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México, D.F. 29 de junio 2012 (Quadratín).-A la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) le ha tocado enfrentar los peores desastres naturales en los últimos dos años, muchos de ellos consecuencia del cambio climático y otros por la falta de Atlas de Riesgo y por permitir asentamientos humanos en zonas consideradas de riesgo.
En la mayoría de las contingencias, la Sedesol implementó de manera oportuna el Programa de Empleo Temporal Inmediato (PETI) y, junto con los gobiernos estatales y municipales, levantó los censos correspondientes para conocer con exactitud la magnitud de daños y el monto de los apoyos.
Derivado del cambio climático, México ha vivido inundaciones, heladas y sequías de forma más intensa y frecuente. En ocasiones, la dependencia federal ha tenido que atender hasta tres fenómenos climatológicos al mismo tiempo, en distintos estados.
De 2010 a la fecha, la Sedesol ha apoyado a 1.5 millones de familias en todo el país, con agua para consumo humano, paquetes alimentarios, cobertores y kits de limpieza.
La Sedesol ha tenido que atender entre 2010 y 2012 las contingencias derivadas de las temporadas de huracanes, como inundaciones y deslaves; heladas que han afectado a la población y a los cultivos; sismos, que ocasionaron la pérdida de miles de viviendas en Oaxaca y Guerrero, así como en Mexicali, Baja California, entre otros desastres naturales.
La contingencia que ha ocupado mayor tiempo para su atención es la sequía que llegó a afectar casi la mitad del territorio nacional, aunque las consecuencias más graves sucedieron en la zona centro y norte del país.
Para enfrentar la sequía considerada como la más intensa en los 71 años que se registran, desde mayo de 2011 la dependencia ha suministrado mil 100 millones de litros de agua para consumo humano y 1.1 millones de paquetes alimentarios, en beneficio de 2.5 millones de personas, de 4 mil 820 localidades.
En la Sierra Tarahumara, a través de los 107 albergues de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) se repartieron más de 40 mil paquetes alimentarios semanalmente a los indígenas rarámuri.
Ese mismo año, pero en el mes de febrero, se registró una de las mayores heladas en Sinaloa y Sonora, que destruyó los sembradíos de maíz, sorgo, cártamo y hortalizas.
Para evitar una catástrofe de mayores consecuencias, la Sedesol instrumentó un programa de empleo temporal emergente para 150 mil jornaleros agrícolas, así como la distribución de ayuda humanitaria, con lo se logró la resiembra de más de 400 mil hectáreas.
Asimismo, la intervención oportuna de Diconsa que sacó al mercado su reserva de granos, evitó la especulación y la escasez a nivel nacional.
Pero a la Sedesol también la ha tocado enfrentar las consecuencias del paso de huracanes, como el Karl, en septiembre de 2010, cuya categoría 4 en la escala Saffir-Simpson dejó 122 mil casas dañadas en Veracruz.
Con la suma de esfuerzos de los gobiernos federal, estatal y municipal, así como la participación de los veracruzanos, en 30 días fue superada la contingencia, cuando 65 mil personas salieron a limpiar y a pintar sus casas.
Ese mismo año, el huracán Alex afectó 28 mil casas en Monterrey, Coahuila y Tamaulipas, cuya reconstrucción tuvo un costo de 15 mil millones de pesos.
A esos meteoros se sumarían Matthew y Frank, que impactaron Veracruz, Tabasco, Chiapas, Guerrero y Oaxaca; las tormentas tropicales Arlene, Beatriz y Kenneth, que dejaron daños considerables, y el huracán Jova, que golpeó a Colima y al sur de Jalisco.
En el Estado de México, para atender las inundaciones en Ecatepec, Ciudad Netzahualcóyotl, Cuautitlán, Atizapán y Tlalnepantla, así como las afectaciones en Chalco por la rotura del Canal de la Compañía, la Sedesol instrumentó los programas de Empleo Temporal Inmediato y el de Reposición de Enseres Domésticos.
En 2012, el 16 de junio, la tormenta tropical Carlotta afectó a más de 100 municipios de Oaxaca, por lo que se implementó el PETI, en apoyo a las familias de los 26 municipios con mayores afectaciones.
El pasado 23 y 24 de junio, en Puebla y Tlaxcala, una tromba provocó el desbordamiento de los ríos Atotonilco y Atoyac, provocando daños en más de 500 viviendas, situación que fue atendida en menos de 24 horas por la Sedesol, al instrumentar los programas de Empleo Temporal Inmediato para que la población limpiara calles y casas, y el de Reposición de Enseres Domésticos.
Pero a los fenómenos meteorológicos se han sumado otros, como el sismo en Mexicali en 2010, con 25 mil personas afectadas, y el de marzo de 2012 en la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca, con 42 mil familias damnificadas en sus viviendas.
En el caso más reciente, para atender a la población que sufrió la pérdida total de sus viviendas, la Sedesol y el gobierno del estado instrumentaron un programa de reconstrucción de viviendas, y ya se entregaron las primeras casas sustentables, cuya construcción respeta los usos y costumbres de los habitantes de la región.
El Secretario de Desarrollo Social, Heriberto Félix Guerra, menciona que la atención a las afectaciones por desastres naturales ha sido la constante en los años recientes, situación que obliga a la suma de esfuerzos entre gobiernos y sociedad para resolver de forma inmediata la problemática generada.
Nos impactan los números, pero más nos impacta el hecho de que las familias pierden todo en estas contingencias: casa, ropa, todas sus pertenencias; muchas se quedan sin el acta de nacimiento, sin documentos oficiales. Y ahí hemos estado, atendiendo y entrándole al problema, atendiendo a un millón y medio de familias afectadas por los desastres naturales, agregó el funcionario.
La experiencia de los desastres vividos en los últimos dos años, en que hemos dedicado más de 200 días hábiles a atender contingencias, nos ha enseñado que debemos trabajar como un solo equipo, privilegiando las vidas humanas, ha afirmado en reiteradas ocasiones el Titular de la Sedesol, Heriberto Félix Guerra.
Adicionalmente, en todas y cada una de las contingencias, la Sedesol ha fomentado la integración de los Comités Ciudadanos de Transparencia, con la participación de las personas afectadas, a fin de que la ayuda humanitaria se entregue a quienes realmente lo necesitan y sin condicionamientos de ninguna especie.