Violencia de exportación
MÉXICO, DF, 19 de junio de 2015.- Si no fuera por los oportunistas y desvergonzados del verde, que de ecologista tiene lo que yo de marciano, y lo que queda del negocio de Elba Esther, partidos satélite caza fortunas, el PRI estaría perdido en el Congreso.
La verdad es que todo es farsa, simulación -¡pobre México. País simulado!- pues a la inmensa mayoría de los mexicanos le importa un pito la política, o a lo mejor no van a votar por política. Uno nunca sabe. La realidad no es como se pinta. Hay mucho de platonismo y nada es verdad ni es mentira, sino todo según el color del cristal con que se mira.
Fíjese si no digo la verdad: El partido del presidente Peña Nieto sólo obtuvo la anuencia de alrededor de un 12 por ciento de los 83 millones de ciudadanos que integran el padrón electoral del INE, con credencial para votar con fotografía. O sea que la credencial sólo les interesa tenerla como un carnet de identidad. ¿O no, señor Peña Nieto?
Qué pena que el partido mayoritario gobierne en base a la autorización de una muy exigua minoría de ciudadanos empadronados.
Es una vergüenza que el partido gobernante sólo esté apoyado por poquito más de 11.6 millones de votantes ¡de 83 millones!
Y no ganó el PRI, querido presidente, porque la economía esté mejorando, porque el mercado interno esté respondiendo, porque todo vaya mejorando. La verdad es que las cosas no sólo no mejoran sino empeoran. Dígamelo a mí. Y a millones de mexicanos. Milloneeeeessssss. Las cosas en palacio siempre irán de mejor a superior, a excelso. Hay mucho dinero para gastar sin comprobante. Claro, los priístas presumen de que votó por ellos el 29 por ciento de quienes fueron a las urnas. Pero, a los mexicanos no les importa quién los gobierne en realidad. No comulgan con la autoridad. Les vale madre quién esté en la presidencia porque sólo votaron poco menos de 40 millones, ni la mitad del padrón total. Y de esos 40 millones el PRI sólo sumó 11.6 millones. Esta es la verdad. No las bondades de la política priísta.
El verde obtuvo casi tres millones de sufragios, un 7 por ciento del total de votantes. Y por ellos votó mucha gente idiota. Nueva Alianza, 1.5 millones, un poco menos del 4 por ciento. Sólo con estos dos satélites, al PRI apenas le alcanza para imponerse en las votaciones en la Cámara de Diputados al resto de los partidos, mayormente llamados de izquierda. ¡Qué país de caricatura, por dios!
Y hablando de los partidos de la izquierda, sorprende que el Morena no haya obtenido un lugar más importante en las elecciones. Por lo que siempre dice su jefe, debería de haber hecho mancuerna con el PRI en el primer-segundo lugares, por arriba del PAN y del PRD. Pero nada. Se quedó en un “honroso” cuarto sitio Y el señor López ahora no protestó airadamente como acostumbra. Ya aprendió a tolerar, financiamiento y prerrogativas de por medio.
Así que el presidente Peña exagera cuando dice que los mexicanos votaron por el PRI porque su gobierno está haciendo bien las cosas. Porque la economía, el empleo, el poder adquisitivo, el mercado interno van mejorando. Que por estos logros los mexicanos votaron por el PRI. Ay. No, don Enrique. Ya parece usted propagandista.
Pero por lo que vemos en las cifras, los mexicanos no votaron por el PRI. Votó un pinchurriento 12 por ciento de empadronados. No los mexicanos. Y muchos de ese 12 por ciento lo hicieron porque les compraron el voto. Muchos votos valieron un televisor, por ejemplo. Y muchos, hasta sólo una torta y un refresco.
¿O no, querido doctor Camacho?
Y la pregunta más importante:
¿Cuál es el siguiente paso después de haber realizado los comicios de mitad de sexenio, además de que el señor Peña Nieto disponga de una bocanada de aire fresco gracias a los aliados de su partido en el Congreso?
¿Mejorará la vida de los mexicanos? Uf. Nada.
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