Corte y Trump: no se acaba el mundo, solo se degrada
MÉXICO, DF, 30 de junio de 2015.- Estamos muy lejos de la península helénica, donde los griegos se niegan a someterse al neoliberalismo salvaje, que oprime al mundo en beneficio sólo de un puñado de plutócratas, que hace y deshace con la economía para privilegiar sus intereses, dejando en la miseria a las inmensas mayorías de consumidores, como ellos les llaman, pero que son trabajadores que venden su fuerza de trabajo, su única riqueza.
Pues mire que los genios de esta fallida política económica, fallida para las medianas, pequeñas y micro empresas en México, con el señor Videgaray a la cabeza, en consonancia con los croupier del capitalismo de casino, que operan desde el Fondo Monetario Internacional, deciden que la paulatina y permanente depreciación de la moneda nacional frente al dólar estadounidense ahora se debe a la crisis de pagos de Grecia.
¡Santo cielo! Los dioses del Olimpo están confabulados para desmadrar al peso mexicano. Y así, como así, como si fueran la voz del panteón helénico, los sabios del periodismo a modo concluyen en que la crisis griega disparó la cotización del dólar a nivel global, incluyendo a México.
Como si los griegos tuvieran la importancia financiera que despliegan los especuladores de Wall Street, o de Frankfurt (Francoforte le dicen los alemanes cultos), o de la Citi. Y los mexicanitos toluqueños se tragan todo ese chorizo de explicaciones tontas, sin darse cuenta de que el peso ha venido depreciándose durante todo el año por una serie de fenómenos vernáculos como las expectativas de repunte de la economía meridional, la del imperio.
Ponen esos “expertos” el grito en el cielo y culpan a la “crisis griega” de que este lunes el dólar norteamericano se haya cotizado a la venta en 15.69 pesos, 0.6% por arriba del cierre de la semana pasada. A este permanente movimiento a la baja no le vemos ninguna relación con la lucha de los griegos por mantener su independencia económica y defender el ingreso salarial de sus trabajadores, que es el primer punto del recetario obligado de los repartidores de juego del casino que opera en las cercanías de la Casa Blanca, en Washington: el FMI.
No se vaya con la finta de Videgaray y sus “expertos” financieros villamelones, o sus periodistas propagandistas. La cotización de 16 pesos por dólar ya se veía venir. Es más ya se había dado desde hace tres semanas más o menos. Y no lo dude. El deslizamiento continuará de aquí a fin de año por lo menos, porque así le conviene al Banco de la Reserva Federal (Fed) de Washington. Un dólar fuerte frente a los competidores chinos, rusos, japoneses, que vienen pegando duro en el concierto de las economías de primer mundo.
A desfondo: Las cabezas de la monarquía española, o más bien de lo que queda de ella, porque ahora quienes mandan en aquella península son los ciudadanos de a pie, en una democracia que ya quisiéramos gozar los mexicanos, iniciaron una estancia en tierras de lo que hace muchos años fue la Nueva España, en la que misioneros y soldadesca destruyeron verdaderos imperios, estos sí, culturales, que ya hubieran querido tener españoles, franceses, ingleses de aquellas épocas del siglo 15 para acá. Les deseamos, desde este espacio, una agradable estancia a estos reyes –los mexicanos no entendemos a las monarquías, pero los españoles parece que no pueden vivir sin ellas-. Van a Zacatecas. Les va a gustar esa tierra en la que ya no hay varones porque a la mayoría se los lleva la leva de la migración a Estados Unidos, en busca de una vida digna que no tienen en esos páramos zacatecanos. Difícil de comprender una estructura de poder como la monarquía, aunque algunos próceres de las clases dominantes añoran los tiempos de Maximiliano.
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