe la infraestructura para recargar de combustible estos vehículos.
Quizá Mancera no imaginaba que al promover esta medida con sus colegas de los estados vecinos estaban propiciando que su imagen ya deteriorada se fuera hasta el fondo.
Recientemente el mandatario capitalino enfrentó duras críticas al suspender la mitad de las estaciones de la Línea 12 del Metro debido a la existencia de irregularidades, es decir, la parte correspondiente al tramo elevado, en la zona oriente de la capital.
El 11 de marzo, el director del Sistema de Transporte Colectivo Metro, Joel Ortega, también sorprendió a los capitalinos cuando anunció la suspensión del servicio de esa parte de la también llamada “línea dorada” debido a fallas de seguridad.
FALLAS REALES DEL METRO Y CERTEROS GOLPES POLÍTICOSCONTRA EBRARD
Miles de usuarios de las estaciones Tláhuac, Tlaltenco, Zapotitlán, Nopalera, Olivos, Tezonco, Periférico Oriente, Calle 11, Lomas Estrella, San Andrés Tomatlán y Culhuacán, es decir, de zonas populares, se vieron afectados.
Aunque nadie dudó que las fallas eran reales, los suspicaces vieron claramente esta medida como un golpe certero contra Ebrard y sus aspiraciones para contender para el liderazgo nacional del PRD, plataforma de la que se catapultaría hacia la candidatura presidencial.
El gobierno capitalino se lavó las manos y le echó toda la culpa a la administración anterior del Metro así como a las autoridades encabezadas por Ebrard.
Concretamente, atribuyó las fallas a deficiencias del consorcio constructor ICA-Carso-Alstom, al que acusó de entregar la obra con 3 mil 105 faltantes. La empresa argumentó que los trenes que se utilizaron son distintos a los requeridos para el tipo de vía que se les encargó.
Sin embargo, el 28 de mayo último, un reporte de asesores técnicos independientes sobre el caso, concluyó que hubo “omisiones multifactoriales”, de las que fueron responsables todos los actores involucrados en la construcción del proyecto, incluidas las actuales autoridades.
El análisis elaborado por el Colegio de Ingenieros Civiles de México y la Asociación Mexicana de Ingeniería de Transporte, responsabiliza de las omisiones al consorcio constructor ICA-Carso-Alstom, a los coordinadores del Proyecto Metro y a la administración del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro, sin precisar las responsabilidades de cada uno.
Los asesores señalaron en el informe, entregado a la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), que las fallas de la Línea 12 ocurrieron por su apertura prematura, falta de mantenimiento, contrataciones dispersas y omisiones en general.
Los asesores precisaron que el Proyecto Metro contrató obra mientras el STC realizó contrataciones de material rodante por separado, lo que “generó confusiones que propiciaron que no hubiera coordinación ni tiempo para realizar pruebas de compatibilidad, y derivó en el desgaste ondulatorio acelerado -de las vías-, provocado por la falta de mantenimiento predictivo, preventivo y correctivo”.
Los especialistas encontraron que el diseño y trazo definitivo de la Línea 12 es ideal para trenes de rodadura férrea, pero que hubo “falta de mantenimiento preventivo y correctivo”, una falta atribuible a las nuevas autoridades del Metro bajo la gestión de Mancera.
El mandatario está siendo bombardeado todos los días por una lluvia de críticas y son cada vez más frecuentes las movilizaciones callejeras en su contra. Ya desde el año pasado fue cuestionado por su debilidad para contener las marchas de los maestros disidentes de Oaxaca y Michoacán.
¿Podrá levantarse de la dura caída que sufren en las encuestas? Muchos lo dudan y no pueden creer que haya derrochado en tan poco tiempo su valioso capital político, luego después de que fue uno de los “gobernadores” que obtuvo en las urnas la más alta votación en la historia de la capital (63.5 por ciento).
GRANOS DE CAFÉ
El caos y la consecuente movilización de todos los organismos de emergencia y protección civil del Distrito Federal causado por la falsa alarma sísmica que emitió, en dos ocasiones, la empresa SkyAlert, tuvo un costo que no se recupera por importante que pueda ser la sanción que las autoridades capitalinas le impongan, debido a que no todo se mide en pesos y centavos.
Aunque pareciera de esas anomalías inocentes e inocuas, en realidad se perdieron en productividad varias horas-hombre sencillamente incuantificables, además del pánico innecesario generado por esa acción irresponsable, cuya culpa comparte también el gobierno de la Ciudad de México, por falta de supervisión sobre esta compañía al darle prioridad a otros renglones, como los programas electoreros, en vez de atender un renglón fundamental para la metrópoli, como es el tema de la seguridad.
El Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (Cires) de Protección Civil del Distrito Federal, refirió que la aplicación App SkyAlert para dispositivos móviles generó la alerta falsa a las 12:16:54 horas, que el organismo civil sin fines de lucro no validó, aunque eso no impidió que se produjera el caos y suspensión de actividades productivas, administrativas, comerciales e incluso recreativas.
Aún cuando el mismo Cires refiere que en la Ciudad de México hay aproximadamente 50 mil receptores del Sistema de Alerta de Riesgos Mexicano (Sarmex) -ubicados en escuelas públicas y oficinas del gobierno, la cifra es claramente insuficiente para prevenir una catástrofe de las dimensiones que ya hemos sufrido en el pasado, como fue el caso del terremoto del 85.
Ante la frecuencia de los sismos que provienen de las dos costas de la República -el de la madrugada de ayer se originó en Veracruz- es vital que la administración capitalina priorice el gasto para que el sistema de alarma sísmica sea efectivo y a prueba de errores y se establezca incluso en todas las entidades del país, principalmente las que son más afectadas por los movimientos telúricos; además de establecer en la capital del país un sistema de alarmas en la vía pública, que pueda alertar a la población a cualquier hora del día o de la noche, y no sólo en las escuelas o edificios gubernamentales.
La clave para salvar vidas ante un siniestro, está sobradamente probado, es la prevención, y la única opción que tenemos los capitalinos de salvaguardar, cuando menos, la integridad física, es mediante un sistema de alarmas tecnológica y científicamente eficiente, en lugar del pésimo servicio de App que sólo sirve a una compañía “patito” para hacer negocio y, de paso, dañar miles de negocios con falsos avisos.
Si bien el Cires rechaza tajantemente la afirmación de SkyAlert -respecto a que transmitió alguna señal de activación de alerta-, e independientemente de los dimes y diretes, lo importante es corregir a tiempo, antes de que vivamos una tragedia en la que el responsable es lo que menos importa. ¿Quién garantiza que en una de esas el remedio salga peor que la enfermedad y algunas personas puedan perder la vida en una estampida por una falsa alarma o que sufran un ataque cardiaco o alguna enfermedad nerviosa sin que eso esté justificado?
El Cires es una organización civil no lucrativa que investiga y desarrolla sistemas digitales de medición y registro accesibles, para conocer y analizar el comportamiento dinámico de suelos y estructuras sujetos a la acción de sismos y opera en coordinación con el SSN, mientras SkyAlert es un servicio de alerta sísmica satelital que envía notificaciones a móviles para anticipar la llegada de ondas sísmicas a la Ciudad de México. ¿Quién tuvo la culpa? Lo básico es que el gobierno supervise, vigile y sanciones por acciones irresponsable que podrían resultar fatales, pero como estamos en México, parece que todo les vale…
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