Argel Ríos / Mis dos centavos. Fin de alcoholes

**Chupe: Barbarismo de origen teporocho. Lo correcto es pedir un drink**

Oaxaca, Oax. 19 de enero de 2009 (Quadratín).- Vaya fin de semana, allá en la ajetreada capital de Mexicalpam de las Garnachas, donde a ritmo de pásame la botella, se armó tremendo escándalo de aquellos con las vueltas a cien por hora y el sabor a pulque embotellado.
233 conductores fueron detenidos allá en la tierra de los tacos de canasta, por andar detrás de volante cuando daban una conferencia sobre la termodinámica o en un lenguaje más de acá, estaban hasta las manitas, babeando la botana del bar de la esquina de la oficina o el más chic, aquél donde uno está propenso a ser arrodillado a punta de cañón, todo sea por el showbussines ¿no?
En Oaxaca, la tierra donde nunca pasa nada y cuando pasa, es que nadie sabe, nadie supo, el fin de semana, fue de cine con el amigo Ché y por la noche, entre las coronitas y el hielo remojado en whisky de una malta, llegan los malosos a irrumpir a un espacio sagrado para las nuevas generaciones, un bar o sea wey, cómo te atreves, ¿qué no hay otros lugares más cool para los malosos?
Dicen que se llevaron a uno, pero nadie sabe, nadie supo, lo bueno fue que el domingo, hasta el rumor de la visita del gran comanche de la hermana república del pozol y el cañón del sumidero, el enmascarado de negro, Marcos o el Sub, o como dice la buena rola de Manu Chao, me dicen el desaparecido…, nos visitó, quizá en promoción de la película de Steven Soderbergh, de Ché, El Argentino, y ahora busca que sea Marcos, ¿El Poeta?, quizá sólo sea algunas de las malas ideas de mi neurona solitaria la que imagina todas esas cosas, el Sub no se prestaría a ese juego del glamour y los excesos hollywoodenses, sería tan catastrófico como que nuestro gobernador hiciera cambios en su gabinete, de cara a las elecciones del 2009, no…no, ¡eso nunca!
O sería como pensar que a pesar de las marchas y manifestaciones, bloqueos, barricadas, enfrentamientos, sangre, llanto, dolor, camionetas Hummer, 90 días de aguinaldo, incremento al salario, más prestaciones, menos horas laborales, —todo sea por la lucha y rock’n roll— ahora, los maestros, esos que enseñan tan bien a los pequeños que cuando llegan a la mayoría de edad ya aprendieron a leer y a escribir, vuelvan a los bloqueos, a dejar sin clase a sus alumnos, a armar tremenda fiesta en la entrada de algún hotel cualquiera de la ciudad, eso no lo puedo creer, eso no pasa ni en México, mucho menos en la civil-izada Oaxaca.
Nada de eso pasa aquí, quien lo mencione o siquiera lo piense, está traicionando vilmente a nuestra querida patria, ¿no para eso nos trajeron espejitos?, para reflejar lo malo que nos digan, y para saludar al cielo a un Papa.
Lo bueno, es que nos queda algo de “domingos cheleros”, entre aficiones pamboleras, buen cine y uno que otro partido de tocho, siempre y cuando no llegue tu adorada chikitita con el alcoholímetro en una mano y el acuerdo pre-nupcial en la otra, entonces sí, ni rezarle a la centenaria virgencita te salvará, preferirías estar arrodillado a punta de cañón, y quizá o probablemente, un poquito alcoholes.

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*Nota a mis dos centavos: quien le haga caso al texto anterior, es bajo prescripción médica o era mi compañero de la celda 15-A en el manicomio.