Seis años de impunidad: no hay #JusticiaParaSol
Oaxaca, Oax. 23 de enero 2011 (Quadratín).- Las investigaciones sobre la muerte de Miguel Cruz José, importante líder natural de los indígenas de la Mixteca Oaxaqueña, avanzan tan lentamente que parecen no haberse movido, en casi un mes, de su fase preliminar. Y esto a pesar de que, al menos en la región de Tlaxiaco, donde se cometió el crimen, la opinión pública señala sin vacilar de dónde y por qué causas se dio la orden de sacrificar a nuestro compañero y quiénes son los autores intelectuales, con nombre y apellido. Todo mundo lo sabe, menos los órganos de justicia oaxaqueños que, por lo visto, están empeñados en descubrir lo que está a la vista de todos. Y aunque se ha convertido en un lugar común aquello de que delito que no se castiga se repite inexorablemente, hoy tengo que recurrir a él por lo que diré a continuación.
Desquiciados porque la página Web de Antorcha publicó los detalles y los discursos de miembros de la Dirección Nacional de nuestro movimiento, incluido el presidente del Comité Estatal en Oaxaca, ingeniero Gabriel Hernández García, en el sepelio de Miguel, sus asesinos subieron a YouTube dos amenazas de muerte en contra de Gabriel. Para ahorrar espacio, me limito a transcribir sólo la más reciente, la del 10 de enero de este año. Dice así: SABES QUE IJO DE TU
PINCHE MADRE MAS VALE QUE SE CALMEN O EL SIGUIENTE SERÁ ESE PINCHE GORDO IJO DE SU PINCHE MADRE DEL GABRIEL HERNANDEZ GARCIA JA JA JA JA JA JA JA JA JA!!!!!!!! DE PARTE DEL (EL MAYITO11) (sic). Poco después se vio, en dos ocasiones, un vehículo con cristales oscurecidos rondando el domicilio de Gabriel, y el domingo 16, a eso de las tres de la madrugada, entró a su teléfono móvil una llamada del activista de Antorcha en Huajuapan de León.
Pero, al hacer contacto con él, resultó que no había hecho tales llamadas, a pesar de que era su número el que registró el aparato receptor. Alguien que conoce ambos números telefónicos y que sabe cómo hacerlo, entró al teléfono de Gabriel, seguramente para repetir sus soeces y brutales amenazas.
Aquí hay que decir que esta no es la primera vez que un líder conspicuo de Antorcha recibe ese tipo de anónimos, incluido el que esto escribe. Por eso, todos estamos mentalizados para manejar este tipo de agresión de modo que nos cause el mínimo daño psicológico; y sabemos cuidarnos sobre cómo reaccionar, de no alarmarnos en exceso (para regocijo de quien trata de aterrorizarnos) y mantener la serenidad indispensable para nuestra difícil lucha cotidiana. Pero éste no es el caso de las amenazas contra Gabriel. El secuestro demencial de 38 indígenas durante tres meses, sin más culpa que ser de Yosoñama; el asesinato gratuito de tres campesinos, de los cuales el cadáver del último está secuestrado desde su muerte; y el bestial asesinato de Miguel Cruz José, por último, no permiten a nadie, y menos a los antorchistas del país, tomar a la ligera las amenazas que aquí denuncio.
No hay duda que detrás de ellas se ocultan criminales desalmados, irracionales y con fuertes apoyos de gente poderosa (como lo demuestra la violación al teléfono de Gabriel), que están más que decididos a cumplir sus amagos. Por ello, quiero esta vez dirigirme directamente al licenciado Gabino Cué, gobernador constitucional de Oaxaca, para decirle que su gobierno tampoco debe menospreciar el peligro que corre la vida de un luchador social pacífico, honesto con sus principios y con su gente e intelectualmente valioso para Oaxaca, como muestran sus dos libros de cuentos publicados hasta ahora.
Que es urgente que las indagaciones se aceleren, que se conozcan sus resultados y que se actúe en consecuencia, si realmente hay voluntad de hacer justicia y evitar más muertes inútiles. Mucho se puede alegar con base en tecnicismos jurídicos o en el deber de las instituciones de no violentar el Estado de Derecho, así sea en aras de la justicia misma; pero me atrevo a sostener que nada de eso justifica una lentitud que, en los hechos, se traduzca en permiso a los delincuentes para cometer nuevas fechorías.
Eso es delinquir por omisión.
Es necesario confesar que la calidad de la información de los asesinos de Miguel Cruz José, la capacidad técnica de que hicieron gala al hackear el teléfono de Gabriel, los medios de que disponen para moverse, resultan muy superiores a nuestros recursos para protegernos; pero evidentemente no puede decirse lo mismo de las posibilidades del gobierno de Oaxaca. Y sin embargo, nos consta por ejemplo que hasta hoy no han localizado el teléfono celular de Miguel, a pesar de que saben que se siguen haciendo llamadas desde dicho aparato y es fácil ubicarlo para quien conoce de estos asuntos.
Y algo similar sucede con el hackeo del teléfono de Gabriel: puede saberse quién es el autor pero nadie parece darle importancia a la denuncia respectiva. Saber, además, quiénes asesinaron a Miguel y, por tanto, de dónde proceden las amenazas actuales, también es cosa sencilla: basta con leer lo que publicó Mixtepec.blogspot.com el 17 de agosto del año pasado; ahí se contiene un plan completo para una cruzada sangrienta contra el antorchismo y se amenaza directamente la vida de Miguel Cruz José, Gabriel Hernández y mía. Ante tal confesión de parte, ¿se justifica el retraso de la justicia para dar resultados? ¿Esperamos a que maten a Gabriel? Usted, señor gobernador Gabino Cué, tiene la palabra y la iniciativa.