Angustias de expriístas por no ser ratificados
Cae la bolsa, se devalúa el peso… y les vale
MÉXICO, DF, 16 de diciembre de 2014.-Pero qué pasa en este país que se bajó del mundo sin darse cuenta; pero qué les pasa a los genios encargados de pastorear la economía nacional, los discípulos del ex secretario de Hacienda, el salinista Pedro Aspe Armella Maza, y los genios del banco central, guiados por el fondomonetarista Agustín Carstens, quien dice que la situación no es preocupante…
La economía se les está yendo de las manos – aunque ahora creo que nunca la han tenido en las manos y menos controlado, y menos impulsado -. Y ni en cuenta, como decía mijo de 6 años hace ya algunos años.
Al drama nacional, hecho crisis en los cementerios clandestinos de Iguala de la Independencia, se suma una no aceptada bancarrota económico financiera – “¡Estás loco, Francisco! ¡Cómo que bancarrota!
Debería ser alarmante que el mercado de valores, de inversiones de riesgo, haya caído 3.31 en la jornada de este lunes. Fea caída.
Da la impresión que este comportamiento, porque fue mundial el descenso, fuera el preludio de una nueva gran crisis global que México, en las condiciones actuales de estancamiento económico y repunte inflacionario, difícilmente podrá sortear.
Y el peso. Que se está yendo por el tobogán de la devaluación; que rebasó ya los 15 por dólar estadounidense. Y que, aunque lo pretenda minimizar míster Carstens Carstens, “detonará” (en el bodriolenguaje de los políticos), una escalada inflacionaria de “gran calado” (como también dice la bodriojerga de los políticos), la que se apareará con la depre económica para transustanciarse, encarnarse en esa vieja zorra llamada estanflación (estancamiento de la economía con inflación), que le pegará durísimo a toda, toda, la población mexicana.
Ah pero no es preocupante como dice Carstens. No les preocupa. Les vale que el peso se haya ya inclinado ante el sacrosanto dólar americano, al impulso de una impresionante, aunque ocultada, simulada, como todo en México, fuga de capitales – por una enfermiza desconfianza en la vapuleada economía nacional.
Pero pareciera que tanto los jovencitos economicistas de Hacienda como los mañosos y convenencieros veteranos neoliberales del Banco de México, no se dieran cuenta (claro que se dan cuenta, pero trabajan para intereses que no son los del país) de que a la economía nacional y con ella a los empresarios medianos y pequeños, y a los millones de trabajadores, puede llevarlos el tsunami que se avecina.
En qué país estamos, como lamentaba de Roma el gran Lucius Sergius Catilina. Señores. ¿No se dan cuenta de que esta economía es nacional y no estatal y menos municipal? Qué les pasa. Jamás en mis 50 años de cubrir las fuentes financieras había yo presenciado semejante fenómeno de irresponsabilidad y ligereza para regir la economía. Habrá que suponer que el gobierno, en esta economía mexicana, sigue siendo rector de la economía. ¿O también ya se la dejaron a las ciegas y autistas fuerzas del mercado?
Y hay que tomar en cuenta también la caída estrepitosa de los precios del petróleo mexicano. Con la desventaja de que el petróleo mexicano es muy pesado y poco interesante para las grandes petroleras dedicadas a la refinación.
En los mercados mundiales, el desplome de las cotizaciones internacionales del crudo está ocasionando que los inversionistas huyan de la renta variable para refugiarse en instrumentos más seguros.
Ah, pero míster Agustín Carstens Carstens dice que, por el momento, no están preocupados por la trayectoria de la moneda nacional. Pero dijo algo importantísimo. Que el peso puede seguir cayendo frente al dólar. Textualmente afirmó que la moneda nacional sigue subvaluada. Mientras, Banco de México continúa con su programa de soltar unos 200 millones de dólares por jornada para equilibrar la inequilibrada paridad. Con lo que quiero suponer que la fuga de divisas en más o menos en esos niveles.
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