Trump o Kamala, ¿quién nos conviene?
MÉXICO, DF, 4 de junio de 2015.- A Gurría y Videgaray se les hace bolas el engrudo.
A don Luis se le pasa porque es nuevo en estos menesteres de la ciencia económica. Aún no entiende qué hay que hacer cuando una economía se amorcilla como el toro mal estocado.
Pero el Tamaulipeco no tiene perdón. Se supone que se las sabe de todas todas.
Sin embargo, ahora, don José Ángel está saliendo villamelón para hacer propaganda al gobierno mexicano.
Además, con toda esa experiencia de Ángel de la Dependencia, muy pocos le creen en México, aunque los capos del cártel de la OCDE lo tengan en el candelero, ya que representa religiosamente los intereses de los barones del neoliberalismo.
A don Luis se le pasa. Desde que llegó a la Tesorería de la Federación (Secretaría de Hacienda y Crédito Público) no le sale una. Como dice una cosa hace otra. Y no se le da que la economía marche como lo mandan las leyes de la oferta y la demanda. La curva de Gini no deja mentir a la realidad. Siempre para abajo, aunque la quiera voltear para arriba con declaraciones y vanas explicaciones.
Este miércoles, como si se hubiesen puesto de acuerdo, Ángel y Luis afirmaron, cada uno por su lado, que México tiene un crecimiento que se acelera, pese a la baja del petróleo y de la economía de Estados Unidos.
La verdad es que ambos dos mienten o quieren tomarnos el pelo. La economía va para abajo y no hay poder que la levante. El que la OCDE haya dicho que el producto mexicano ya no va a crecer 2.6 por ciento sino 2.9 no quiere decir nada. Es una simple progresión que mañana la echarán para abajo los mismos economistas de la organización.
Hacienda también no puede contra las estimaciones que periódicamente le manda el INEGI. No se ve por dónde se acelere el crecimiento de la economía. Simplemente no se ve. Y bien los sabe don Agustín Carstens.
Y eso de que las reformas estructurales están beneficiándonos, ¡por dios! Por dónde. De qué economía están hablando estos próceres. Seguro que de su propio y muy personal producto, porque el de los mexicanos cada día está más raquítico y desesperante.
Y con eso de la veda electoral, muchos proveedores del gobierno están tronando o ya quebraron porque nadie les paga deudas de principios de año.
¡Chúpale, pichón! Mire lo que se atreve a asegurar don Luis, el tesorero de Atlacomulco:
“Las reformas están beneficiando el bolsillo de los mexicanos”. Órale, como dice el vulgo. Yo no he visto rebajas en la energía eléctrica y menos en las telecomunicaciones, señor Tesorero.
La verdad es que dan pena ambos funcionarios. Y no es que haya ojeriza contra ellos. Es que no dan una. No dan para más. Qué más diera que fueran cuerdos y serios, y no ligeros e irresponsables.
Mire usted nomás esta otra perla lanzada por don Luis. Qué dirán los trabajadores que sobreviven con salarios miserables que ojalá nunca tenga que ganar el señor Videgaray, aunque la vida da muchas vueltas:
“México es tal vez hoy uno de los países que tiene uno de los programas de reformas estructurales más profundo y exitoso”, con cambios “de gran calado, de proporciones históricas” en la energía, las telecomunicaciones o el sector financiero.
Otro “¡chúpale, pichón!” Sale sobrando cualquier comentario. No les cabe en la cabeza. Millones mueren de hambre, pero según ellos todo va a pedir de boca. Qué le vamos a hacer. Según ellos, nosotros estamos locos. No entendemos.
Ay, estimado José Ángel. De dónde sacas que las reformas ya están dando resultados. No tienes perdón. Llevas muchos años. Ya estás envejeciendo. Y no aprendes que este país, que esta economía está por los suelos, aunque digas que se acelera, porque ustedes le dieron en la madre. Y me consta. Se volvieron ricos a costa de los mexicanos pobres, los millones de mexicanos que apenas tienen un pinche sueldito para sobrevivir.
Y ya no sigo porque me voy a enojar y no es bueno para mi hígado.
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