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Oaxaca, Oax., 29 de julio de 2009 (Quadratín).- La segunda comisión de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión aprobó un dictamen, a propuesta del senador Gabino Cué Monteagudo, a fin de exhortar al gobierno federal a reforzar los planes, programas y acciones destinados a combatir el rezago educativo y el analfabetismo en nuestro país, y solicitó un informe sobre los alcances, coberturas y resultados del programa Por un México sin rezago educativo.
En consecuencia, la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, exhortó al Titular de la Secretaría de Educación Pública, con la participación que corresponda del Titular del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos, a reforzar los planes, programas y acciones destinados a combatir el rezago educativo y el analfabetismo en nuestro país.
La Proposición fue presentada por el legislador oaxaqueño en la Sesión del Pleno de la Comisión Permanente de fecha 22 de julio de 2009 y turnada para estudio y dictamen correspondiente a la Segunda Comisión de Trabajo de Relaciones Exteriores, Defensa Nacional y Educación Pública.
En los considerandos la Permanente retoma la argumentación de Cué Monteagudo en el sentido de que hoy en día alrededor de 32 millones de mexicanos mayores de 15 años se encuentran en situación de rezago educativo, de los cuales cerca de 6 millones son analfabetos.
Y los estados con mayores porcentajes de atraso son Oaxaca, Chiapas, Michoacán, Guanajuato y Veracruz, así como el Distrito Federal.
Reconoce que el país se encuentra ante un grave problema que profundiza las desigualdades económicas y sociales, pues los mayores índices de analfabetismo se concentran en entidades que registran mayor pobreza y discriminación.
Asimismo, según el senador proponente, se hacen patentes las marcadas deficiencias estructurales del Estado para garantizar el derecho a la educación.
Señala que no obstante las constantes campañas de alfabetización, no se han logrado reducir sustancialmente los índices de analfabetismo. De ahí que desde la década de los 80s las cifras prácticamente no han disminuido, de lo cual se deduce que los esfuerzos realizados no han sido suficientes y por el contrario el saldo final ha sido mayor marginación y pobreza entre quienes lo padecen, con los consecuentes problemas sociales.
El proponente afirma que el Instituto Nacional de Educación para los Adultos, como mecanismo para incidir en la alfabetización, se ha visto rebasado e imposibilitado para abatir el crecimiento del rezago educativo pues la población que anualmente llega a los 15 años sin haber concluido la educación básica es mayor que la que año con año certifica.
También señala que existen programas como el denominado Cero Rezago Educativo, puesto en marcha desde el 2003, que tiene como objetivo revertir la tendencia creciente del rezago educativo focalizando a la población de entre 15 y 39 años de edad que han finalizado la educación primaria o que cuentan con algún grado de educación secundaria.
No obstante las bondades del programa, los resultados han sido limitados, pues no ha tenido la continuidad esperada ante la falta de inversión suficiente.
Por ello Gabino al hacer la propuesta catalogó como primordial que la erradicación del analfabetismo sea considerada como asunto de agenda nacional y que se incluya en la instrumentación y ejecución de las políticas integrales de desarrollo y justicia social, para lo cual se deben canalizar recursos económicos suficientes.